Marcelo Ebrard, titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), sostuvo que actualmente, tras la invasión de Rusia a Ucrania, existen indicadores globales que mantienen una gran similitud con los existentes al inicio de la llamada Guerra Fría, misma que mantuvo a todos los gobiernos del mundo en tensión máxima a mediados del Siglo XX.
Durante su comparecencia en el Senado de la República, el canciller mexicano expuso este miércoles 5 de octubre que el contexto global ha cambiado en los últimos meses de manera radical, pues las prioridades cambiaron rápidamente al pasar de garantizar la vacunación contra el COVID-19 a procurar medidas económicas que combaten la inflación.
Señaló que, hace un año, se esperaba que el cuadro de vacunación completo contra el SARS-CoV-2 funcionara como el elemento que garantizara una recuperación económica ante la parálisis que generó la pandemia en las actividades económicas globales; sin embargo, el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania atrajo consecuencias que no se esperaban.
“El mundo está en un conflicto mayor, hay una guerra cuyas implicaciones son muy importantes para todo el mundo”.
En ese sentido, sostuvo que la inflación es una consecuencia de la invasión y que la perspectiva de escalada en dicho conflicto perfila una crisis mayor en diferentes escalas, por lo que México debe mantener una posición de Estado equilibrada, en la que no se tomen bandos que contribuyan a la polaridad.
Explicó que la invasión que inició a principios de 2022 involucra riesgos muy importantes: “la Federación Rusa es la segunda potencia nuclear del mundo y hay una guerra en su frontera, debemos de tener claro que la evolución de ese conflicto puede determinar un cambio en los equilibrios políticos mundiales”.
Una vez planteado este contexto, el canciller mexicano recalcó que el trabajo de México en el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha sido pugnar por la política e insistir en los mecanismos de mediación, por ejemplo, desde 1945, el Estado mexicano se opuso —y se sigue oponiendo— a que algunos países miembros del Consejo tengan la capacidad de veto, pues esto inhibe el diálogo.
Y, aunque reconoció que la posibilidad de mediación aún se ve remota, “parece casi imposible”, se deben agotar todos los recursos diplomáticos y de interlocución para hacer un llamado a la paz entre ambas naciones. Aunado a ello, señaló que existe una similitud con el inicio de la Guerra Fría.
“Lo que está ocurriendo, lo que estamos viviendo, es una reinstalación del lenguaje, prácticas y, a veces, las estrategias de la denominada Guerra Fría en su primera etapa. No creíamos que la íbamos a volver a vivir, pero se está viviendo de nuevo”.
Como reflexión profunda, Marcelo Ebrard recalcó que no se debe de tomar partido por alguno de los bandos “y llevar a las últimas consecuencias esa lógica, que es la guerra”. En cambio, recalcó que el trabajo de México en el Consejo de Seguridad de la ONU y del embajador Juan Ramón de la Fuente ha sido de suma relevancia para promover esta tesis pacifista ante un contexto hostil que trajo consecuencias graves a nivel mundial.
Cabe destacar que, por un lado, Ucrania es el mayor productor mundial de trigo, por lo que la cadena de valor relacionada a este cereal se ha visto afectada y, por el otro lado, Rusia es uno de los mayores proveedores de gas natural y petróleo del mundo. Por lo que la invasión a territorio ucraniano atrajo consecuencias inflacionarias de gran calado contra las economías del mundo. Por lo que es preocupante en México conocer qué se puede hacer ante esto.
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