En la Ciudad de México existen varios edificios y monumentos que se han convertido en todo un ícono capitalino. Como ejemplo, se puede tomar el Ángel de la Independencia, que se encuentra sobre la avenida Paseo de la Reforma, una de las más conocidas y transitadas del país.
Sin embargo, existen otros sitios emblemáticos. Tal es el caso del Palacio de Bellas Artes, una de las edificaciones más majestuosas que hay en la capital y que tiene más de un siglo que inició su construcción.
El Palacio de Bellas Artes, formó parte del conjunto de arquitectura monumental impulsado por el expresidente Porfirio Díaz Mori, con el objetivo de celebrar el primer centenario del inicio de la Independencia de México. El proyecto original para la construcción del que sería el Nuevo Teatro Nacional, data de 1901, cuando el Gran Teatro Nacional fue demolido para ampliar la Calle 5 de Mayo.
A principios de 1900, el gobierno mexicano compró el Gran Teatro Nacional, y un año después inició su demolición. Al respecto, el periódico El Imparcial publicó que “los trabajos de demolición del Teatro Nacional se han llevado con la mayor actividad (…) El Teatro va a ser totalmente demolido, para después levantarlo”.
Otro de los periódicos de la época que lo comentaron, fue El Mundo Ilustrado, quien publicó que “y así, en todo, para evolucionar, es preciso remover obstáculos. Hoy, es una nota de actualidad, la demolición del primer teatro metropolitano. Multitud de personas contemplan diariamente el derrumbe de los fuertes muros, ven al descubierto, entre maquinaria desvencijada, telares carcomidos y abiertos escotillones, aquel escenario, amplio recinto, que por tantos años fue secretere de todas esas interesantes historietas que se designan con el nombre genérico de ‘vida entre bastidores’”.
Para 1904 comenzaron las obras del Nuevo Teatro Nacional, que estaban planeadas para terminarse en 1908, cuatro años después de su inicio. Sin embargo, no se concretó en el plazo propuesto, debido a las dificultades económicas y la inestabilidad del suelo. Además, el inicio de la Revolución Mexicana en 1910 provocó que la construcción se retrasara. En marzo de 1916 se detuvo totalmente, cuando el arquitecto del proyecto, el italiano Adamo Boari, encargado de su edificación junto con Gonzalo Garita, se marchó del país.
Los gobiernos revolucionarios de Carranza y y Obregón no abandonaron el proyecto e intentaron, en vano, concluir la magna obra. A pesar de que no estaba terminado, el recinto fue utilizado para realizar eventos importantes de la capital.
Para 1930, el entonces presidente Pascual Ortiz Rubio emitió un acuerdo para la terminación del Teatro Nacional. Se designó al arquitecto Federico E. Mariscal, quien rompió con el estilo original arquitectónico art nouveau de Boari y aplicó el art deco.
Luego de 30 años de haberse iniciado, la obra fue concluida bajo el nombre de Palacio de Bellas Artes. Fue inaugurada un día como hoy, 29 de septiembre, pero de 1934 a las 10:30 horas. Al evento acudió el presidente Abelardo Rodríguez y parte de su gabinete, además de una multitud de personas.
El director del Palacio de Bellas Artes, Antonio Castro Leal, refirió que la inauguración “era un suceso importante en materia de acción social educativa; no se trataba de inaugurar una casa vacía, sino un taller de trabajo cuya labor no fuera un ensayo sino realizaciones verdaderas del arte nacional y extranjero, ya que el arte es la más elevada forma de educación.”
¿Quién fue Adamo Boari?
Adamo Boari fue un célebre arquitecto italiano, nacido el 22 de octubre de 1863 en Ferrara, Italia. Estudió Arquitectura en las universidades de Ferrara y Bolonia, de la cual se graduó como Ingeniero Civil en 1886.
En 1889 se trasladó a Brasil para trabajar en diversos proyectos de una exposición universal. También residió en Uruguay, Argentina y Estados Unidos, en donde conoció Nueva York y Chicago. En esta última ciudad se estableció tras contraer fiebre amarilla en Brasil.
En 1899 recibió un diploma para ejercer profesionalmente como arquitecto en Estados Unidos, y cuatro años después revalidó su título en México. A partir de entonces fue uno de los predilectos del entonces presidente Porfirio Díaz.
En México participó en la construcción de diferentes obras, sin embargo, hubieron algunas que destacaron, como la construcción del Palacio de Correos, del que estuvo a cargo junto con el ingeniero mexicano Gonzalo Garita.
Sin embargo, el edificio al que le dedicó más tiempo fue el Teatro Nacional, hoy Palacio de Bellas Artes. Adamo Boari murió el 24 de febrero de 1928, en su natal Italia.
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