Las facciones del Cártel del Golfo han recompuesto sus múltiples intereses en Tamaulipas con alianzas en la policía y Guardia Nacional para enfrentarse o unirse al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Los presuntos nexos corruptos, así como las disputas del narco, están registrados en correos electrónicos hackeados a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) por el colectivo Guacamaya, quienes vulneraron la ciberseguridad para obtener hasta 6 Terabytes (TB) de información de la dependencia militar.
La Sedena consignó parte del análisis criminal en un informe del Componente de Operaciones del Centro Regional de Fusión de Inteligencia del Noroeste, cuya fecha fue establecida el pasado 31 de agosto. Ahí se revela la evolución del Cártel del Golfo en varios frentes que incluyen sobornar a las autoridades locales y federales.
Según el reporte, la facción de los Ciclones cooptó a miembros del Grupo de Operaciones Especiales de la Policía Estatal de Tamaulipas (GOPES), así como integrantes de la Guardia Nacional para rastrear al CJNG, así como posibles enemigos aliados en los Panteras.
El informe de la Sedena asegura que el llamado cártel de las cuatro letras llegó a Tamaulipas a través de San Luis Potosí y el norte de Veracruz. La presencia de las fuerzas de Nemesio Oseguera Cervantes, el Mencho, fue alertada por la madre de un lugarteniente de la asociación Ciclones-Escorpiones: Juan Enrique Avalos Landaverde, la Pingüa.
La mujer, identificada como Aidé Landaverde Vilano, la Flaca, es hermana de José Alberto García Vilano, el Kena 19, quien a su vez está en segundo orden de relevancia de las células que han permanecido del Cártel del Golfo. Los indicios sobre el arribo del CJNG fueron detectados en el poblado de Soto la Marina, a casi tres horas de la frontera de Tampico y una hora y media de la capital. De ahí que la ubicación se advierte estratégica.
Según el informe de la Sedena, la Flaca que alertó sobre los enviados del Mencho opera con dinero proveniente de la delincuencia, pues maneja fondas y locales de comida económica en Matamoros, donde surgió la organización criminal. En un principio denunciaron en redes sociales que había al menos 50 sicarios que retuvieron a algunos habitantes, les despojaron de sus celulares y por ello se solicitaban intervenciones del Ejército.
La Sedena identificó que los criminales pertenecen al brazo armado de la Operativa Bélica, pues también se extendieron hacia Tula. En ambas demarcaciones, el Cártel del Golfo reforzó a sus fuerzas para garantizar su ruta de trasiego de drogas. Previamente, el CJNG mató y descuartizó a Sergio López Pelayo, el Canelo.
Además de eso, las facciones de Ciclones y Escorpiones implementaron operativos coordinados con los Gopes y la Guardia Nacional para dar con sus enemigos regionales. Pero la información de fuentes abiertas no contaba con mayores reportes institucionales para verificar las incursiones, aunque sí se sabe que los accesos fueron por el norte de Veracruz.
La fracción consignada por la Sedena apunta a los intereses entremezclados, pues en Reynosa, el CJNG mantuvo alianzas con los Metros, liderados por César Morfín Morfín, el Primito. Este sujeto que sigue prófugo opera en en la zona sur norte de Tamaulipas como Camargo, Gustavo Díaz Ordaz y Miguel Alemán.
Hasta la fecha continúan escisiones internas diferenciadas, porque el 18 de agosto pasado los Ciclones acudieron a la comunidad del Moquetito de Matamoros en venganza a las incursiones en Soto la Marina. En la frontera buscaron a Pablo Misael Lara, el Pantera, jefe de los Panteras.
Para frenar mayores conflictos el Cártel del Golfo envió a Timoteo Chávez Ruelas, el Timo, a Soto la Marina, pues es suegro de Alan Alexis Cárdenas Rodríguez. Este último es hijo de José Alfredo Cárdenas Martínez, el Contador, recapturado en febrero pasado y requerido por diversos cargos de narcotráfico en Estados Unidos.
De este modo se muestra una parte de las divisiones de la empresa criminal, así como subestructuras que pelean interses regionales, aún con los mismos traficantes que pertenecen a la organización criminal.
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