El Desfile de Día de Muertos, uno de los eventos más esperados de este 2022 en la Ciudad de México, deleitó a más de un millón de personas este sábado 29 de octubre.
Fueron un total de 12 carros alegóricos, cinco globos monumentales, 300 músicos y animadores, y 688 voluntarios los que inundaron de color, emoción y alegría las calles de la capital mexicana, desde la Puerta de los Leones en Chapultepec hasta el Zócalo de la CDMX.
A lo largo de los 8.7 kilómetros de recorrido, familias enteras gozaron del espectáculo que estuvo lleno de música, baile y peculiares momentos que arrebataron más de una sonrisa.
En distintos puntos del recorrido, las y los asistentes se apropiaron de la infraestructura de la CDMX para tener una mejor vista del Gran Desfile del Día de Muertos, como ocurrió en el Monumento a Cuauhtémoc, así como en las paradas de las estaciones del Metrobús Hamburgo, Reforma y Glorieta de Colón de la línea 7.
Las impresionantes figuras y carros alegóricos deslumbraron a chicos y grandes, tanto por su tamaño como por los elementos que conformaban sus vestimentas.
En diferentes momentos, los participantes del desfile se acercaron a las personas para animarlas a bailar, chocar sus manos e incluso para tomarse algunas fotografías con ellas, de manera que pudieran conservar un íntimo recuerdo de esta celebración.
El tema principal de este desfile fue “México: el ombligo de la Luna”, en alusión a las tradiciones de nuestra cultura. Por tal motivo, el recorrido estuvo acompañado de la narración de un cuento sobre las aventuras de Luna, descendiente directa de Quetzalcóatl y encargada de abrir el portal a los difuntos.
Personajes icónicos de la lucha libre mexicana también engalanaron este magno evento con un globo gigante alusivo a Jesús Alfonso Escoboza, La Parka, así como un peculiar disfraz del enmascarado de plata, El Santo, cuya careta cubría la cabeza de un esqueleto andante.
Uno de los instantes más enternecedores de este festejo ocurrió de manera improvisada, cuando un perro decidió unirse a las y los músicos de Fuego Azteca Marching Band.
Durante algunos minutos, el can se colocó al frente del grupo y se robó la atención de los espectadores, quienes lo bautizaron al instante como “Firulais” y celebraron su presencia al grito de “¡Firu, Firu, Firu!”.
Cabe resaltar que, por primera vez, el Gran Desfile llegó al Zócalo capitalino de noche, ya que en comparación a ediciones anteriores, la Plaza de la Constitución fue sede de un espectáculo nocturno a cargo de Ángela Aguilar, quien donó su interpretación de La Llorona para darle cierre al anhelado evento.
Poco después de que los carros alegóricos y grupos de animadores y bailarines arribaran a ese punto, la joven cantante nacida en Los Ángeles, California, salió al escenario con un elegante atuendo adornado con cientos de flores de cempasúchil, en la parte de la falda, y un sobrio corsé negro con encaje.
Su voz hizo retumbar a todos los espectadores que, entre catrinas y catrines gigantes, abarrotaron la plancha del Zócalo para culminar con una noche que, para miles, será inolvidable.
SEGUIR LEYENDO