A ocho años de que desaparecieran los 43 normalistas de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa en Iguala, Guerrero, el caso sigue generando nuevas revelaciones que siguen causándo gran indignación.
La última actualización del caso dio a conocer que un testigo protegido, identificado con el nombre clave de “Carla”, sostuvo que la noche del 26 de septiembre de 2014 tres integrantes de “Guerreros Unidos”, identificados como “La Minsa”, “El Gallo” y “El Comandante Pérez”, levantaron y torturaron brutalmente al estudiante Julio César Mondragón, también conocido como “El Chilango”.
“Carla’ afirmó haber visto con sus propios cómo ‘La Minsa’, con una navaja 007 grandota que tenía, le quitó el rostro al ‘Chilango’. Dijo: ‘Miré cuando Minsa llevaba el rostro en la mano pues se alumbró la mano para que tomara una foto el ‘Gallo’, no sé a quién se la enviaron”, dijo el testigo clave en la declaración consultada por el periodista Héctor de Mauleón.
El cuerpo de Julio César Mondragón fue encontrrado la mañana siguiente en una brecha de terracería conocida como “Camino del Andariego”, donde una fotografía publicada en diversos medios mostró al cadáver “descarnado” y “sin globos oculares”.
Una de las hipótesis de dicha acción criminal fue que los “Guerreros Unidos” pretendieron mandar un mensaje a sus rivales. Incluso se habló de cortes limpios en la piel: algo que solo podía llevar a cabo un sicario altamente experimentado en ese tipo de torturas.
Fue hasta 2016 cuando la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) presentó los resultados preliminates de su investigación del caso Iguala y abordó lo relacionado con la muerte del alumno Mondragón, a quien sus compañeros habían perdido de vista la noche de los hechos en una esquina de la calle Juárez.
El dictamen final conluyó que la muerte de Julio César Mondragón se debió a múltiples traumátismos en el cráneo y determinó que no habían ocurrido ni desollamiento ni cortes limpios en la piel. “La pérdida del tejido de la cara y cuello fue producto de la intrusión de la fauna depredadora del lugar atraída por la presencia de líquido hemático”.
Quién es “Carla”
“Carla” es uno de los testigos que, según las declaraciones consultadas por el columnista, atestiguó en contra del entonces coronel, y hoy general brigadier, José Rodríguez Pérez, a quien acusó de realizar “actividades” en favor del grupo delictivo. Una de ellas fue la de ayudar a la organización a transportar drogas y armas, aprovechando que (a los militares) “nadie los paraba en la carretera”.
Este testigo relató a la fiscalía que “Guerreros Unidos” operaba bajo el cobijo total del e xalcalde de Iguala, Guerrero, José Luis Abarca, y su esposa María de los Ángeles Pineda Villa. Ella, puestamente, recibía maletas llenas de billetes y “lavaba el dinero del grupo”. A cambio, permitía que la droga entrara en Iguala en camiones del DIF cargados con mariguana, cocaína y “cristal”.
El 26 de septiembre de 2014, de acuerdo con el testimonio de “Carla”, policías con el rostro cubierto les entregaron a Pérez, La Minsa y El Gallo a siete u ocho personas con cinchos en las manos. Las subieron a la batea de su patrulla y se dirigieron al Rancho del Cura:
“Doblamos a Huitzuco, antes de llegar a Tepecoacuilco está el basurero y ahí se metió la patrulla. Condujeron como por dos o tres minutos… (luego) empezaron a jalar a los muchachos para bajarlos… Yo me subí a la carretera, al portón del basurero, y como a unos cien metros vi que jalaban a los muchachos, pues iluminaba la luz de los faros de la patrulla. Les disparaban, eran dos disparos por persona y los aventaban a la barranca, así mataron a todos. Quien los mató fue Pérez, con El Gallo… Las pertenencias de los muchachos, lo que servía, como celulares, se vendió en Iguala…”., declaró “Carla”.
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