El pasado 29 de septiembre, el grupo de hacktivistas Guacamaya logró burlar la ciberseguridad de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y extraer miles de documentos confidenciales, equivalentes a casi seis terabytes.
Cabe recordar que, según lo revelado, la información extraída del hackeo data del 2016 hasta septiembre de este año. En ese sentido, se dejó al descubierto archivos sin testar del gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), tal y como reportes médicos ocultos que revelarían su verdadero estado de salud.
Sin embargo, Carlos Loret de Mola, periodista a quien Guacamaya proporcionó las evidencias, negó que las enfermedades del Jefe del Ejecutivo sean lo más trascendental de las revelaciones: es el desgaste del mandato presidencial lo que realmente destacaría de la más grave vulneración a la ciberseguridad del Ejército, según el comunicador.
“La exposición de sus reportes médicos secretos es sencillamente el ejemplo emblemático de los alcances del hackeo: se metieron hasta el buró de su cama”.
Cabe recordar que los millares de documentos también demostrarían el enorme poderío que los militares han obtenido en la actual administración, a raíz de su papel protagónico en la política de seguridad de Andrés Manuel - tachada como un intento de militarización.
Así lo refrendó Loret de Mola en su columna de opinión de The Washington Post, destacando que el fortalecimiento de la secretaría a cargo de Luis Cresencio Sandoval expone el debilitamiento de la Presidencia de México ante una dependencia que - al menos en el actual sexenio - “es más poderosa que nunca”.
“En el ejercicio del poder, el Ejército manda en México (...) La pregunta ya no es qué tan útil le es el Ejército al presidente, sino que tan útil es el presidente para el Ejército. Y eso es gravísimo”.
Han sido varios los analistas y expertos que advirtieron del riesgo que representa el hackeo masivo hacia la Defensa Nacional. Una preocupación que Loret de Mola respaldó al exponer que la irrupción de Guacamaya constataría la fragilidad de la dependencia en este ámbito - posiblemente descuidado para priorizar las tareas de seguridad pública encomendadas desde el Ejecutivo.
“Parece que la omnipresencia del Ejército en la vía pública no fue suficiente para detectar al irrumpiendo en su casa, y son ellos mismos quienes deben proteger las nuestras”, aseveró.
Pese a dichas alarmas, López Obrador no ha demostrado más que una postura despreocupada y calmada. Tanto así que, incluso, rechazó tomar eventualmente acciones legales contra los hacktivistas: “El que nada debe, nada teme”, afirmó.
“Estoy seguro que todo eso que hackearon ya se ha dicho. Hasta lo de mi enfermedad. Ya se había dicho”, señaló en su mañanera del 3 de octubre pasado. “Pueden sacar lo que quiera. Tengo un escudo protector”, atajó.
El tabasqueño, de igual manera, ha materializado esta postura desde mofas y ataques, hasta desprestigios e incluso la proyección de una canción de Chico Che a fin de “juguetear con su condición médica”. Conductas las cuales, para el también colaborador de Latinus,
no representa más que la ausencia presidencial: “El presidente ya no está”, condenó.
“Minimizar la más grave vulneración a la ciberseguridad no es como debe reaccionar un jefe de Estado (…) Su reacción habla de su incapacidad de gobernar ante la verdadera dimensión del problema que hoy enfrenta”.
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