La salud del presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), volvió a la mesa de debate tras un extraño comportamiento presenciado durante los festejos patrios del 15 de septiembre, cuando se pasmó repentinamente por unos segundos mientras saludaba desde el balcón de Palacio Nacional.
Como era de esperarse, esto generó polémica en la opinión pública, especialmente, con los opositores de su gobierno quienes insistieron en el supuesto deteriorado estado de salud, el cual, apuntaron, día con día se hace más evidente.
El acto cobró aún más notoriedad luego que su esposa, la académica Beatriz Gutiérrez Müller, tocara su hombro casi inmediatamente después que el tabasqueño detuviera su movimiento y, presuntamente, preguntara si se encontraba bien.
Cuestionado por ello, el Jefe del Ejecutivo salió a desmentir las versiones durante su tradicional conferencia matutina: aunque reconoció que su avanzada edad (68 años) le ha valido de presentar ciertas enfermedades, negó que éstas sean de gravedad.
“Nunca he negado que soy el presidente de más edad en toda la historia del país (...) Sí tengo que tomar medicamentos por mis padecimientos, pero estoy bien”.
Asimismo, el tabasqueño aprovechó el espacio para mofarse de sus adversarios cuyas teorías, apuntó, aseguraban que él “estaba a punto de irse al otro mundo; al infierno”. Bajo ese último sentido, Andrés Manuel evocó dicho discurso para regresar el ataque a sus críticos opositores:
“Nada más por eso me gustaría irme al infierno para ver cuántos de esos ) me encuentro por allá; cuántos de estos santurrones hipócritas”, expresó entre risas desde Palacio Nacional, aunque también reprobó las opiniones que le deseaban la muerte: “¿Qué no les enseñaron que no debemos desearle la muerte a nadie?”.
“¿Cómo van a la iglesia y a los templos?¿Dónde está el humanismo? ¿Se eclipsa por el fanatismo, por lo ideológico, lo dogmático, el odio? ¿Para qué vamos a los templos, a las iglesia? No es posible que se le desee el mal a nadie. El ejemplo para sus hijos. ¿Cómo se va transmitiendo estos horrores?”.
Es pertinente recordar que el 21 de enero pasado, López Obrador se sometió a un cateterismo cardíaco en plena polémica por el anuncio de su testamento político. Sin embargo, el historial clínico del tabasqueño se remonta al 2013 cuando tuvo que ser atendido por un infarto agudo al miocardio. Desde entonces, AMLO se ha sometido a revisiones de rutina.
Aunado a ello, el presidente tuvo su primer contagio de COVID-19 en enero del 2021 - en plena crisis de contagios - por lo que tuvo que permanecer dos semanas en aislamiento. Un año después, el 10 de enero del 2022, notificó por segunda ocasión su resultado positivo, aunque el periodo de aislamiento fue menor.
Después de las fiestas patrias, caminar y escalar para seguir estando al cien en lo físico, lo racional y lo espiritual. pic.twitter.com/1Hy4kdRqEn
— Andrés Manuel (@lopezobrador_) September 17, 2022
Caminatas para hacer ‘cardio’ o para desmentir rumores
Las teorías sobre una posible afectación a la salud de López Obrador se consolidaron luego que éste presumiera en Twitter la caminata que tuvo por la mañana siguiente a los festejos patrios del 15 y 16 de septiembre.
Y es que, lo que pareciera ser una simple anécdota presidencial, usuarios la señalaron como un recurso para desmentir los señalamientos de desgaste físico tras el controversial clip de El Grito, así como su postura reflejada en el ejercicio cívico-militar.
No obstante, esta no sería la primera ocasión que el presidente presume su “estable salud” tras alguna controversia que dejara ver lo contrario.
Así ocurrió el pasado 6 de febrero, cuando Andrés Manuel documentó la caminata realizada en un cerro de Tlalpan, en Ciudad de México (CDMX) tras someterse al cateterismo cardíaco: “Ha avanzado mucho la ciencia. Los médicos recomiendan a quienes tenemos problemas del corazón hacer ‘cardio’”, comentaba en el clip.
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