Habitantes de Mexicali, en el estado de Baja California, vivieron minutos de pánico debido a que una tormenta de arena y polvo azotó la ciudad, dejando varios heridos y pérdidas materiales.

De acuerdo a los reportes, poco después de las 15:00 horas (tiempo local) el cielo se oscureció y fue cubierto por una impresionante cortina de polvo, la cual registró vientos de hasta 86 kilómetros por hora. Además, la temperatura descendió de los 38  a los 25 grados centígrados.

“De un momento a otro se hizo de noche y todo volaba [...] Fue apocalíptico”, dijo a Infobae México un habitante de la ciudad.

Tal fue la intensidad de la tormenta que los automovilistas decidieron suspender su circulación, pues la arena no permitió ver con claridad las vialidades.

Incluso, en redes sociales se viralizó un video que muestra cómo los fuertes vientos causaron el derrumbe de la pared de un edificio de la Universidad de Durango, campus Mexicali, la cual cayó hacia el estacionamiento, dejando al menos cuatro vehículos sepultados.

En el material de 20 segundos de duración se escuchan los gritos de los estudiantes que captaron el colapso: “¡No mam*s, ahí estaban carros!”.

También se difundieron fotografías de los árboles caídos en algunas zonas, entre ellas dentro de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC).

Por si fuera poco algunas colonias reportaron cortes de energía eléctrica, debido a la caída de los cables de luz.

Al respecto, la gobernadora del estado, Marina del Pila Ávila Olmeda, informó a través de su cuenta de Twitter que la coordinación estatal de protección civil atendió la emergencia.

De igual forma hizo un llamado a la población a no circular por las calles para evitar más accidentes.

Hasta ahora se reportan dos personas lesionadas, siete vehículos dañados y más de 70 postes de luz caídos.

De acuerdo con la declaración del habitante, la tormenta duró cerca de 20 minutos y luego de su paso comenzó a llover. Cabe mencionar que en esa región del norte muy pocas veces al año hay precipitaciones.

La tormentas de arena y polvo constituyen peligros meteorológicos comunes en las regiones áridas y semiáridas y, en general, están causadas por tormentas —o fuertes gradientes de presión asociados a ciclones— que incrementan la velocidad del viento en una amplia zona, según la Organización Meteorológica Mundial.

El polvo en suspensión en el aire constituye un grave riesgo para la salud humana y el tamaño de sus partículas es clave al determinar el potencial peligro.

Las partículas de un tamaño superior a 10 μm no se pueden respirar y dañan solo los órganos externos (causan principalmente irritación en la piel y los ojos, conjuntivitis y mayor susceptibilidad a las infecciones oculares).

Las partículas que se pueden inhalar, aquellas con un tamaño inferior a 10 μm, en general quedan atrapadas en la nariz, boca y la parte superior del tracto respiratorio y se pueden asociar a trastornos respiratorios como el asma, la traqueítis, la neumonía, la rinitis alérgica y la silicosis, pero las más pequeñas pueden penetrar hacia la parte inferior del tracto respiratorio e ingresar al torrente sanguíneo, desde donde pueden afectar todos los órganos internos y causar trastornos cardiovasculares, de acuerdo con la misma organización.

- Evitar exponerse a las altas concentraciones de polvo

- Tomar resguardo durante estos eventos

- Cerrar todas las entradas de aire a los cuartos durante las tormentas

- Si es necesario estar a la intemperie, utilizar lentes y cubrebocas o pañuelo (especialmente las personas propensas a las enfermedades respiratorias)

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