Las familias jornaleras nos necesitan

Los niños y niñas que migran con sus padres jornaleros llegar a sufrir periodos de hasta diez horas sin consumir alimentos, abusos sexuales y viven en condiciones insalubres

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Maripina Menéndez es CEO de Save the Children en México.
Maripina Menéndez es CEO de Save the Children en México.

La movilidad jornalera en los campos agrícolas mexicanos es uno de los fenómenos migratorios más relevantes en nuestro país. En México, muchas y muchos jornaleros agrícolas -al igual que sus familias-, se exponen a múltiples abusos y violaciones de sus derechos humanos.

Cada año, aproximadamente 30 mil familias migran de sus comunidades de origen hacia el estado de Sinaloa para trabajar cosechando en los campos agrícolas. Ellas y ellos se enfrentan a diversos problemas como hacinamiento, abusos sexuales, violencia familiar, adicciones, condiciones insalubres, limitado acceso a servicios de salud, educación y padecimientos y enfermedades relacionadas con una alimentación inadecuada.

La falta de guarderías y escuelas obliga a las madres a llevarse a los niños a los campos.
La falta de guarderías y escuelas obliga a las madres a llevarse a los niños a los campos.

Para las niñas, niños y adolescentes, vivir en estas condiciones representa un desafío de sobrevivencia. Además, mientras sus madres y padres trabajan, permanecen solos al interior de las cuarterías, expuestos a riesgos que en ocasiones han resultado ser fatales; asimismo, la alimentación es precaria, ya que en estos espacios no existen condiciones para la preparación adecuada de los alimentos, pasando periodos de hasta diez horas sin consumir alimentos; por lo que es común que entre las niñas y niños se agudicen las enfermedades gastrointestinales.

Este escenario es inadmisible. Las y los jornaleros migrantes requieren lugares de vivienda digna, en los que tengan acceso a la salud, educación y guarderías, pero hasta ahora, no existen políticas públicas de corte social que los protejan de manera integral y garanticen plenamente el ejercicio de sus derechos, especialmente de las niñas y niños involucrados.

Los menores empiezan a trabajar entre los 10 y 13 años.
Los menores empiezan a trabajar entre los 10 y 13 años.

Cambiar esta realidad es posible

En Save the Children hemos impulsado distintos programas con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de las hijas e hijos de jornaleros agrícolas, contribuir al combate del trabajo infantil y evitar el rezago y ausentismo escolar.

Actualmente, cada día, más de dos mil niñas y niños reciben una alimentación variada y balanceada en diversos comedores de Sinaloa y, con ello, prevenimos que estén vulnerables a riesgos y accidentes.

Pero estas acciones solo son posibles cuando unimos nuestros esfuerzos, pues necesitamos de todo el apoyo para proteger y fomentar el desarrollo de la niñez. En este sentido, lanzamos una campaña para recaudar fondos con la que invitamos a las personas a donar desde 10 pesos al día para favorecer su educación, salud e higiene.

Conoce cómo te puedes sumar a esta iniciativa en https://www.savethechildren.mx

Maripina Menéndez es CEO de la organización Save de Children en México

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