México se encuentra ubicado geográficamente en una zona de alta actividad sísmica, por lo que los movimientos telúricos son una constante, y aunque la sociedad está cada vez más preparada para enfrentar estos estragos, los sismos no dejan de causar pánico entre la población.
De acuerdo al Atlas Nacional de Riesgos, el 40% del territorio de México está clasificado como zona sísmica.
Luego del sismo del 19 de septiembre de 1985 que dejó miles de muertos y pérdidas millonarias y que marcó un antes y un después en la Ciudad de México, surgió la Protección Civil y años después, en 1991, se instauró el sistema de Alerta Sísmica, que actualmente abarca a la a Ciudad de México, Estado de México, Guerrero, Oaxaca, Puebla, Morelos, Tlaxcala, Michoacán y Chiapas.
Además de las pérdidas humanas y los daños psicológicos en la población, los sismos ocasionan pérdidas económicas importantes.
Según la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS) durante el terremoto de 1985, hubo una pérdida aproximada de 4 mil millones de dólares. A su vez, el INEGI, señala que el terremoto del 2017 resultó en una pérdida de 784 mil millones de pesos durante los primeros 8 días.
Pero de acuerdo a un recuento de la coordinadora actual de Protección Civil, Laura Velázquez Alzúa, la pérdida de vidas por sismos ocurridos entre 1985 y 2021 han sido de 6 mil 551 personas; mientras que las económicas ascienden a 356 mil millones de pesos.
“Esto se ha podido determinar por los sismos lamentables que hemos tenido del (año) 85 al 21, evidentemente tenemos un número determinado de viviendas dañadas y una población afectada muy, muy superior e incluso escuelas y hospitales. También en muchas carreteras, mucha infraestructura dañada”, indicó Velázquez Alzúa la mañana del 19 de septiembre de 2022, cuando se realizó un simulacro nacional sin saber que menos de una hora después, ocurriría un sismo real de magnitud 7.7 que hasta el momento, se ha cobrado la vida de dos personas al caerles escombros.
Precisó que en el periodo de 1985 a 2021 fueron afectadas 16 millones 863 mil 855 personas y 434 mil 851 casas dañadas; así como 15 mil 763 escuelas y 768 hospitales.
Pese a estas pérdidas económicas millonarias, muy pocos ciudadanos, empresas y comercios están amparados contra los estragos que pueda causar un sismo o algún otro fenómeno natural.
De acuerdo con la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), los seguros contra daños protegen los bienes patrimoniales o negocios ante accidentes o riesgos imprevistos a los que se encuentra expuesto, tales como incendios, terremoto, fenómenos hidrometeorológicos o robos y pueden cubrir desde la estructura del inmueble, hasta todos los contenidos.
Esto significa que -por ejemplo- en caso de un sismo, se pueda reparar el inmueble dañado en el menor tiempo posible, ya que ayuda a solventar los gastos, y evitar poner en riesgo la estabilidad financiera de las familias, de los comercios las empresas.
La AMIS destaca que en los últimos cinco años, las empresas aseguradoras en México han pagado alrededor de 37 mil 305 millones de pesos por las afectaciones que han dejado los sismos que han ocurrido en el país, siendo el de 2017 el más catastrófico, al representar 25 mil 715 millones de pesos.
Juan Bernardo López, agente de seguros que ofrece la consultoría de seguros y fianzas, a través de su despacho “Creando Confianza”, señaló a La Jornada que un 85% de los establecimientos en México, no cuenta con un seguro que pueda cubrir las pérdidas ocasionadas por desastres naturales, tales como terremotos, erupciones volcánicas, huracanes o inundaciones.
Por su parte Alberto Vargas Lucio, Presidente del Movimiento Nacional del Contribuyente Social 17 de Marzo (Monacoso AC), destacó que en la Ciudad de México, “hay 48 mercados públicos que se encuentran en alta situación de riesgo, por lo que urge la intervención de las autoridades, para agilizar los apoyos que estos necesitan, con el fin de atender daños estructurales en sus principales soportes o techos en muy mal estado”, enfatizó.
La Encuesta Nacional sobre las Finanzas de los Hogares realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), destaca que la vivienda es el principal activo no financiero para los mexicanos; sin embargo, no es protegido por un seguro.
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