El pasado sábado 15 de octubre, a las 20:30 horas, un grupo de hombres armados irrumpió en el bar “La Texana” de Irapuato, también conocido como “El Pantano”, y se dirigieron a una mesa en la que un grupo de personas departía en semicirculo.
Los agresores, según el avance de las investigaciones, buscaban a tres personas supuestamente ligadas con actividades de narcomenudeo. Los testigos de la masacre declararon que los blancos del agresión eran tres individuos que surtían “cristal” (metanfetamina) en dicho establecimiento, así como en otros lugares de la ciudad de Irapuato.
Sin embargo, los recién llegados no se limitaron a eliminar a sus tres objetivos. Las declaraciones dieron cuenta de que dispararon indiscrimindamente contra todas las personas que se hallaban en el lugar, sin importar que se tratara de clientes o personal de servicio. El saldo oficial fue de once fallecidos, entre los que se encontraban seis hombres y cinco mujeres.
Los responsables huyeron en una motocicleta y un auto, y dejaron en el lugar casquillos percutidos de 9 mm. y 7.62.
De acuerdo con autoridades de la entidad, consultadas por el periodista Héctor de Mauleón, algunas de las armas empleadas en el bar habrían sido empleadas dos días antes durante un ataque que dejó en Irapuato un muerto y tres lesionados.
Las cámaras de seguridad revisadas en un radio de 500 metros alrededor de “El Pantano” confirmaron que los agresores viajaban en la misma moto y vehículo que ya habían participaco en la otra ejecución.
Racha de violencia en Guanajuato
Tan solo un mes antes se registraron en una sola noche seis ataques simultáneos en Irapuato. Los hechos se registraron en las colonias Salinas de Gortari, donde fallecieron cuatro personas que se encontraban en una fiesta; en Che Guevara, donde fallecieron otros dos, uno de ellos menores de edad; en Apatzingán, donde murieron dos hombres y una mujer; y en Lucio Cabañas donde perdió la vida una persona.
Las diez víctimas, descubrieron más tarde las autoridades, fueron asesinadas con la misma arma 9mm.
En el último caso de “El Pantano” se informó que las víctimas estaban vinculadas con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y que el ataque fue perpetrado por sicarios del Cártel de Santa Rosa (CDS), recién aliada con el Cártel de Sinaloa.
Tras la masacre, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) se deslindó del atroz crimen a través de unas narcomantas desplegadas en el municipio en las que acusaron a sus rivales de matar genete inocente y “querer calentar nomás porque quieren tener al pueblo de rodillas”. Según el mismo narcomensaje, “todo Guanajuato ya tiene dueño y es el señor Mencho”.
Las masacres de Irapuato ocurrieron en el marco de una serie de detenciones de objetivos prioritarios. Entre ellas la de “El Chino Piedras”, líder del Cártel de Santa Rosa y “El Primo”, señalado como responsable de una masacre registrada el 13 de septiembre en la que fallecieron 10 personas.}
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