Adán Augusto López Hernández dejó la gubernatura de su estado natal, Tabasco, para llegar de golpe a dirigir la Secretaría de Gobernación (Segob) a finales de agosto de 2021. Desde entonces comenzó a ser considerado por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) como una de las opciones al interior de Morena para relevarlo en la silla presidencial.
Durante su gestión al frente de la institución encargada de la gobernabilidad al interior del país, Adán Augusto se mostró frío, calculador y enfocado en las tareas encomendadas por el titular de Ejecutivo federal. Y, aún con sus aspiraciones presidenciales declaradas, se mantuvo como una de las “corcholatas” más sigilosas, a diferencia de su principal competencia: Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard.
Sin embargo, en los últimos meses, el “amigo y compañero entrañable” de AMLO ha comenzado a figurar cada ves más frente a la opinión pública pues, en el desempeño de las diligencia encomendadas por el mismo López Obrador, el tabasqueño se tornó el negociador por excelencia de la estrategia de seguridad pública entre el gobierno federal y el legislativo.
No fue en vano que a su llegada al gabinete, AMLO lo presentó como el encargado de construir buenas relaciones. “Adán me va a ayudar para hacerse cargo de todos los asuntos públicos políticos: la relación con gobernadores; la relación respetuosa con la Fiscalía General de la República; la relación, también respetuosa, con el Poder Judicial”. También, fue anunciado como el negociador de las tres principales iniciativas de reforma que el gobierno federal lleva -durante la segunda mitad del sexenio- tratando de impulsar.
No obstante, su calidad de negociador y la imagen de neutralidad con la que se postró al frente de la Segob -en sustitución de Olga Sánchez Cordero- ahora se ha tornado en una ríspida actitud en contra de los opositores políticos al Gobierno federal, y hasta contra la misma ciudadanía.
Cabe recordar el encuentro que el funcionario tuvo con la madre de un joven desaparecido, a quien le reviró un duro “yo tampoco confío en usted”, luego de que ella le aseguró que no confía en nadie tras se cuestionada su fe en el secretario.
A eso, se le suman la reciente actitud ofensiva que López Hernández ha mostrando en contra de gobernadores de otros partidos, en el marco de su defensa a las políticas denominadas “militaristas” por la oposición política en México. Además, también fue señalado por sus antagónicos de “hacer campaña” a expensas del cargo que ostenta.
Así, la característica actitud conciliadora que personificó durante su primer año al frente de Gobernación, poco a poco se fue esfumando y poniendo en riesgo los puentes de diálogo creados.
Fue el pasado 17 de octubre que, durante una reunión con la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, y fuerzas políticas de todos los partidos, el tabasqueño criticó la inseguridad en otras entidades, gobernadas por Acción Nacional (PAN) y Movimiento Ciudadano.
Aseguró que al escuchar “baño de sangre” piensa en estados como Guanajuato, Jalisco y Michoacán. También se lanzó contra las policías locales, como la de Nuevo León, acusando al gobierno de utilizarlas como guardias en el Oxxo.
Dichos comentarios le valieron respuestas por parte de la oposición. Enrique Alfaro, gobernador de Jalisco, aseveró que por encima de su estado hay una decena de entidades más inseguras gobernadas por Morena, mientras que Samuel García -con quien actualmente sostiene una riña- defendió a la Fuerza Civil de Nuevo León.
En ese marco fue que el exgobernador de Tabasco lanzó fuertes comentarios en contra de García Sepúlveda, a quien tachó de hipócrita y egoísta. Además, fue durante la actual gira que desempeña a lo largo del país en promoción de la reforma que permite la permanencia del Ejército en tareas de seguridad hasta 2028, que López Hernández aseguró que los tabasqueños son más inteligentes que los del habitantes norte.
“Nos dirán, ‘pues Tabasco es un estado pequeño, dos millones 400 mil habitantes’. Los del norte dicen que no le aportamos gran cosa a la federación, porque para empezar, no sabemos trabajar, que los esforzados y los trabajadores son ellos”, expresó, para rematar afirmando: “Pues lo que no saben es que nosotros somos mucho más inteligentes que ellos, y quienes se precian de ser inteligentes pueden hacer las cosas con menor esfuerzo”.
Aún faltan varios meses para que la candidatura presidencial al interior de Morena sea definida y Adán Augusto no ha logrado superar en las encuestas al actual secretario de Relaciones Exteriores (Ebrard), ni a la jefa de Gobierno capitalina, pese a que para a algunos sectores de la población es el candidato idóneo por la cercanía que tiene con el mandatario federal.
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