Sicarios de la Chapiza pueden gozar al ritmo de la banda entre risas, gritos y alcohol, armados como elementos de Élite de la Marina, pero también pueden tener diferencias en la misma fiesta a punto de causar una balacera en la narcofiesta.
Aparentemente, se trata de un festejo en en bastiones del Cártel de Sinaloa, donde los pistoleros portan uniformes apócrifos para simular que son agentes navales. Los clips fueron difundidos en redes sociales en las últimas horas. Hay música, pasos prohibidos y un jolgorio entre supuestos narcojuniors.
Fuentes federales consultadas por Infobae México confirmaron que no se trata de agentes de la Secretaría de Marina Armada de México (Semar), sobre todo porque no coinciden rasgos del uniforme, tales como las botas o el color del chaleco táctico. Estos reportes concordaron en que se trata de una fiesta de narcos.
La versiones extraoficiales aseguran que los civiles fuertemente armados corresponden al brazo armado de Iván Archivaldo Guzmán Salazar, quien comanda la facción del Cártel de Sinaloa con sus hermanos: Jesús Alfredo Guzmán Salazar, Ovidio Guzmán López y Joaquín Guzmán López: los Chapitos, la Chapiza y/o los Menores.
En el material difundido se observan dos escenas distintas y contradictorias entre sí. Mientras que en un video hay ambiente de diversión bulliciosa, en otra parte los sicarios discuten a punto de terminar en un enfrentamiento por diferencias internas. Incluso algunos apuntan sus fusiles y otros calmaron las tensiones.
Lo que se observa en la primera videograbación es un baile de sicarios que mueven las caderas con fragmentos del tema popularizado en el regional mexicano con banda de viento: Juan Colorado. Esta pieza data al menos desde los años de 1930 y alude a un jinete michoacano de la Tierra Caliente que se jacta de victorias en los duelos con machete o pistolas.
Todos gozan en una especie de palapa, junto a otra propiedad de mayores dimensiones. Al rededor de la mesa, donde conviven jóvenes, se encuentran apostados al menos 20 sicarios vigilantes que tiene fusiles de alto poder, chalecos tácticos y municiones. Entre algunas mujeres destacan los supuestos jefes de la facción que no portan armamento, pero sí lucen vestimenta de moda.
Algunos pistoleros graban a los bailadores, quienes conformarían a parte de la célula especializada de los Chapitos, según el equipo que portan. Por ejemplo, llevan cascos con supuestos dispositivos de visión nocturna.
En la mesa circular hay cerca de seis jóvenes que disfrutan con cervezas Tecate, whisky Johnnie Walker Black Label y, aparentemente, dos botellas de Hpnotiq, un licor de fruta azul que combina vodka, coñac y zumo de frutas tropicales. Alrededor gritan y toman las imágenes de los pasos prohibidos.
Mientras que en la supuesta riña no se distingue el motivo de la discusión. Supuestamente, los iniciadores serían quienes antes disfrutaban de la canción de Juan Colorado para el disfrute de los invitados. Solo se nota que hay empujones y un personaje apunta en escalada violenta, pero pronto cede a sus intereses.
Entre el armamento que tienen los sujetos se encuentra un lanzacohetes RPG-7, proveniente de Rusia. Este equipo de guerra (Rocket-propelled grenade, por sus siglas en inglés), es capaz de disparar cohetes impulsados por granadas y derribar helicópteros.
Un informe de inteligencia militar, revelado tras hackeos al Ejército por el colectivo Guacamaya, apuntó que el perfil de los sicarios subordinados a los Chapitos son altamente violentos y en su mayoría se trata de jóvenes que van de los 20 a 35 años de edad. La nueva camada de esta facción se caracteriza por el protagonismo. Ya se han exhibido durante 2022 en otras narcofiestas del territorio que consideran les pertenece.
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