Cada año, el último fin de semana de junio, la Ciudad de México se prepa como escenario principal para la marcha del orgullo LGBT+, donde las personas muestran su libertad y luchan contra la homofobia saliendo a las calles.
La visibilidad y la presencia son las principales armas de esta población, pues entre más conocimiento tengan de que existimos, hay la esperanza de que se les respete.
La marcha del orgullo se llega a celebrar en muchos países ese mismo mes, pero no siempre fue así, su origen se remonta en 1978, 10 años después de la matanza de los estudiantes de Tlatelolco, donde caminó por primera vez el 2 de octubre.
Pasados los acontecimientos de la noche de Tlatelolco, muchos jóvenes pidieron un alto a la represión: su esperanza era cambiar el mundo y acabar con los abusos razón por la cual partieron de la columna de independencia, pero fueron desviados por la policía para que no siguieran por Paseo de la Reforma.
Los carteles y consignas fueron las primeras páginas que se escribieron junio de 1979 y lo marcaron como el primer capítulo para el reconocimiento de los derechos de las lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, travestis, transexuales e intersexuales (LGBTTTI+).
Apenas lograron juntar mil personas que llegaron a la hoy extinta plaza Carlos Finlay donde culminaron la primera marcha del orgullo homosexual en México, de ese mismo año. Esta se identifica como la primera en el país, pero la que dio pie fue la del 2 de octubre de 1978.
Contexto histórico LGBT+
El orgullo se formó como un proyecto político para contrarrestar las ideas negativas sobre la población LGBT+ y hacer frente a los prejuicios que las concebían como patológicas, anormales, amorales y perversas.
A su vez fue una manera de alzar la voz y mostrar cómo es que han sido criminalizados, estigmatizados y satanizados, con el fin de darle una vuelta a esas ideas y acabar con ellas.
El discurso del orgullo tuvo su primer auge en los conflictos de 1960, en Nueva York y cuya característica fue la rebelión de grupos de homosexuales, lesbianas y travestis en contra de la violencia y represión policiacas. Sucesos que pasaron a la historia como los disturbios de “Stonewall” y representan un momento coyuntural para el movimiento de la liberación homosexual.
Cada país es distinto, todo dependiendo del contexto político, histórico y social como ejemplo en México donde hubo una mirada mediática en 1901 cuando encarcelaron a 41 hombres homosexuales en una casa ubicada en la Ciudad de México.
La mitad de los participantes vestía ropas femeninas y se cuenta que entre ellos se encontraba Ignacio de la Torre, yerno de Porfirio Díaz, exento de ser apresado. Los 41 hombres restantes fueron detenidos.
El momento no pasó desapercibido y se quedó plasmado en los periódicos gracias al ilustrador José Guadalupe Posada quien ridiculizó y caricaturizó a los homosexuales.
“Aquí están los maricones, muy chulos y coquetones”, se leía en el titular. Desde ese momento se relaciona el número 41 a la homosexualidad en México.
Rumbo a la primera marcha LGBT+
Setenta años después del capítulo de los “chulos y coquetones”, en 1971 se formó la primera asociación a favor de los derechos LGBT+ que llevó por nombre Frente de Liberación Homosexual en México (FLH).
Este grupo se realizó después de que sus integrantes se enteraron de un acto de discriminación: una tienda departamental corrió a un hombre porque pensaron que era homosexual.
La movilización, a causa del despido, se realizó en diferentes planteles como la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM que entre sus participantes estaba el escritor Carlos Monsiváis y la dramaturga Nancy Cárdenas.
Después de ese día empezaron a crear primeras organizaciones LGBT+ como: el movimiento de liberación homosexual son SEXPOL (creado por el activista Antonio Cué en 1975) dedicado a los estudios en torno a la sexualidad y la política.
En 1978 surgió el Frente Homosexual de Acción Revolucionaria (FHAR), basaba su trabajo en la disidencia y su apartidismo político, contaba con el activista Juan Jacobo Hernández.
Hubo otros como Ákratas (1975), Lesbos (1977) y Oikabeth (1978), considerada la primera organización pública de mujeres lesbianas. Los dos últimos grupos fueron formados por la activista lesbofeminista Yan María Yaoyólotl Castro.
El Grupo Lambda de Liberación Homosexual, el cual tenía una posición feminista, nació en 1978 y fue fundado por la escritora Claudia Hinojosa. Las agrupaciones de mujeres lesbianas también hablaban sobre la liberación de la mujer y la lucha contra el patriarcado.
Con ello se tuvieron los primeros antecedentes no solo de la marcha LGBT+, sino también su cercanía con el movimiento socialista y el movimiento estudiantil.
El 26 de julio 1978, en la marcha del veinticinco aniversario, de la Revolución Cubana, participó una treintena de homosexuales que se identificaron como integrantes del FLHM.
El 2 de octubre del mismo año, el Frente Homosexual de Acción Revolucionaria (FHAR), el Grupo Lambda de Liberación Homosexual y el Grupo Autónomo de Lesbianas Oikabeth participaron en un contingente en la marcha conmemorativa de los 10 años de la represión del movimiento estudiantil de 1968, considerándose como las precursoras del orgullo en nuestro país.
Un año después se conformó la primera marcha del orgullo Homosexual de la Ciudad de México (1979) y 43 años después sería conocida como la Marcha LGBTTTI+.
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