México no está preparado presupuestalmente para afrontar una nueva pandemia como la de COVID-19, sobre todo porque no ha priorizado invertir en salud, según el documento “Gasto en salud y objetivos de desarrollo sostenible (ODS)” presentado este martes por el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
“México no está preparado en términos de finanzas públicas para afrontar otra pandemia como la de Covid-19″, señaló en conferencia de prensa Judith Méndez, coordinadora de salud y finanzas públicas del CIEP.
La especialista explicó que entre las razones por las que el país no sería capaz de afrontar una nueva crisis sanitaria es que, pese a los más de siete millones de contagios y las 330 mil muertes, la quinta cifra más alta del mundo, no se prioriza la salud pública.
“A pesar de todo se destina más a deuda que a salud”
El CIEP analizó la forma en la que se ejercieron los recursos del sector salud durante la pandemia, bajo la perspectiva de los ODS de la ONU, y encontró que, a pesar del tamaño de la economía, México presentó un retroceso en la mayoría de los indicadores ligados a ODS.
Alejandra Macías, directora de investigación del CIEP, recordó que la brecha presupuestaria en México es de más de 3 puntos del Producto Interno Bruto (PIB).
“Y necesitamos por lo menos el doble para mejorar el sistema de salud”
Citó que, a nivel internacional, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha sugerido que cada país debería destinar 6% de su PIB a su sistema público de salud.
Sin embargo, entre 2010 y 2022, México solo ha destinado entre 2.5% y 2.9% de su PIB anual, esto es menos de la mitad de la sugerencia internacional.
En ese sentido, Alejandra Llanos, investigadora del CIEP, precisó que esta brecha limitó la respuesta de México a la pandemia.
“En 2020 los retos de la pandemia no se reflejaron en mayores recursos. En ese año el presupuesto solo incrementó una décima parte de lo que se requería para afrontar la pandemia”
Detalló que durante la pandemia el gasto en salud presentó un aumento de 3.4% respecto al monto ejercido en 2019 y a una décima parte de lo que se habría requerido para dar respuesta a la pandemia.
La experta precisó que en todas las instituciones públicas de salud se priorizaron cosas como aportaciones a fideicomisos, servicios personales y subcontratación de servicios, en lugar de comprar más medicamentos y atender a pacientes con enfermedades crónicas como cáncer, diabetes e hipertensión.
“Para 2022 se regresó a la estructura previa a la pandemia, pero de nueva cuenta se priorizaron otras cosas e incluso hay subejercicios importantes”
Asimismo, dijo que la preocupación es que el aumento presupuestario planteado para 2022 provino de una fuente no recurrente de recursos (Fondo de Salud para el Bienestar) y que los incrementos se destinaron a conceptos asociados con la atención de Covid-19 sin ser un financiamiento sostenible que tampoco atiende a la transición epidemiológica.
Finalmente, Macías señaló que el documento pretende dar algunas recomendaciones como dejar a un lado las visiones a corto plazo, además de ser coherentes con la estrategia de salud y acompañarla de un presupuesto, así como destinar el dinero a prioridades.
“Recordar que el derecho a la salud es una prioridad”, afirmó.
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