La madrugada del sábado 25 de noviembre de 2006, el popular cantante de regional mexicano, Valentín Elizalde Valencia, salió del estacionamiento del Palenque de la Expo-Feria en Reynosa, Tamaulipas, a bordo de una camioneta Suburban negra y acompañado por su representante, Mario Mendoza Grajeda, su primo, Fausto “Tano” Elizalde y el chofer, Reynaldo Ballesteros.
La camioneta no había avanzado más de cien metros cuando dos vehículos se le emparejaron y le bloquearon el paso. Del interior bajaron tres hombres armados con fusiles de grueso calibre —AK-47, AR-15 y .38 súper— y rocíaron con una lluvia de balas la camioneta donde viajaba el cantante.
El parabrisas y la ventanilla de la camioneta quedaron destrozados. En cada uno de los costados del vehículo se contaron más de 20 impactos de bala y en la escena del crimen quedaron regados más de 60 casquillos. El único sobreviviente fue el primo del intérprete.
El cadáver de Valentín Elizalde presentó impactos de bala en el torso, la cabeza, las piernas y un brazo. Los sicarios armados huyeron del lugar una vez consumado el crimen y ante la mirada de decenas de testigos que esperaban al cantante a las afueras del palenque para pedirle su autógrafo y saludarlo.
Minutos antes el también conocido como “El Gallo de Oro” había terminado su show con la misma canción que había escogido para inaugurar el concierto: A mis enemigos, una balada con dedicatoria de Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, a uno de sus mayores enemigos de aquella época, el cártel de “Los Zetas”.
“Al que no le vino el saco, pídalo a su medida, conmigo no andan jugando, ¿pa que se arriesgan la vida?, traigo una superpatada, ya los traigo ya en la mira” y “Sigan chillando culebras, las quitaré del camino, y a los que en verdad me aprecian, aquí tienen a un amigo, ya les canté este corrido, a todos mis enemigos”, dice la canción del famoso cantante.
Sin embargo, entre el público se encontraba un sicario de Los Zetas que tenía bajo su control la plaza de Reynosa, y al que le pareció una clara provocación y falta de respeto que Elizalde iniciara y cerrara su concierto con un tema que le había dedicado a Guzmán Loera en un territorio controlado por el Cártel del Golfo y su entonces brazo armado, Los Zetas.
Jaime González Durán, también conocido como El Hummer, sicario de “Los Zetas”, habría sido el responsable de la muerte del cantante tras sentirse aludido por la canción de A mis enemigos. Sin embargo, a pesar de que ya pasaron casi 17 años de aquel hecho, el asesinato de Elizalde, como el de otros cantantes de corrido, sigue sin ser resuelto.
“El Hummer” fue arrestado dos años después del ataque por elementos de la extinta Policía Federal por los delitos de delincuencia organizada, secuestro, acopio de armas y lavado de dinero. Fue detenido luego de nueve años de haber sido sicario en el cartel de Los Zetas, grupo criminal del que fue fundador.
Según la acusación, “El Hummer” fue un miembro de alto rango de la organización delictiva internacional “Los Zetas” entre 2000 y 2010. El acusado fue el jefe de la organización en las ciudades de Reynosa y Miguel Alemán, donde controlaba las actividades de tráfico de drogas.
Este viernes 21 de octubre, tres años después de que se pidió su extradición, el gobierno de México finalmente entregó a “El Hummer” a las autoridades estadounidenses para que sea juzgado por los delitos de narcotráfico.
SEGUIR LEYENDO: