A ocho años de aquella lamentable noche en Iguala, las y los familiares de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa desaparecidos continúan en la búsqueda de la verdad y la justicia en el caso de los jóvenes.

Pese a la incertidumbre y el encubrimiento por parte de las autoridades, las familias de los estudiantes, así como sus compañeros normalistas, mantienen su convicción por luchar para tener las respuestas que necesitan.

Junto con ellos, hoy marcharon alrededor de siete mil manifestantes —de acuerdo con cifras oficiales de la Secretaría de Gobierno de la Ciudad de México— desde el Ángel de la Independencia hasta la plancha del Zócalo capitalino.

La movilización inició minutos después de las 16:00 horas. Entre algunas consignas ya clásicas de estas manifestaciones, las y los asistentes corearon “26 de septiembre no se olvida”, “Estudiante callado nunca será escuchado” y “¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!”.

Uno de los elementos a destacar de la marcha del día de hoy fue la poca presencia policial durante las primeras horas, lo cual contrastó con el acostumbrado despliegue de elementos en las laterales de avenidas como Paseo de la Reforma, Juárez y 5 de mayo.

En esta ocasión, quienes acompañaron a los manifestantes desde el inicio fueron integrantes del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas (ERUM), así como personal de la Secretaría de Gobierno, encabezada por Martí Batres.

A lo largo del recorrido, los contingentes pasaron por varios puntos que actualmente tienen un gran significado para la sociedad civil y las organizaciones que luchan contra la injusticia: la Glorieta de las y los desaparecidos, la Glorieta de las mujeres que luchan y, por supuesto, el antimonumento a los 43 normalistas desaparecidos.

Fue en este punto, ubicado frente a la glorieta de la Torre Caballito, donde algunos manifestantes colocaron calcomanías para cambiar el nombre de la estación de Metrobús El Caballito, de la Línea 7, por “Antimonumento +43″.

Durante esta movilización, las madres y padres de familia enfatizaron que no estaban de luto, pues si bien las últimas investigaciones de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia (CoVAJ) apuntaron que no existen indicios de que los estudiantes sigan con vida, tampoco los hay, en sentido estricto, para afirmar que fallecieron.

En este sentido, además de las consignas, pintas y carteles que denotaban la indignación de los manifestantes, también tuvo presencia un grupo de músicos y bailarinas que, mediante sus actos artísticos, rindieron homenaje a las víctimas de desaparición en México, que al día de hoy suman 105 mil 811, según datos del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO).

El Zócalo de la CDMX fue el punto final de la movilización. La plancha de la Plaza de la Constitución, que una noche antes albergó de manera histórica a casi 280 mil personas para corear los éxitos de Grupo Firme, hoy estuvo a menos de una cuarta parte de su capacidad durante el mitin de las familias de los estudiantes de Ayotzinapa.

A las 18:00 hrs., las madres y padres de los normalistas comenzaron a ocupar el templete instalado para sus discursos durante el evento.

Como primera acción se solicitó guardar un minuto de silencio por los familiares que, lamentablemente, fallecieron a lo largo de estos ocho años de lucha.

De esta manera recordaron a Minerva Bello, Bernardo Campos, Saúl Bruno García, Tomás Ramírez Jiménez y Ezequiel Mora, madre y padres de estudiantes que perdieron la vida sin tener certezas sobre lo que ocurrió con sus hijos.

La primera madre de familia en tomar el micrófono durante el mitin fue Blanca Nava, cuyo hijo es Jorge Álvarez Nava. Como parte de su discurso, acusó al gobierno de Andrés Manuel López Obrador por “burlarse” de las familias, debido a que aún no existe claridad respecto a aquella noche del 26 de septiembre de 2014 y los días siguientes.

“Yo le digo a este nuevo gobierno que ya no se burlen de nosotras como madres [...] Exigimos que nos digan qué pasó, que ya no estén ocultando a los verdaderos responsables, nada más los están deteniendo por delincuencia organizada cuando sabemos que son responsables de la desaparición de los 43″, agregó Nava.

Posteriormente, Joaquina García Velázquez, madre de Martín Getsemany Sánchez, hizo uso de la palabra para contradecir las declaraciones del presidente López Obrador, quien sostuvo en su conferencia de esta misma mañana que las familias estaban de luto.

Otro de los puntos que destacaron los familiares durante el mitin fue la presunta participación de autoridades tanto del Ejército como de otras corporaciones de seguridad.

“Queremos decirle a Claudia Sheinbaum que no defienda a ese malviviente que es García Harfuch. Le va a pesar tener un delincuente a su lado”, comentó uno de los padres de los estudiantes en referencia a los señalamientos al actual secretario de Seguridad Ciudadana de la CDMX.

Cabe recordar que en septiembre de 2014, cuando ocurrió la desaparición de los estudiantes en Iguala, García Harfuch era comisionado de la Policía Federal en el estado de Guerrero; ya llevaba cinco años en la corporación y 22 meses en la entidad en donde sucedieron los hechos.

Al momento de la desaparición de los jóvenes dijo que estaba comisionado en Michoacán, pero después formó parte de la Agencia de Investigación Criminal, donde no cuestionó ni buscó responsables por la llamada Verdad Histórica.

García Harfuch también fue señalado por un testigo como agente sobornado por Guerreros Unidos, el grupo que desapareció a los estudiantes; sin embargo, el funcionario público ha rechazado cualquier implicación en el caso.

Bajo esta misma narrativa, Emiliano Navarrete, padre de José Ángel Navarrete González, criticó el desempeño de AMLO y solicitó que, si no estaba en las condiciones para ejercer su cargo en la Presidencia, dejara que alguien más lo hiciera.

Asimismo, hizo mención a la reciente suspensión de órdenes de aprehensión en contra de 21 personas señaladas dentro del caso —de las cuales 16 son militares— solicitada por la Fiscalía General de la República (FGR).

“El avance que habíamos logrado con este gobierno se vino abajo cuando se trató de tocar al Ejército”, aseveró Navarrete Victoriano.

Con el paso de las horas, los contingentes comenzaron a dispersarse y el mitin concluyó. Antes de retirarse, las familias y los estudiantes normalistas entonaron el himno Venceremos de la Unidad Popular chilena y realizaron un último pase de lista.

Al grito de “¡Justicia!”, los manifestantes marcaron el final de la movilización, pero dejaron en claro que su lucha seguirá hasta obtener la verdad que las familias han pedido hasta el cansancio desde hace ya ocho años.

SEGUIR LEYENDO: