No es extraño que algunos famosos den a conocer que vivieron duros momentos derivados de sus historias personales con adicciones y otros vicios, y mientras algunos han caído estrepitosamente en un “barril sin fondo”, otros han logrado salir avante y continuar con sus vidas exitosamente.
Ta es el caso de Claudio Yarto, cantante líder del grupo Caló, quien narró que pudo salir de las adicciones gracias a su fe, fuerza de voluntad y porque le pusieron un implante especial en el cuerpo que le ayudó a sobrellevar la ansiedad.
Entre sus pasajes de vida, el DJ que se ha consolidado como uno de los primeros exponentes de rap en español, recordó que siendo un niño tuvo el primer acercamiento con el alcohol en el lugar menos sospechado.
El cantante de Formas de amor relató en una entrevista para Gustavo Adolfo Infante que en su niñez, mientras estaba estudiando la primaria en un internado, se desempeñaba como monaguillo en una iglesia, a donde lo enviaban cada que terminaba debidamente sus labores.
“Los que llegaban primero a la misa se podían vestir de acólitos, entonces me tocó una vez, era el segundo que llegaba, ponerme mi traje de acólito”, recordó en el programa El minuto que cambió mi destino.
Y es que fue en su papel como monaguillo cuando el rapero tuvo su primer contacto con una bebida embriagante, y no solo eso, sino que experimentó su primera borrachera.
“El padre me pasó el cáliz con la sangre de Cristo y de 12 años me lo bebí todo. Me puse ped* en la iglesia (…) Nunca había tomado alcohol y el vino de consagrar no es tan fuerte, de hecho es muy dulce y cuando lo probé dije ‘qué rico’”, explicó el músico.
“Cuando le regresé el cáliz al padre, lo vio y siguió la ceremonia. (…) Yo creo que por eso Dios me ha perdonado todas porque ahí fue, él me dio permiso”, bromeó durante su charla con el periodista de Imagen Televisión.
El cantante de temas clásicos de los 90 como Ponte atento, Capitán y No puedo más, narró que en sus 59 años ha tenido que ingresar a una terapia de rehabilitación en cuatro ocasiones, derivado de su consumo de cocaína, de cuya última recaída ocurrió justo antes de la crisis sanitaria que puse al mundo en jaque, en 2020.
“Vivía escondido y esperaba a recuperarme. Lo primero que dije fue ‘soy adicto’. Por eso supieron, sino no lo hubiera sabido nadie que había ido a Oceánica y que había defendido mi enfermedad como loco, durante 13 días”, narró.
“La última vez que tuve una recaída fue hace dos años y medio, que me puse una de perro bailarín, pero me di cuenta. Llegó la pandemia y de repente empecé a reflexionar. Me di cuenta que estaba sobreviviendo a una eliminación humana”, aseguró.
El músico que hace mancuerna con las hermanas Maya y María Karunna y su bailarín On-C, junto con quienes son considerados el grupo pionero del rap en español destacó que le colocaron un implante gracias al cual ha podido dejar atrás el impulso de consumir sustancias ilícitas.
“Vale 30 mil pesos la operación, para muchas personas es caro, por eso queremos hacer una A.C para ver si con fondos de la sociedad (…). Te ponen ese implante y lo que hace es que trabaja sobre el sistema límbico, llega a los neuroreceptores y los quema. Esos ya no se vuelven a regenerar, entonces ya no tienes el receptor que te está pidiendo la sustancia que es con la que no puede el adicto”, explicó el famoso.
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