Cuatro trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) fueron víctimas de la violencia que azota al país en una escena de narcoterror atribuida a la Línea, quienes confundieron a los funcionarios con enemigos en Ónavas, donde el miedo se prolongó durante horas para los funcionarios cazados por la noche.
La Fiscalía General de la República (FGR), dependencia que encabeza las investigaciones, informó del primer avance a 24 horas del crimen que centró las atenciones al norte del país. Dos empleados lograron sobrevivir y dos más pasaron toda la madruga escondidos, luego de ser atacados desde lo alto de un cerro.
Así fue como sucedieron los hechos, según versiones preliminares de distintas autoridades y testimonios de los trabajadores de la CFE, cuyo caso llevó a crear una comisión para prever garantías al resto de los servidores públicos de esa dependencia a nivel nacional.
De acuerdo con los primeros reportes, todo comenzó desde la tarde del pasado lunes 5 de septiembre, cuando los cuatro trabajadores de la dependencia federal acudieron al municipio de Ónavas con el fin de realizar reparaciones en el servicio. Parecía una jornada más de trabajo, solo que las labores se extendieron y concluyeron hasta la noche.
Los trabajadores se desplazaban en un par de camionetas oficiales. Pronto emprenderían su marcha rumbo a Hermosillo, pero debido a que sus intervenciones se prolongaron debían abastecerse de combustible en el poblado más cercano y buscar un lugar para hospedarse. Ese era el plan después de terminar sus operaciones. Entonces tomaron la carretera que conecta Yécora con la capital de Sonora.
Según testimonios iniciales, eran cerca de las 01:45 horas de la madrugada cuando transitaban después del puente de Tónichi. Uno de los ocupantes de la camioneta que iba por delante decidió detenerse para realizar necesidades fisiológicas a la altura del kilómetro 167, según explicó Francisco Sergio Méndez, delegado de la FGR en Sonora. Ahí fueron atacados.
“Es cuando una vez detenida la marcha de los dos vehículos, se dan cuenta que desde la parte alta de los cerros, se ven destellos de luz, e identifican que son disparos de arma de fuego”, añadió el funcionario federal.
Las ráfagas llegaban por todos lados y el conductor de la camioneta de la CFE que iba detrás decidió dar vuelta en U y regresar por dónde venía. En algún punto se introdujo de inmediato por una vía de terracería sin saber hacia dónde se dirigía. Solo escapaba preso del miedo. A su lado, su compañero había sido herido por los impactos y así fue asesinado dentro de la cabina.
Cuando el trabajador de la CFE notó que su colega ya había fallecido, bajó enseguida, abandonó el automotor y se escondió en el monte. Caminó hacia un punto desde donde podía ver la carretera. Eran altas horas de la madrugada y no supo la suerte que habían corrido los otros dos que se quedaron en el lugar de las agresiones. Pasó esas horas oculto, protegiéndose de lo que había sucedido por la supuesta confusión de los sicarios.
“No es hasta que ve luz del día que observa que por la carretera transitaba una patrulla de la Policía Estatal de Seguridad Pública y decide salir y pedir ayuda”, narró el delegado de la FGR.
Uno de los que se quedaron en el kilómetro 167 fue asesinado cerca de la camioneta. El otro también escapó para internarse en la maleza; abandonó la unidad y luego los agresores descendieron desde la parte alta para quemar el vehículo de la CFE, el cual quedó totalmente calcinado a orillas de la carretera.
“Hizo lo propio al ocultarse también en el monte y se resguardó, de igual manera, toda la noche, hasta ser auxiliado por elementos de la misma corporación policiaca”, expuso Francisco Sergio Méndez.
Por la mañana del martes reciente, cuando se reportaron los primeros indicios del atentado, un video comenzó a circular en redes sociales. El conductor de un camión notó que la camioneta estaba completamente quemada. Fue hasta el medio día que las autoridades locales informaron que se trataba de trabajadores de la CFE y horas después reportaron el hallazgo de dos servidores públicos con vida, pero dos que fueron asesinados en la balacera.
En un inicio se pensó que los sicarios habían interceptado a los funcionarios. Ahora las primeras declaraciones apuntan a que fueron víctimas cuando regresaban de trabajar, pero mientras realizaban una parada para ir al baño.
Se ha iniciado una carpeta de investigación por homicidio calificado, la FGR ha prometido dar con los responsables y el gobernador de Sonora, Alfonso Durazo, aseguró que el caso no quedará impune. Los dos trabajadores localizados con vida están en buen estado de salud, fueron trasladados por helicóptero a Hermosillo, donde quedaron bajo resguardo y han declarado su versión de los hechos.
Francisco Sergio Méndez aseguró que fue constituido un equipo especial de peritos e investigadores que se trasladaron al lugar del crimen para recabar información precisa sobre la intervención de grupos criminales que se disputan el territorio en esa zona en las actividades del narcotráfico.
Según reportes locales, las afectaciones al servicio eléctrico ya habían sido alertadas desde agosto, debido a las lluvias de las últimas semanas. Cuando pasan esas temporadas en la zona se registran fallas en Yécora, Rosario, Quiriego, Soyopa y Ónavas. Los apagones se prolongan durante días.
Sin embargo, otros empleados manifestaron que el caso reciente demuestra las nulas garantías para restablecer el servicio, aún sabiendo las quejas de la ciudadanía. Este 7 de septiembre otros compañeros de las víctimas se manifestaron negándose a trabajar hasta que fuera atendida la gravedad del caso.
Los funcionarios de la CFE acusaron que todo se desarrolló por la impunidad del narco que gobierna en la sierra de Sonora, donde células de la Línea han operado durante años y vigilan los sitios que consideran su dominio, al igual que el Cártel de Sinaloa.
Mientras tanto, la dependencia encabezada por Manuel Bartlett anunció una Comisión de Investigación y Establecimiento de Condiciones Especiales para esclarecer el caso de Ónavas con un informe que será rendido la próxima semana. El grupo estará coordinado con el Ejército, la Guardia Nacional, Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, así como policías estatales y municipales. La primera tarea es determinar respuestas que puedan implementarse en el resto del país y se garantice la seguridad de los trabajadores de la CFE que están de luto y alertas por el riesgo que enfrentan.
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