Los archivos secretos del narco: quien fue el “padrino” de los más temibles capos mexicanos

Pedro Avilés Pérez es conocido por ser uno de los padrinos de Miguel Ángel Félix Gallardo, “El Jefe de Jefes”, y por ser uno de los primeros en establecer alianzas con las mafia italoestadounidense

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Pedro Avilés Pérez, El León de la Sierra (Infobae)
Pedro Avilés Pérez, El León de la Sierra (Infobae)

La noche del 15 de septiembre de 1978, en plena fiesta nacional por la Independencia de México, un grupo de elementos de la Policía Judicial Federal se encontraba en un retén dipuesto sobre el camino vecinal que conduce al poblado de “El Tepuche”, aproximadamente a 10 kilómetros de Culiacán, la capital de Sinaloa.

Eran alrededor de las 21:00 horas cuando se acercaron dos camionetas Ford pick-up con nueve personas abordo, seis hombres y tres mujeres. Entre ellos se encontraba Pedro Avilés Pérez, El León de la Sierra, considerado como el primer gran capo de México.

Un reporte de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), consultado por Infobae México en el Archivo General de la Nación (AGN), detalló que los tripulantes de la camioneta, en lugar de detenerse cuando los policías les marcaron el alto, aceleraron el paso para eludir el retén, pero fueron acribillados por los oficiales el camino conocido como la “Y griega”.

Todos los que viajaban en la furgoneta, incluido al capo sinaloense que fue el primero en hacer alianzas con la mafia italoestadounidense, a través del clan dirigido por Charles “Lucky” Luciano, para el tráfico de heroína y marihuana, murieron por los impactos de bala.

Don Pedro, nacido en Tamazula Durango, el 11 de abril de 1931, perteneció a la primera generación de narcotraficantes sinaloenses, donde también figuraban personajes como Ernesto Fonseca Carrillo, Don Neto, y Juan Manuel Salcido Uzeta, alias el Cochiloco.

El León de la Sierra

Badiraguato, Sinaloa (FOTO: RASHIDE FRIAS /CUARTOSCURO)
Badiraguato, Sinaloa (FOTO: RASHIDE FRIAS /CUARTOSCURO)

Avilés Pérez también es conocido por ser uno de los padrinos de Miguel Ángel Félix Gallardo, “El Jefe de Jefes”. Se dice que incluso Don Pedro lo introdujo al pequeño gremio de narcotraficantes sinaloenses que en aquella época, los años setenta, apenas comenzaba a florecer.

Gracias al apoyo del León de la sierra, Félix Gallardo, un sinaloense con una marcada inteligencia para los negocios, se ganó rápidamente el respeto de ese grupo de narcos.

En 1976, las autoridades de la DFS ya tenían en la mira a Pedro Avilés. Espías de esa agencia de inteligencia, creada por el ex presidente Miguel Alemán Valdés en 1947 con la idea de hacer una versión mexicana del FBI, descubrieron que vivía en las calles de Juárez y Nayarit, entre Soto y Yocupicio, en San Luis Río Colorado, Sonora.

Así lo reveló una investigación especial de la DFS en colaboración con la división de San Diego del Buró Federal de Investigaciones (FBI) que investigaba el tráfico de migrantes en la frontera, con fecha del 22 de marzo de 1973. Su esposa, Librada Covarrubias, fue arrestada por la policía.

Tres años antes, Avilés Pérez fue detenido por oficiales de la Judicial Federal en esa misma ciudad junto con 22 integrantes más de su organización que tenían en su poder heroína, cocaína y marihuana, así como armas largas de diversos calibres y juegos de placas de automóviles correspondientes a diversos estados de la República.

Don Pedro fue el primero en traficar sustancias prohibidas de México a Estados Unidos gracias a su negocio que floreció durante los años de la Segunda Guerra Mundial en el marco de la política de “puertas abiertas” del gobierno estadounidense. Su socio principal era Max Cossman “El Rey del Opio”. Operó en San Luis Río Colorado, Sonora y su territorio abarcaba el paso fronterizo de esta zona hasta Tijuana.

Se habla de que hubo un convenio secreto con el gobierno de Roosevelt, quien impulsó e incluso financió el cultivo de amapola en México para producir heroína. Las sierras de Sinaloa, Durango y Chihuahua ya tenían importantes cultivos y las condiciones adecuadas para incrementar su producción. A partir de 1940 se intensifica esta actividad, principalmente en el municipio de Badiraguato en Sinaloa.

Las “envidias” mataron a Don Pedro

FOTO: RASHIDE FRIAS /CUARTOSCURO.COM
FOTO: RASHIDE FRIAS /CUARTOSCURO.COM

El Cochiloco”, también conocido como el comandante Martínez, de acuerdo con una entrevista que le hizo Dossier Político, fue el vengador de Pedro Avilés.

“A Avilés lo mataron por puras envidias. Era un jefe, jefazo, volaba para serlo. Era valiente y le daba dinero al gobierno con tal de que no lo molestaran”, declaró el narcotraficante de la vieja escuela.

“Una persona de apellido Alcalá era jefe de grupo de la policía federal y pedrito le dio 20 mil pesos, porque él cooperaba mucho con el gobierno para que lo dejaran trabajar. Pedro era muy recio, capo grande, y ahí en la mafia también hay envidias”, recordó.

Un reporte de la DFS, con fecha del 22 de marzo, detalló que un traficante llamado Salvador Chávez Najera sacó en una avioneta al Pájaro de la Sierra de Badiraguato, Sinaloa, después de que se registrara un enfrentamiento entre narcos y elementos del Ejército, donde perdió la vida un soldado.

De acuerdo con las investigaciones de la periodista Anabel Hernández, publicadas en su libro “Los Señores del Narco”, bajo las órdenes de Pedro Avilés estaban hombres que años después se convertirían en los jefes más temibles del narcotráfico.

Entre esos hombres se encontraban: Miguel Félix Gallardo, Ernesto Fonseca Carrillo, “Don Neto” y Juan José Esparragoza Moreno, alias “El Azul”.

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