A ocho años de la trágica noche de Iguala en la que 43 estudiantes normalistas fueron interceptados y desaparecidos, aún existen grandes huecos en la investigación.
Frente a los avances presentados en agosto por la Comisión para la verdad y el Acceso a la Justicia (CoVAJ), la suspensión de 21 órdenes de aprehensión solicitada recientemente por la Fiscalía General de la República representó un freno repentino en el proceso que se buscaba iniciar contra funcionarios presuntamente involucrados.
Sumado a ello, este miércoles se dio a conocer la prolongación indefinida del juicio en contra de Jesús Murillo Karam, extitular de la desaparecida Procuraduría General de la República (PGR), cuya vinculación a proceso por desaparición forzada, tortura y entorpecer las indagatorias fue suspendida.
En adición, este mismo día trascendió un nuevo testimonio que reveló la presunta identidad de El Patrón, personaje identificado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) como posible líder de Guerreros Unidos y como el responsable de ordenar los ataques en contra de Los Avispones, el equipo de tercera división de fútbol de Iguala que perdió a un jugador aquella noche.
El testimonio de “Damián”, la nueva clave en el caso
“Damián” es uno de los tres testigos, hasta ahora, que han compartido su versión para integrarse a la evidencia de la FGR en contra de tres militares señalados por su presunta participación en la desaparición de los normalistas: José Rodríguez Pérez, Eduardo Mota Esquivel y José Martínez Crespo.
Según la información publicada por Milenio, “Damián” era en aquel entonces un policía municipal de Huitzuco. En la declaración narrada que presentó dicho medio se afirma que entre las 10:30 y 11 de la noche del 26 de septiembre de 2014 Damián recibió una llamada de Celedonio Núñez Figueroa, agente policial de Huitzuco, para que estuvieran pendientes y “se parapetaran sobre la carretera” en espera de un autobús azul, proveniente de Iguala, con estudiantes a bordo.
“Que les dispararan porque eran los que estaban haciendo su desmadre en Iguala y se querían meter a Huitzuco”.
El mensaje de alerta fue compartido por “Damián” a Juan Carranza Hernández, comandante de esa misma corporación. Más adelante, comentó el testigo, el agente Rodolfo Nava Ortiz le habría narrado lo que ocurrió previo al ataque al autobús de Los Avispones, en el que fallecieron el jugador de 14 años Josué Zurdito García Evangelista, el chofer Víctor Manuel Lugo y una mujer que viajaba en taxi aquella noche.
Según la relatoría compartida por “Damián”, Nava Ortiz fue con el comandante Javier Núñez Duarte. “Las tres unidades [de patrulla] 15, 17 y 18, las que llegaron al Palacio de Justicia donde estaba el autobús de los estudiantes, llegaron y posteriormente se fueron al crucero de Santa Teresa, donde se encontraban con el Cholo Palacios”.
Alejandro El Cholo Palacios era quien recibía el reporte en tiempo real del vehículo de los jugadores. “Su halcón que iba detrás del autobús informó que estaban a punto de llegar al crucero de Santa Teresa y ahí les abrieron fuego”, declaró “Damián”.
Entre las agresiones, El Cholo le apuntó directamente al joven jugador, quien se identificó como miembro de Los Avispones y pidió que no le hiciera nada. Palacios no respetó la petición y le disparó.
¿Quién era <i>El Patrón</i>?
En otro fragmento del testimonio de “Damián”, explica que “yo sabía que le llaman El Patrón a Rubén Figueroa, porque antes del comandante Núñez Duarte estuvo Fernando Montelongo, quien por meses junto a un hermano, un tío y otros tres más se ocuparon del municipio de Huitzuco y en repetidas ocasiones se refería a Rubén Figueroa como El Patrón.
Dicho señalamiento podría apuntar a Rubén Figueroa Alcocer, uno de los funcionarios de Guerrero (oriundo de Huitzuco) más cuestionados en las últimas décadas. Llegó a la gubernatura del estado en 1993 y, de los seis años que contemplaba su mandato, únicamente cumplió tres, pues se vio obligado a abandonar el cargo.
¿La razón? Fue señalado por distintas organizaciones sociales y ciudadanos como el responsable detrás de la masacre de Aguas Blancas ocurrida el 28 de junio de 1995, en la que policías y agentes judiciales del estado detuvieron a un grupo de campesinos, sin motivo alguno, y dispararon en su contra. Ese día, los oficiales ejecutaron a 17 trabajadores e hirieron a 14 más.
En febrero de 2019, en una entrevista con el medio local El Sur, a Figueroa Alcocer se le preguntó sobre el personaje de El Patrón referido en los informes de la CNDH.
Como respuesta, el exgobernador dijo: “Ahí le dicen ‘patrón’ a todo mundo. Eso es un eslogan de los norteños delincuentes, ‘llámale al patrón fulano, es un eslogan de la delincuencia, ahí no hay nadie. En mi pueblo [Huitzuco] fue muy poca la participación [...] Realmente yo no tuve conocimiento de nada de eso”.
Adicionalmente, respecto al caso Ayotzinapa, consideró que, desde 2019, “ya no hay mucho que decir” y compartió que lo primero que él hubiera hecho, en caso de estar en el poder, hubiera sido entregarle una indemnización a los padres y madres de los 43 normalistas desaparecidos.
Al final del testimonio de “Damián”, es posible escuchar que algunos agentes de seguridad “presumían amistad con El Cholo Palacios”, entre los que mencionó a César Nava González, exjefe de la Policía de Cocula. Después de que comenzaran las primeras detenciones relacionadas a este caso, explicó “Damián”, comenzaron las inquietudes entre uniformados. “Evidentemente las unidades de patrulla 015, 016, 017 y 018 acudieron a Iguala y tuvieron participación los elementos de Huitzuco en la desaparición de los muchachos estudiantes”, concluyó.
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