Por qué el INAH anunció cierre de Templo de Ehécatl y el Juego de Pelota

El instituto comenzó a trabajar en el rescate de los vestigios prehispánicos desde 2010, pese a lo cual el pública tendrá acceso a ellos hasta nuevo aviso

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El sitio donde se ubica
El sitio donde se ubica el templo y los restos del juego de pelota están en remodelación (Foto: INAH)

El inmueble donde están los vestigios arqueológicos del Templo de Ehécatl-Quetzalcóatl y el Juego de Pelota estará cerrado al público por tiempo indefinido. Así lo anunció el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

La razón por la que quedó inhabilitado el acceso al sitio es que actualmente se llevan a cabo labores de mantenimiento y construcción. Se trata de un obra a cargo de los propietarios del lugar, que forma parte del Hotel Catedral.

Raúl Barrera Rodríguez, director del Programa de Arqueología Urbana (PAU), aseguró que el trabajo en el sitio no afectará los restos prehispánicos debido a que ambas construcciones fueron protegidas.

En un comunicado oficial se detalló que “los edificios prehispánicos han sido protegidos con geotextil por el equipo de restauración del Museo del Templo Mayor (MTM), con el fin de evitar que se dañen”.

Pese a que el equipo del PAU terminó con el trabajo de excavación para sacar a la superficie los vestigios mexicas será hasta que el hotel esté listo que la ciudadanía podrá acceder. Barrera Rodríguez puntualizó que para el momento de la reapertura se contará con un acceso independiente y una nueva museografía, además que estará abierto en el mismo horario del Museo del Templo Mayor.

La intervención del INAH en los restos arqueológicos comenzó desde 2010, año en que se descubrió la parte posterior del templo. La parte visible fue construida durante el mandato de Ahuízotl, gobernador de Tenochtitlan entre los años de 1486 y 1502, por lo que corresponde a la etapa constructiva VI.

Pero también se encontraron restos de estuco pertenecientes a etapas previas. La arqueóloga Lorena Medina Martínez explicó en un video del INAH que esto se debe a que: “Los aztecas cuando van a hacer una remodelación de la etapa constructiva toman lo que son los braseros, los arrojan, los rompen y es una ceremonia para cerrar una etapa. Así como llegan los aztecas, lo tiran y lo rompen, así se quedó”, explicó la arqueóloga Lorena Medina Martínez en un video del INAH.

Los vestigios son de la
Los vestigios son de la Etapa Constructiva VI (Foto: INAH)

El lugar se centró con la capilla de Tláloc, deidad generadora de lluvia, en el Templo Mayor. Esto debido a que Ehécatl era considerado como un ayudante del dios, quien al soplar fuertemente barría el cielo.

En el pasado, Barrera Rodríguez señaló que el templo tenía aproximadamente cuatro metros de altura, contaba con un techo de paja y probablemente su entrada representaba las fauces de una serpiente.

(Foto: Twitter/@Cuauhtemoc_1521)
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(Foto: Twitter/@Cuauhtemoc_1521) pinosuarez)

No es el único sitio dedicado a Ehécatl que se ha encontrada en la Ciudad de México. El Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro está encargado del resguardo de una pirámide en las instalaciones de la estación Pino Suárez, la cual fue descubierta en 1967 y se caracteriza por base circular que sirvió como pedestal para colocar la representación de la deidad.

A su vez, los restos del Juego de Pelota fueron encontrados en 2017, el único en su tipo encontrado hasta ese momento. Estos corresponden a la misma etapa constructiva del templo, aunque igualmente se encontró parte de una escalinata construida durante la etapa V y una ofrenda que contiene restos de dos braseros.

Cabe señalar que en el predio se encuentra también parte de lo que fue casa de Juan Engel, uno de los primeros fundadores de la Nueva España. En ese sentido, tiene un gran valor debido a que alberga vestigios prehispánicos y novohispanos.

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