En el pasado mes de abril se cumplieron 33 años desde que Miguel Ángel Félix Gallardo fue capturado en una lujosa propiedad de la calle Cosmos, en Guadalajara, Jalisco. Después de esta larga reclusión, hoy queda apenas algo de quien se convirtió en el Zar de la droga durante la década de 1980.

Como era de esperarse, la prisión no le dio a Félix Gallardo la vida de lujos y comodidades de la que pudo gozar antes de ser detenido. Los muros de los penales de máxima seguridad del Altiplano, en el Estado de México, y el de Puente Grande, en Jalisco, han visto la vertiginosa caída del otrora Jefe de jefes.

Tanto sus familiares como sus abogados habían señalado desde principios de siglo que el fundador del Cártel de Guadalajara padecía de una infección en ambos oídos que le habría quitado hasta 70% de su capacidad auditiva. Además de estar prácticamente sordo, Félix Gallardo ha perdido casi por completo la visión.

Estas y otras afectaciones a su salud fueron confirmadas en 2021 por el exlíder del narco señalado como responsable del asesinato de quien fuera agente de la DEA de Estados Unidos, Enrique Kiki Camarena Salazar, y del piloto mexicano, Alfredo Zavala Avelar.

En agosto del año pasado, Félix Gallardo aceptó hablar por primera vez ante las cámaras y compartió algunos de los cambios que ha experimentado a lo largo de tres décadas en la cárcel.

Durante aquella entrevista con Issa Osorio, corresponsal de Telemundo, Félix Gallardo se definió a sí mismo como “un cadáver que no aspira a nada más que a ser enterrado en la raíz de un árbol”.

“Mi salud es pésima. Mi familia está haciendo un hoyo para yo ser enterrado en un árbol. No tengo pronóstico de vida ninguno”, comentó quien fuera considerado como el líder criminal número uno del país en los ochenta.

Además de la sordera y ceguera advertida por sus familiares, Félix Gallardo detalló que, para ese entonces, le habían seccionado el estómago para retirarle ocho hernias. Además, caminar le resulta imposible, por lo que depende de una silla de ruedas para desplazarse. La vez que intentó moverse por sí mismo se cayó y se rompió el brazo.

Por si fuera poco, durante el diálogo con Osorio el Jefe de jefes estaba conectado a un tanque de oxígeno debido a una fuerte neumonía que significó otro golpe a su salud. En las imágenes que circularon este lunes 12 de septiembre, al darse a conocer el posible beneficio de la prisión domiciliaria, el tanque aún forma parte de los aditamentos que lo acompañan.

Durante las primeras horas del 12 de septiembre se informó que Miguel Ángel Félix Gallardo, alias El Zar de la droga, obtuvo el beneficio de prisión domiciliaria, el cual fue impugnado horas más tarde por la Fiscalía General de la República (FGR).

El exlíder del Cártel de Guadalajara deberá esperar para ver si puede volver a casa, pues un agente del Ministerio Público Federal interpuso un recurso el mismo día que un juez concedió la prisión domiciliaria. Cabe destacar que la autoridad que concedió dicha opción solo se refería a una sentencia de 40 años de prisión.

En adición a ello, también deberá estar pendiente del pronunciamiento de otro juez respecto a la pena que enfrenta por los homicidios de Enrique Kiki Camarena y del Alfredo Zavala Avelar, cometidos en el año de 1985 y por los cuales recibió una condena —hasta 2017— a 37 años de prisión.

Conviene recordar que el pasado 18 de mayo un Juez federal rechazó un amparo promovido por Félix Gallardo cuando buscaba reducir sus sentencias. En dicha ocasión el magistrado consideró que debía pasar 45 años más en la cárcel.

El también llamado Jefe de Jefes cumpliría con ambas condenas hasta la edad de 120 años. Su defensa esperaba que las dos sentencias dictadas en su contra se unieran y formaran una misma.

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