A cuatro meses de que se detectó el primer caso de viruela del mono o símica en México, la Secretaría de Salud (SSa) informó este martes que hasta el pasado 26 de septiembre se han confirmado en México mil 627 contagios en 30 estados.

De acuerdo con el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológicos (InDRE) los casos se encuentran distribuidos de mayor a menor de la siguiente manera:

- Ciudad de México, 967 contagios

- Jalisco, 215.

- Estado de México, 141.

- Yucatán, 72.

- Quintana Roo, 39.

- Tabasco, 24.

- Chiapas, 20.

- Nuevo León, 19.

- Baja California, 13.

- Morelos, 12.

- Puebla, 10.

- Veracruz, 10.

- Guanajuato, 9

- Nayarit, 9

- Chihuahua, 8

- Sinaloa, 8

- Aguascalientes, 6

- Coahuila, 6

- Hidalgo, 6

- Oaxaca, 6

- Querétaro, 5

- Michoacán, 4

- Campeche, 3

- Colima, 3

- Tamaulipas, 3

- Sonora, 3

- Zacatecas, 3

- Baja California Sur, uno

- Guerrero, uno

- San Luis Potosí, uno

En cuanto a la distribución por sexo, el 98% de los contagios corresponde a hombres. Además, el 47.4% tienen entre 30 y 39 años; es decir, 772 de los mil 627 casos confirmados. De los menores de 20 años, siete tienen 19 años, cuatro tienen 18 años, tres tienen 17 años, uno tiene 16 años, uno tiene 15 años, uno tiene 13 años, uno tiene 12 años, uno tiene nueve años y uno tiene tres años.

Aunque no se ha oficializado ninguna defunción por la enfermedad, dos personas que fallecieron durante la atención médica presentaron lesiones compatibles con viruela símica; al practicarles la prueba, resultaron positivas. Estos casos están bajo análisis por un grupo de personas expertas en materia de infectología, para dictaminar si existe causa atribuible a la infección por virus de la viruela símica.

Asimismo, el informe indicó que hay otras 434 personas como caso probable, pues sus resultados están pendientes, y mil ocho se han descartado.

En el panorama internacional, hasta la fecha se han reportado 65 mil 295 casos confirmados en 105 países, territorios y áreas en las seis regiones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), así como 26 defunciones.

Cabe destacar que un caso fue confirmado en Estados Unidos por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés), con antecedente de estancia en Puerto Vallarta, Jalisco, durante su periodo infectivo (de transmisión).

Después de la exposición al virus, la persona contagiada permanece asintomática de siete a 14 días antes del inicio de los siguientes síntomas:

- Fiebre de inicio repentino de 38 grados o más.

- Dolor de cabeza.

- Fatiga y debilidad.

- Dolores musculares.

- Inflamación de los ganglios linfáticos.

- Erupciones que aparecen primero en la cara, las manos y posteriormente se extienden al resto del cuerpo.

La persona enferma como quienes están a su alrededor deben usar correctamente cubrebocas, así como no acudir a lugares públicos durante 21 días (aislamiento).

La Secretaría de Salud expuso que el virus se puede prevenir al evitar contacto físico con personas infectadas o con sospecha de enfermedad, así como con los objetos de uso personal y materiales usados para la atención médica; también al lavar constantemente las manos con agua y jabón o utilizar gel antibacterial.

Existen prácticas que pueden incrementar el riesgo de infecciones, incluyendo la viruela símica, como: sexo con personas desconocidas, cuartos oscuros o fiestas sexuales; esto, debido al contacto estrecho entre las personas durante estas actividades.

También disminuye el riesgo el evitar compartir alimentos, bebidas, cubiertos y platos. En caso de contagio lo recomendable es lavar con agua tibia y detergente la ropa, toallas y sábanas de la persona enferma y los utensilios para comer; limpiar y desinfectar superficies contaminadas.

La evidencia científica disponible sugiere que las dos vacunas existentes contra la viruela humana tienen una efectividad imprecisa para prevenir la símica.

El pasado 9 de junio, la dependencia emitió un enérgico llamado para eliminar los mensajes que vinculen a la población LGBTTTIQ+ con la viruela símica, debido a que atenta contra los derechos humanos de las personas, perjudican el acceso de esta población a los servicios de salud integrales y de calidad centrados en las personas, y reducen el estado completo de bienestar de esta población.

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