Es conveniente para México participar en la nueva política industrial de Estados Unidos (EEUU), la cual tiene importancia geoestratégica porque lo considera dentro del bloque de América del Norte, capaz de competir con grandes inversiones como las de China y Taiwán, consideraron David Bonilla Vargas y María Teresa Gutiérrez Haces, economistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
Dicha política invita al país a participar en la producción y transición hacia los autos eléctricos, a fin de transitar de la gasolina derivada del petróleo a las energías renovables, así como a colaborar en la extracción de litio y el abastecimiento de semiconductores o chips, cuyo mercado de 60 mil millones de dólares es dominado en la actualidad por China y Taiwán, mientras el vecino país del norte planea incrementar su actual diez por ciento en los próximos años, añadieron.
Al analizar la conferencia de medios que se dio con motivo de la visita a México del secretario de Estado, Antony Blinken (llevada a cabo en modalidad a distancia, el especialista del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM, David Bonilla Vargas, manifestó:
“Nuestro país necesita estrategias de autos eléctricos. Actualmente hay más de 20 millones de autos a gasolina que ya no caben en las ciudades, y la transición hacia el transporte eléctrico (de particulares y servicio público) sería una solución parcial”.
Aclaró que EEUU quiere que entre a este sistema de inversión en vehículos sustentables para participar en la nueva cadena de suministro. Las políticas nacionales, como apoyar refinerías, afirmó, no se contraponen con este proyecto, pues por varios años más se necesitará gasolina antes de lograr el cambio hacia las energías de carácter eléctrico.
El plan de producción de semiconductores o chips, donde se incluye la explotación del litio, es otro rubro en el que también invitaron a participar a México. Sin embargo, el experto mostró estar preocupado, pues e sus palabras “no sabemos cuánto litio hay en México, ni es de los países que más lo producen, aunque el estado de Sonora podría convertirse en una zona de fabricación de semiconductores”, señaló Bonilla Vargas sugiriendo alguna esperanza.
En su oportunidad, María Teresa Gutiérrez Haces, también investigadora del IIEc, puntualizó que, en la segunda parte de la propuesta, se invita a sus contrapartes de la región de América del Norte a formar parte de esta política industrial. “Esto no deja de ser muy interesante porque Estados Unidos históricamente cada vez que ha dado un viraje fuerte a nivel de su propia política industrial, ha tratado de que participen tanto México como Canadá”, dijo.
Los investigadores de la Máxima Casa de Estudios de México acotaron que nuestro país tiene un camino difícil, pues podrían imponerse aranceles si llega a romperse el marco jurídico del Tratado de Libre Comercio entre los tres países involucrados (T-MEC). Para ellos, resulta esencial que no se salga de la órbita geopolítica de Norteamérica.
Recordaron que aún falta conocer la reacción de Canadá, que ha presentado extrañamientos a México por las trabas a sus empresas de energía. Estados Unidos defiende a sus compañías e insiste que hay canales para discutir el acuerdo comercial con más detalle, concluyeron los expertos.
Con información de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM Global / https://www.dgcs.unam.mx/)
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