La reforma electoral impulsada por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha desatado una serie de controversias desde que la propuso en abril pasado, a pesar de las ‘intenciones’ del tabasqueño para que se garantice un ejercicio mayor de democracia, imparcialidad, legalidad y transparencia en los comicios electorales.
En ese sentido, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) emitió un comunicado al respecto este lunes 31 de octubre, en el que se pronunció en contra de dicha reforma al considerarala “claramente regresiva”.
En un primer momento, reconocieron las labores que el Instituto Nacional Electoral (INE) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) han realizado en los últimos 25 años para que los procesos electorales se lleven a cabo de manera justa, equitativa y transparente, tanto en los generales como en la renovación de los cargos de elección popular.
“El INE tiene una gran aceptación de la ciudadanía, siendo una de las Instituciones más confiables para los mexicanos”, aseguraron los obispos católicos de México, por lo que externaron su preocupación ante la iniciativa del Ejecutivo Federal de una reforma constitucional en materia electoral.
Ningún ciudadano y menos los gobernantes que juraron guardar la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, tienen derecho a impulsar reformas que eliminen o comprometan la fortaleza de las Instituciones que son el soporte del Estado Mexicano, como es el caso del INE y TEPJF. pic.twitter.com/cwM1gjKsI6
— CEM (@IglesiaMexico) October 31, 2022
Si bien reconocieron que todo proceso puede mejorar, como el paso del Instituto Federal Electoral (IFE) al INE, los obispos indicaron que ni los ciudadanos ni los gobernantes tiene derecho a impulsar reformas que eliminen o comprometan las Instituciones del país.
“(La reforma electoral) es claramente regresiva, más aún, constituye un agravio a la vida democrática del país, reforma destinada a afectar la representación y el equilibrio de las minorías y mayorías, llevando el contro de los comicios hacia el ámbito del gobierno federal centralista”
Entre los posibles agravios que dicha reforma representa, según el CEM, destaca la afectación a la gestión presupuestal, las repercusiones en su autonomía ciudadana y en su imparcialidad partidista, de manera que exhortaron a los poderes Ejecutivo y Legislativo a no poner en riesgo la estabilidad y gobernabilidad democrática del país.
“La sola pretensión de hacerlo pone en entredicho la calidad moral de quienes la impulsan”, sentenciaron los representantes del Episcopado Mexicano, quienes finalmente apelaron a la prudencia legislativa para defender a las instituciones electorales de México.
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¿Qué busca la reforma electoral?
De acuerdo con las declaraciones de AMLO, la iniciativa plantea la modificación de 18 artículos constitucionales y siete transitorios, por lo que necesita del apoyo de los legisladores de la oposición para su aprobación. A pesar de que se ha mencionado la desaparición del INE, el mandatario federal ha detallado que lo que se busca es sustituirlo por el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC).
Con lo anterior se tendrían siete consejeros (en vez de los 11 con los que cuenta el INE) y se recortaría el financiamiento público de los partidos para gastos ordinarios, con el fin de que el ejercicio democrático se lleve a cabo con los menores gastos posibles y se evite un posible fraude.
“Es una reforma electoral para que haya democracia, no es desaparecer al órgano encargado de organizar las elecciones (...) Lo que no queremos es que continue este sistema corrupto, antidemocrático”, precisó AMLO en su conferencia matutina de este 31 de octubre.
A pesar de ello, los legislativos de los partidos opositores como Acción Nacional (PAN) y Revolución Institucional (PRI) se han pronunciado en contra de la iniciativa y han advertido que irán contra dichas medidas.
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