Drogas sintéticas: un proyecto destinado al mercado estadounidense que terminó envenenando al pueblo mexicano

La producción de drogas sintéticas es un negocio en auge desde hace tiempo en México. Estos nuevos fármacos, como la metanfetamina y el fentanilo, aparecieron como un auténtico desafío para el tradicional predominio de las drogas derivadas de las plantas (marihuana, cocaína, heroína, etc).

Actualmente el estado de Sinaloa, sede de la organización narco más poderosa del hemisferio occidental, es considerado como la zona cero de la producción masiva de este tipo de drogas.

La principal actividad del grupo criminal fundado por “El Chapo” Guzmán y “El Mayo” Zambada, y que actualmente es encabezado por la siguiente generación conocida como “Los Chapitos”, es el tráfico internacional de drogas.

Sin embargo, aunque la mayoría de la producción de fentanilo y metanfetamina esté destinada al mercado estadounidense, a raíz del auge de los fármacos sintéticos también se ha registrado una transformación en el consumo local.

En un periodo de ocho años, entre 2013 y 2020, la demanda de tratamientos para atender problemas de adicción con la metanfetamina aumentaron 218%, de acuerdo con las cifras del Observatorio Mexicano de Salud Mental y Consumo de Sustancias Psicoactivas.

Sinaloa, en ese mismo lapso, fue considerado uno de los 12 estados de la república con mayores problemas en el consumo de metanfetamina (cristal). Una dosis se vende en las calles de Sinaloa por aproximadamente 50 pesos (USD 2.50).

Pero no solo ha sido el poderoso estimulante el que ha envenenado a la población. Desde que el fentanilo, un opioide más poderoso que la heroína, empezó a popularizarse en los Estados Unidos, también lo ha hecho en el suministro local sinaloense.

Al menos tres muertes por sobredosis de fentanilo se han registrado en Sinaloa en el año en curso. Sin embargo, eso de acuerdo con los datos oficiales, pues de acuerdo con funcionarios de salud consultados por la organización especializada en temas de seguridad, Insight Crime, es probable que la cifra real sea mucho mayor.

“Las drogas sintéticas representan un problema grave aquí en Sinaloa (...) Es un tema de salud pública que trasciende la seguridad pública y golpea el corazón del tejido social”, dijo un médico local a la organización especializada en análisis de violencia y crimen organizado.

Las 5.2 toneladas de fentanilo que han sido decomisadas en México durante la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador tienen potencial de matar a 2.6 billones de personas, la tercera parte de la población en el planeta.

Se trata de un narcótico altamente peligroso para los consumidores, pues en Estados Unidos ha causado una crisis de salud pública por cientos de miles de muertes por sobredosis. De acuerdo con la Administración del Control de Drogas (DEA), un kilo de fentanilo tiene potencial para matar a 500 mil personas.

“Es posible que alguien tome una pastilla sin saber que contiene fentanilo. También es posible tomar una pastilla sabiendo que contiene fentanilo, pero sin saber si contiene una dosis letal”, advirtió la DEA.

Para tener en cuenta la letalidad de esta droga, la agencia antidrogas ha señalado que tan solo dos miligramos o lo que cabría en una punta de lápiz son dosis potencialmente letales. Mientras que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) apuntan que un kilo de fentanilo en polvo puede comprimirse en un millón de pastillas de un miligramo.

De acuerdo con datos previos de la DEA, grupos del crimen transnacional como el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) son los principales responsables de inundar las calles de Estados Unidos con el narcótico que derivó en récords de muertes por sobredosis.

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