Las fiestas decembrinas están a un par de meses de comenzar, motivo por el cual algunas personas se preparan para adornar sus hogares de la mejor manera. Incluso, hay dos Pueblos Mágicos que se dedican a la elaboración del árbol de navidad, esferas navideñas, coronas de adviento y hasta cirios de la época.
Son dos destinos mexicanos ricos en cultura y tradiciones e ideales para realizar diversas actividades. Los Pueblos Mágicos de los que hablaremos a continuación son los pioneros en la fabricación de estas coloridas artesanías, que enaltecen y embellecen las viviendas cada año.
Se trata de Tlalpujahua, en el estado de Michoacán y Chignahuapan en Puebla, donde los pobladores se dedican a la elaboración y venta de adornos.
Tlalpujahua, Michoacán
Este pueblito ha sido bautizado como el sitio de la eterna Navidad, localizado en el estado de Michoacán, en él se podrá disfrutar de un paseo por sus calles empedradas y admirar la gran variedad de negocios donde se vende todo tipo de artesanías como: esferas, artículos navideños y elementos decorativos.
Con su bello toque virreinal lo trasladará a una época mística, además podrá admirar y visitar su majestuoso Santuario de Nuestra Señora del Carmen, así como el parque nacional Rayón, conocido popularmente como Campo del Gallo, o la presa Brockman ofrecen muchas actividades en la naturaleza como campismo, canotaje, ciclismo, esquí, pesca, y senderismo.
Su arquitectura virreinal, sus casonas con balcones y su pasado minero realzan su atractivo perfil. Aquí nació Ignacio López Rayón, y su casa es ahora un museo; en el Campo del Gallo, decretado Parque Nacional Rayón en 1952, los hermanos Rayón establecieron su cuartel general.
Otro de sus atractivos es el Santuario de la mariposa monarca, que durante la primavera lo deleitará con su espectáculo.
Tlalpujahua procede del náhuatl tlalli (tierra) y poxohuac (esponja, fofa) por lo que su nombre significa “tierra de tezontle” o “tierra bofa o esponjosa”. La denominación en otomí es Xijumú. Los mazahuas habitaron esta zona que vivió los bretes entre aztecas y tarascos hasta antes de la conquista; con la llegada de los españoles y la capitulación tarasca en 1522 empezó la historia del pueblo.
Es rica en artesanías, hay bellos trabajos de arte plumario, arte en popotillo, cantera fina, cerámica, esferas de vidrio soplado, herrería, muebles rústicos, y coloniales; y textiles.
Chignahuapan, Puebla
En el caso de Chignahuapan, decenas de pobladores se dedican también a la producción de millones de esferas navideñas cada año. Y es que más de 200 fábricas y talleres alimentan a este pueblo colorido, donde dichas esferas y otros adornos festivos dan un toque especial a sus fachadas.
Las esferas son elaboradas con la técnica del vidrio soplado y es considerada una pieza de arte popular, por el empeño y creatividad que aplican los artesanos mexicanos fabricantes. La herencia artística de este oficio de coloridas obras de arte se traspasa de generación en generación, lo que lo ha enriquecido tanto en técnica como en creatividad, ya que es posible encontrar tantos tipos y diseños de esferas como la imaginación lo permita.
Además, este pintoresco pueblito es una excelente opción tanto para estar en contacto con la naturaleza como para maravillarse con su arquitectura y espacios rústicos. Se incorporó al programa de Pueblos Mágicos en 2012.
De acuerdo con la Secretaría de Turismo (Sectur), este destino se ubica en la entrada de la Sierra Madre Oriental, donde comienzan espectaculares barrancas al norte del estado de Puebla.
Chignahuapan en náhuatl significa “en las 9 aguas” o “donde abunda el agua”, por lo que es un gran sitio para disfrutar de aguas termales, que nacen de un manantial al pie de las montañas.
Una de las recomendaciones para conocer es la Laguna Almoloya, la cual se localiza a escasas cuadras del centro. Sitio ideal para descansar, pescar o incluso impresionarse con la caída del agua del Salto de Quetzalapan.
Si lo que desea es consentir el paladar, en este lindo sitio se recomienda visitar el mercado del municipio, donde podrá degustar la mejor barbacoa de la región con su respectivo consomé de borrego, así como tlacoyos de alverjón; mole poblano, y chicharrón prensado. De postre: dulces de calabaza, tejocote, conservas y jaleas de frutas, hay jamoncillos de pepita y de piñón, dulces de leche, cuernitos de higos, pan de queso; y vinos y licores de frutas como digestivos.
Chignahuapan produce loza de barro rojo, ollas, cazuelas y macetas, además de tejidos de lana, cobijas, capas y otras piezas de vestir. No dejes de probar sus deliciosos dulces artesanales y licores de fruta.
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