Qué ha sido de las cocineras del “Chapo” que cayeron junto al narcotraficante en Los Mochis

Por ocho años fueron las cocineras “de confianza” de Joaquín “el Chapo” Guzmán, y con él fueron detenidas el 8 de enero de 2016

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La cocina de la casa
La cocina de la casa donde el Chapo fue detenido con sus trabajadoras domésticas. (Foto: Especial)

La madrugada del 8 de enero de 2016 la Marina irrumpió con violencia en una casa ubicada en el fraccionamiento Las Palmas, en Los Mochis, Sinaloa.

Entonces se desató un intenso enfrentamiento entre sicarios del Cártel de Sinaloa y los efectivos de la Semar. El saldo fue de cinco muertos y seis detenidos.

En un inicio, Joaquín “El Chapo” Guzmán había logrado escapar mientras sus hombres distraían a los marinos en medio de la intensa balacera, pero los militares encontraron un túnel de casi dos metros de alto y paredes de madera que comunicaba con los sistemas de drenaje de la ciudad.

En medio del enfrentamiento armado, “El Chapo” y su jefe de seguridad Iván Gastélum “El Cholo Iván”, habían logrado escapar y se ocultaron en los túneles de drenaje, pero la lluvia les jugó una mala pasada y provocó que el nivel del agua empezara a subir.

Aquelló provocó que “El Chapo” y su escolta salieran a las calles, robarán un coche y a los pocos minutos fueran detenidos en una carretera por agentes de la Policía Federal. “Se me acabaron las vacaciones”, declaró el capo tras su arresto.

Las cocineras del capo

Celia y Lilia, las cocineras
Celia y Lilia, las cocineras del "Chapo", detenidas con él en enero de 2016. (Foto: Primer Impacto)

Con ellos también cayeron Lilia y Celia, de 33 y 40 años, respectivamente, quienes fueron identificadas como las cocineras “de confianza” del líder del Cártel de Sinaloa por un período de más de ocho años, y que actualmente continúan presas.

Según la versión de las autoridades, las dos se encontraban en una habitación, y cada una portaba una arma de grueso calibre y llevaban un chaleco antibalas. También, eran consideradas como personal de alta confianza del capo.

Sin embargo, la versión de los abogados y familiares de las mujeres fue otra. Supuestamente hay imágenes que demuestran que ellas estaban desarmadas y escondidas en un baño al momento de su detención, en la casa ubicada en el número 1002 de la calle Boulevard Jiquilpán esquina con Río Quelite.

La defensa de las mujeres interpuso un recurso de revisión ante el Tribunal Colegiado en Materia Penal y Administrativa, en el que reclama que las mujeres no tenían vínculos con actividades delictivas y sólo cumplían labores domésticas en la casa donde “el Chapo” estuvo escondido durante algún tiempo.

“Hay veces (sic) que teníamos para comer y a veces que no (sic). “Entonces cuando ella lo conoció (al “Chapo”) , la verdad sí le dio mucha alegría porque todas las personas de los ranchos sabemos que él ayuda a las personas”, declaró la hermana de una de las cocineras a Univisión.

Orígenes humildes

A principios de 2017, las
A principios de 2017, las cosas no se veían bien para el cártel de Sinaloa. Su líder de alto perfil, Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, fue extraditado a los Estado Unidos el 19 de enero de 2017 (Foto: Cuartoscuro)

Sin embargo, hay declaraciones en su contra de dos integrantes del Cártel de Sinaloa presos en ese estado. Ellos son Bernal Gómez Aguilar, identificado como “el Camarón”, y Jesús Gabriel Vázquez Bojórquez, a quien llaman “El Mapache”, quienes también estaban en la casa donde la Marina recapturó al “Chapo” y abatió a 5 de sus lugartenientes.

De acuerdo con sus declaraciones, Lilia y Celia eran de las personas de mayor confianza del Chapo y “las que, a través de sus ocupaciones, atendían a los miembros de su organización”.

Las autoridades federales incluso tienen la certeza de que las mujeres acompañaron a Guzmán Loera durante el tiempo que estuvo escondido en la sierra de Durango, en un lugar conocido como La Piedrosa, ubicado en el municipio de Tamazula.

Ambas son originarias del estado de Durango, aunque sólo tienen estudios de primaria. Celia, por su parte, es madre soltera.

“Yo le decía que tenía que buscar otro tipo de trabajo, que tenía su hijo y había otra forma de trabajar, pero igual no hizo caso”, agregó.

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