Cómo la UNAM enfrentó la pandemia de COVID-19 logrando resultados positivos

El estrés por la muerte, pérdida de familiares, del trabajo y el encierro van quedando atrás conforme avanza el regreso a las actividades presenciales

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UNAM aumentó la a matrícula a 366 mil estudiantes, casi 10 mil más que al inicio de la crisis sanitaria. (Video: UNAM.ORG)

Los sentimientos negativos generados por la pandemia de Covid-19 han quedado atrás y miles de estudiantes regresaron a las aulas en los diferentes planteles de Universidad Nacional Autónoma de México, la máxima casa de estudios anunció que en este ciclo escolar cuentan con más estudiantes beneficiados y más avances tecnológicos que permitirán mejor desempeño en las diferentes áreas de investigación.

Pese a la pandemia, la UNAM no se detuvo y alcanzó número positivo al ampliar la matrícula a 366 mil estudiantes, casi 10 mil más que al inicio de la crisis sanitaria, también registró:

* Más de 200 mil nuevos ingresos en bachilleratos, licenciaturas y posgrados

* Más de 66 mi egresados

* Más de 45 mil títulos y grados emitidos

Por otra parte, Angélica Riveros Rosas, del Centro de Orientación Educativa (COE) de la Facultad de Contaduría y Administración (FCA) comentó para la Gaceta UNAM, que en las consultas que reciben, el estrés por la muerte, la pérdida de familiares, del trabajo y el encierro van quedando atrás conforme avanza el regreso a las actividades presenciales

“Hemos observado que los aportes social y académico son fundamentales para la integración y esto destaca mucho en nuestros estudiantes. Por ejemplo: el uso del cubrebocas es mucho más frecuente en comunidades donde hay ese sentido de consideración al otro, mientras que en aquellas como la norteamericana los universitarios piensan más en sus derechos y ven el uso de esta herramienta sanitaria como algo arbitrario”, reflexionó.

En tanto Blanca Elizabeth Jiménez Cruz, también de la Facultad de Contaduría y Administración comentó que en las últimas dos olas de contagio,los alumnos mostraron más estrés por regresar a la escuela, que por el virus como tal. “Cuando iniciamos presencialmente, otra vez hubo un alza relacionada con estrés por la adaptación; los chicos estaban sumamente cansados, el tiempo no les alcanzaba y cada vez son menos los casos de duelos”, explicó.

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Conforme avanza el regreso a las actividades presenciales se ha observado que los aportes social y académico son esenciales para la integración de los estudiantes. (Foto: UNAM.ORG)

También destacó que los estudiantes acuden por los mismos motivos que antes de la pandemia, a pesar de que ahora estamos en una nueva ola de contagios. Es decir, hoy en día los apoyan más ante problemas como la ansiedad, por la presión y la competitividad en las clases o por alcanzar las metas.

Disminuyó el estrés por covid, pero aumentó la violencia digital

Un dato importante de resaltar es que de acuerdo a un estudio sobre la violencia en las relaciones de pareja y la resiliencia realizado con la participación de 159 jóvenes de la FCA, reportaron ser víctimas de violencia psicológica.

Los resultados preliminares indican que 42.31 por ciento de los hombres y 38.99 de las mujeres fueron violentados de manera digital, principalmente en forma de protestas furiosas, por no responder inmediatamente a pesar de estar en línea; por no responder inmediatamente para leer mensajes individuales; interactuar con otros o enviar “me gusta” a las publicaciones de otros; argumentos violentos por haber asistido a reuniones sociales y no informarse con frecuencia.

Estas relaciones, consideró Riveros Rosas, frecuentemente inician con “bombardeos” amorosos, con comportamientos excesivos de entrega, atención y gestos románticos exagerados con el propósito de iniciar una relación romántica y generar un vínculo, precisó.


Disminuyó el estrés por Covid,
Disminuyó el estrés por Covid, pero aumentó la violencia digital entre los jóvenes. (EFE/Andy Rain/Archivo).

Sin embargo, a lo largo de la relación, los perpetradores tienden a cambiar su comportamiento y comienzan a mostrar desinterés y necesidad de control. Las conductas violentas son recurrentes, más frecuentes y más intensas.A lo anterior, se suma que las víctimas aumentan las conductas de complacencia hacia la pareja violenta. Por ejemplo, dejan de convivir con amigos o familiares, solicitan permiso para vestirse o realizar actividades recreativas sin la pareja, le informan constantemente dónde están y con quién con el único objetivo de evitar episodios de violencia, detalló.

“El reconocimiento de la violencia por parte de las víctimas parece facilitar la terminación de esas relaciones. Por lo que ser capaz de identificar comportamientos saludables en una relación promueve mantenerse alejado de las relaciones violentas”, finalizó.

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