Históricamente, México y Estados Unidos han sido dos países que han sufrido grandes conflictos y que, incluso en uno de ellos, México perdería el 55% de su territorio. Esto se determinó en los tratados de Guadalupe-Hidalgo, en donde México cedió varios estados del norte del país, entre ellos, Texas, California, Nevada y Utah, luego de una guerra que concluyó en 1848.
Además de este, ambos países han tenido otro tipo de conflictos, por ejemplo, se podría decir que el más reciente de estos fue durante la presidencia del exmandatario estadounidense Donald Trump, quien durante su mandato, de 2016 a 2020, insultó y menospreció a México y sus habitantes en diversas ocasiones.
Sin embargo, también hay una historia en la que Estados Unidos decidió devolver un territorio que perteneció a México, y que debido a cambios naturales en los límites entre ambos países, estuvo del lado del país vecino del norte por casi 100 años.
Y es que, para México, el año de 1962 será recordado como el año de mayor éxito de la diplomacia nacional hasta nuestras fechas, pues se logró que nuestro país recuperara una pequeña parte del territorio que había perdido ante Estados Unidos.
La entrega se dio en el contexto de la visita del presidente John F. Kennedy a la Ciudad de México, donde fue recibido por miles de personas en un gran desfile, acompañado del presidente mexicano Adolfo López Mateos.
Del diálogo entre los presidentes de ambas naciones surgió la idea de resolver un viejo conflicto que llevaba casi un siglo en disputa. Este era sobre un territorio fronterizo de 177 hectáreas conocido como El Chamizal, del cuál no se ponían de acuerdo sobre a cual de los países pertenecía.
Gracias a las constantes conversaciones diplomáticas, se logró que Estados Unidos hiciera la única devolución de territorio del que se adueñó y que pertenecía a México.
México y Estados Unidos se enfrentaron en una guerra a mediados del siglo XIX que desembocó en la entrega de más de la mitad del territorio mexicano a su vecino del norte. El límite de México con el nuevo estado estadounidense de Texas fue el que marcaba el cauce del río Bravo, y no el río Nueces, como históricamente correspondía.
Sin embargo, en 1864 una enorme inundación natural alteró el paso del río Bravo, cuyo cauce se desplazó unos metros al sur y dejó una zona de tierras agrícolas mexicanas del lado contrario. El dueño de dicho territorio era un hombre mexicano de nombre Pedro García, quien reclamó al gobierno de los Estados Unidos la devolución de su propiedad, sin embargo, su demanda fue ignorada, y habitantes de El Paso, Texas, comenzaron a establecerse en esas tierras.
Al mismo tiempo, al lado derecho del terreno de García, había una península de territorio mexicano, llamada después Isla de Córdoba, la cual se convirtió en enclave tras una nueva inundación ocurrida en 1897. Con esto, ya no solamente era el territorio del Chamizal lo que estaba perdiendo México, por lo que el gobierno comenzó a hacer los reclamos del territorio a Estados Unidos, país que ignoró de nuevo la demanda.
Pasaron varias décadas sin que ambos países llegaran a un acuerdo, aunque varias veces se intentó, hasta que en 1963 los presidente Kennedy y López Mateos abrieron el diálogo sobre El Chamizal. Con la Guerra Fría en proceso, el presidente estadounidense viajó a México para asegurar las relaciones con el país vecino.
Los estudios para un acuerdo justo entre las partes tomaron meses, hasta que se llegó a la conclusión de que México, efectivamente, era el poseedor de las 177 hectáreas perdidas en las inundaciones del Siglo XIX. La solución no era sencilla, pues unas 5 mil personas vivían en la zona en disputa y para devolver el terreno a México, habría que expulsarlos de sus hogares.
Los países llegaron al acuerdo de pagar mutuamente a los afectados, así como la construcción de un canal pluvial que dividió la Isla de Córdoba en dos áreas, la más grande para México. La devolución del territorio se concretó un día como hoy, 28 de octubre, de 1967.
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