México podría llegar al final del actual sexenio con un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de apenas el 2%, una cifra muy baja considerando el tamaño de la economía mexicana, que aún con las condiciones internacionales tiene el potencial para alcanzar un 4% o 5%, pero para llegar a esa meta es urgente un cambio de estrategia e incentivar verdaderamente la inversión privada, dijo a Infobae México el investigador y economista, Roberto Ramírez Hernández.
El investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (IIEC-UNAM), considera que la visión “nacionalista” del presidente Andrés Manuel López Obrador ha llevado al gobierno federal a mantener una postura muy rígida frente a la partcipación del sector privado en la estimulación de la economía.
De acuerdo con los datos presentados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), durante el primer semestre de 2022, el Producto Interno Bruto (PIB) del país avanzó un 1.9%, sin embargo, tras la caída del 8% que sufrió en el año 2020, aún no se recuperan los niveles de crecimiento previos al 2019.
“Estamos creciendo a un nivel muy bajo para una economía como la nuestra y su nivel de población. Tendríamos que estar creciendo por lo menos al doble, 4% o 5%, pero para que eso sucediera necesitaríamos tener una mayor apertura en cuanto a temas de inversión, sobre todo de inversión privada”.
Aunque Ramírez Hernández reconoció que la flexibilidad no ha sido la característica principal de este gobierno, insistió en la necesidad de dar una vuelta de timón a la política económica, pues la inversión pública no ha sido suficiente para tener mejores condiciones.
“Todo lo que ha hecho es manejar inversión pública, como el tema de Dos Bocas, el Tren Maya y otros proyectos por lo que ha apostado”
Sobre estos proyectos infraestructura, para el doctor en economía el Tren Maya, particularmente, no parece una mala inversión, no obstante considera que ha sido insuficiente para detonar el crecimiento económico.
“Entonces, si el gobierno no recapacita en el sentido de empezar a pensar en otras fórmulas que nos funcionen para la economía, pues muy difícilmente vamos a entregar una economía creciendo a un 4% o 5%, que realmente es lo que necesitamos.
Ramírez Hernéndez advirtió que de no realizarse modificaciones desde el gobierno federal, el PIB ni siquiera alcanzaría a crecer al 3% para el año 2024, agregó que las previsiones de los analistas se presentan a la baja.
Con relación a los comentarios del economista del IIEC-UNAM, podemos encontrar que aunque este año se da por descontado un crecimiento aproximado del 2.4%, para el siguiente año (2023) el FMI recortó sus previsión anual para México a 1.2%; Banxico a 1.5%; la OCDE también a 15% y Citibanamex hasta el 1.2%.
Gobierno de AMLO no aprovechó las ventajas de la apertura energética
El doctor Roberto Ramírez Hernández consideró que las reformas que se implementaron en la administración anterior apuntaban a resultados positivos para nuestra economía, donde el mercado eléctrico estaba empezando a funcionar de una manera favorable, pero lamentablemente se frenó con las decisiones tomadas en el actual gobierno.
En el caso del T-MEC y las recientes diferencias con Estados Unidos y Canadá por el tema de la discriminación a las empresas extranjeras en materia energética, el investigador alertó que si México se empecina en mantener la posición de calificar el asunto como injerencia extranjera bajo el discurso de “no permitimos que los gobiernos extranjeros nos vengan a decir cómo hacer las cosas”, entonces la siguiente administración podría enfrentar un escenario complejo.
Mientras el gobierno federal, a través de secretarios de Estado como Rocío Nahle, defienden la interpretación del capítulo 8 del T-MEC para cambiar en cualquier momento sus leyes en materia de energía, el investigador apuntó que en realidad sí existen una serie de acuerdos que se deben de cumplir, pues están signados en el acuerdo comercial que está misma administración ratificó.
En cuanto al escenario de las consultas que se llevan a cabo entre las delegaciones de EEUU, Canadá y México, sobre esas diferencias comerciales y la antesala para llevar el litigio ante un panel de arbitraje internacional, el economista de la UNAM explicó la baja probabilidad de que en los próximos dos años nuestro país resienta un impacto en el hipotético caso de no ganar la disputa.
Aunque algunos expertos advierten el riesgo para México de enfrentar sanciones comerciales por miles de millones de dólares, en caso de que un panel internacional falle a favor de nuestros socios comerciales, Ramírez Hernández desestimó que los efectos se pudieran resentir en el corto plazo y señaló a que EEUU y Canadá aguardarán a un cambio de postura, pero más allá de 2024.
“No creo que exista un impacto en ese sentido, pero no es por el cambio de posición en el gobierno, sino porque estas consultas van a tardar bastante. Lo que más bien habría que esperar es que haya un cambio de posición con el gobierno que entre (en 2024), y revisar cuáles van ser las banderas que va a estar defendiendo”, indicando que la llegada de una nueva persona a la presidencia de la República podría dar un giro para destrabar el conflicto en torno al T-MEC.
El doctor Ramírez Hernández destacó que en medio de la tensión comercial por el tema de política energética de México, Estados Unidos abrió la puerta al gobierno del presidente López Obrador para sumarse a la estrategia de producir tecnología (específicamente de microprocesadores) y que de aprovechar esa oportunidad dejará importantes beneficios a nuestra economía, pues dejar fluir la inversión privada dará un impulso a nuestro motor económico.
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