Qué significa cada elemento de las ofrendas para el Día de Muertos

Agua, sal, comida, pan, flores, y demás elementos que se ponen en una ofrenda del Día de Muertos tienen un significado

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El Día de Muertos se acostumbra poner una ofrenda con diversos elementos. (Foto: @GobYucatan)

El Día de Muertos es una de las tradiciones más representativas y significativas en México, y está próxima a celebrarse en todo el país. Este día, se recuerda a los fieles difuntos y se acostumbra disfrazar a los niños para que salgan a pedir la tradicional “calaverita”.

Otro de los elementos importantes del Día de Muertos son los adornos que se ponen en los hogares. Este día se acostumbra poner una ofrenda con los alimentos que le gustaba a los seres queridos que ya no se encuentran con vida, así como las bebidas que disfrutaban.

También se acostumbra poner frutas, pan, sal, “calaveritas” de chocolate y de azúcar, veladoras, inciensos y muchas cosas más. Sin embargo, pocos saben que todos estos elementos que acostumbran acompañar a la ofrenda, tienen un significado. A continuación, te mostramos cuál es el significado de algunos de ellos.

El agua: la fuente de la vida, se ofrece a las ánimas para que mitiguen su sed después de su largo recorrido y para que fortalezcan su regreso. En algunas culturas simboliza la pureza del alma.

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El Día de Muertos es una de las celebraciones más representativas en México. (Foto: Cuartoscuro/Archivo)

La sal: el elemento de purificación, sirve para que el cuerpo no se corrompa en su viaje de ida y vuelta para el siguiente año.

Velas y veladoras: los antiguos mexicanos utilizaban rajas de ocote. En la actualidad se usa el sirio en sus diferentes formas: velas, veladoras o ceras. La flama que producen significa “la luz”, la fe, la esperanza. Es guía, con su flama titilante para que las ánimas puedan llegar a sus antiguos lugares y alumbrar el regreso a su morada. En varias comunidades indígenas cada vela representa a un difunto, es decir, el número de veladoras que tendrá el altar dependerá de las almas que quiera recibir la familia. Si los cirios o los candeleros son morados, es señal de duelo; y si se ponen cuatro de éstos en forma de cruz, representan los cuatro puntos cardinales, de manera que el ánima pueda orientarse hasta encontrar su camino a casa.

Copal e incienso: el copal era ofrecido por los indígenas a sus dioses, ya que el incienso aún no se conocía, este llegó con los españoles. Es el elemento que sublima la oración o alabanza. Fragancia de reverencia. Se utiliza para limpiar al lugar de los malos espíritus y así el alma pueda entrar a su casa sin ningún peligro.

Las flores: son símbolo de la festividad por sus colores y estelas aromáticas. Adornan y aromatizan el lugar durante la estancia del ánima, la cual al marcharse se irá contenta. El alhelí y la nube no pueden faltar, pues su color significa pureza y ternura, y acompañan a las ánimas de los niños.

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Las flores son símbolo de la festividad por sus colores y estelas aromáticas. .

En muchos lugares del país, se acostumbra poner caminos de pétalos, que sirven para guiar al difunto del campo santo a la ofrenda y viceversa. La flor amarilla de cempasúchil deshojada, es el camino del color y olor que trazan las rutas a las ánimas.

Los indígenas creían que el cempasúchil era una planta curativa, pero ahora solo sirve para adornar los altares y las tumbas de los difuntos. Por esta razón, se dice que a lo largo del tiempo la flor fue perdiendo sus poderes curativos. Flor de cempasúchil significa en náhuatl “veinte flor”.

El petate: entre los múltiples usos del petate, se encuentra el de cama, mesa o mortaja. En este peculiar día funciona para que las ánimas descansen, así como de mantel para colocar los alimentos de la ofrenda.

El pan: el ofrecimiento fraternal es el pan. La iglesia lo presenta como “el Cuerpo de Cristo”. Elaborado de diferentes maneras, el pan es uno de los elementos más preciados en un altar.

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El pan es uno de los elementos más preciados en un altar. (Foto: Archivo Web)

El mole con pollo: también puede hacerse con gallina o guajolote, y es el platillo favorito que ponen en el altar muchos indígenas de todo el país, aunque también le agregan barbacoa con consomé. Estos platillos son esa estela de aromas, el banquete de la cocina en honor de los seres recordados. La buena comida tiene por objeto deleitar el ánima que nos visita.

Chocolate de agua: la tradición prehispánica dice que los invitados tomaban chocolate preparado con el agua que usaba el difunto para bañarse, de manera que los visitantes se impregnaban de la esencia del difunto.

La calaverita de azúcar: las medianas son alusión a la muerte siempre presente. Las chicas son dedicadas a la Santísima Trinidad y la grande al Padre Eterno.

También puede colocarse un aguamanil, jabón y toalla, por si el ánima necesita lavarse las manos después del largo viaje.

Licor: es para que recuerde los grandes acontecimientos agradables durante su vida y se decida a visitarnos.

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