La historia de México es muy extensa y ha pasado por varios episodios, muchos de ellos de gloria, y muchos otros de derrota. Quizá el que marcó un antes y un después muy marcado en el país, fue la Conquista de México, llevada a cabo por los españoles que venían de Cuba, encabezados por Hernán Cortés.
Este suceso se dio en 1521, aunque los extranjeros llegaron al territorio de lo que hoy se conoce como México en 1519. El primer lugar que piso Cortés en el país, fue la isla de Cozumel, en frente de lo que ahora es la Playa del Carmen, en Quintana Roo. Tras esto, pasó por varios lugares de la Península de Yucatán, y tuvo varias batallas, que fue ganando.
Luego se trasladó hasta Veracruz, en donde fue avanzando poco a poco hacia la gran ciudad de Tenochtitlan, peleando contra algunos grupos indígenas y logrando aliarse con ellos, pues muchos eran sometidos por loes mexicas y buscaban deshacerse del yugo bajo el que estaban.
Cortés fue muy inteligente, pues se podría decir que gracias a las alianzas que logró hacer con grupos indígenas, como los tlaxcaltecas, fue que pudo doblegar al imperio mexica.
El español y sus hombres y aliados, llegaron a Tenochtitlan el 8 de noviembre de 1519. Ese día, el español se encontró con Moctezuma, tlatoani de Tenochtitlan, quien ofrecería el Palacio de Axayácatl, que perteneció a su padre, a los españoles para que se hospedaran.
Sin embargo, hay que recordar que antes de la llegada de los invasores extranjeros, los mexicas se vieron sacudidos por una serie de sucesos que no auguraban nada bueno. Hasta la fecha se sabe que fueron ocho los presagios que ciertamente dieron aviso de la llegada de los españoles y el comienzo del fin del imperio mexica.
Un presagio es un fenómeno no insólito considerado una señal que anuncia un hecho del futuro. La palabra náhuatl tetzahuitl es traducida como “cosa escandalosa, espantosa o cosa de agüero”. En general, es posible decir que tetzahuitl es un suceso que provoca temor, y además constituye un presagio o augurio.
Moctezuma, desde unos 10 años antes de la llegada de los españoles, ya veía dichos presagios.
Uno de ellos se mostró en el cielo, justo una década antes de la llegada de Cortés. Este era una espiga de fuego. Según las narraciones de la época, se mostraba como si estuviera goteando, y se mostró a la media noche.
Otro de los presagios fue cuando, sin razón aparente, se incendió el templo a Huitzilopochtli. Se dice que cuando le echaban agua al lugar para apagarlo, solo crecían las llamas.
Uno más de los presagios, fue cuando uno de los edificios del Templo Mayor, llamado Tzummulco, le cayó un rayo en una lluvia leve, y también se incendió.
Estos presagios hicieron que los mexicas temieran por el final de sus días, y en especial, su gobernante, Moctezuma. Por esto, se cuenta que Moctezuma intentó huir de Tenochtitlan, con la intención de no enfrentar los funestos acontecimientos que se presagiaban.
En un texto escrito por fray Diego Durán, se narra que “...con mucho secreto se metió en su canoa, y estando en vela, vido encima del cerro de Chapultepec una cueva tan encendida que con su luz se parecían las cosas de la ciudad y los cerros y árboles como si fuera de día, y entendiendo ser aquel Uémac que venía por él, mandó a sus corcovados que remasen a toda prisa. Y llegado que fue a Tlachtonco, él y sus corcovados se vistieron de ropas reales, y el Motecuhzoma se puso sus braceletes y calcetas de oro y sus plumas en la cabeza y collares al cuello de oro y ricas piedras, y sentóse en un asentadero de aquellos y junto a él todos sus corcovados, a esperar a Uemac”.
Sobre el mismo intento de huir, el Códice Florentino se refiere a una cueva en tierra firme, llamada Cincalco, también ubicada en el área de Chapultepec y también presidida por Uémac.
Otra historia que se cuenta que en su intento por huir, cuando supo que venían los conquistadores, es que se metió en el Tlalocan de Chapultepec, un sitió mitológico mexica, en donde hay una cueva que es la entrada a un inframundo paradisiaco y acuático. Ahí, lo encaró uno de los sacerdotes de Huitzilopochtli, el principal dios mexica, que le echó en cara que era un cobarde y que tenía que enfrentar su destino.
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