Un convoy de presuntos sicarios fuertemente armados del Cártel de Sinaloa logaron escapar a elementos del Ejército al norte de Culiacán y en el camino dejaron abandonadas armas de guerra, además de cargadores abastecidos para enfrentamientos.
De acuerdo con el reporte de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), el comando de vehículos fue detectado tras labores de patrullaje en la sindicatura de Tepuche, en el poblado conocido como la Guasima, durante este 5 de septiembre.
Personal militar del 94/o. Batallón de Infantería se desplazaba por la zona cuando notaron que había un grupo no especificado de automotores a 300 metros de su ubicación. Pero los presuntos criminales adoptaron evasivas para burlar a los soldados y darse a la fuga.
“Se les dio seguimiento y metros más adelante localizaron un vehículo en estado de abandono”, precisó la Novena Zona Militar con sede en Culiacán sobre la imposibilidad de no lograr el arresto en flagrancia de los presuntos delincuentes que desfilan por la sierra.
Al final solo pudieron decomisar la camioneta tipo pick up color gris en aparente estado de colisión frontal, así como un fusil Barrett calibre 12.5 mm, conocido como calibre 50 y/o cincuentón, cuya capacidad fue establecida para perforar altos niveles de blindaje e, incluso, derribar un helicóptero.
También se aseguró otra arma larga tipo AK-47 calibre 7.62x39, mejor identificada como cuerno de chivo y de origen ruso. En el vehículo había siete cargadores para este fusil y uno para el Barret, además de 16 cartuchos útiles para ambos equipos. El automotor tenía reporte de robo.
“El vehículo y el material bélico fueron asegurados y puestos a disposición en la delegación de la Fiscalía General de la República con sede en Culiacán”, apuntó el reporte de la Sedena.
La unidad decomisada se localizó a orillas del tramo de terracería y no fue usada para bloquear el paso. Se trata de una camioneta marca Chevrolet tipo Cheyenne High Country 2022, sin placas de circulación.
En Sinaloa se vive una pax narca, sin embargo, eso no significa que la violencia esté erradicada, pues puede hacerse presente en cualquier momento. Sobre esas calles patrullan convoyes de sicarios armados en camionetas de lujo.
Culiacán, donde ocurrieron los sucesos de este lunes, es considerado bastión de Iván Archivaldo Guzmán Salazar, Jesús Alfredo Guzmán Salazar, Ovidio Guzmán López y Joaquín Guzmán López, los llamados Chapitos, hijos del exlíder condenado a cadena perpetua en EEUU: Joaquín Guzmán Loera, el Chapo.
En narcocorridos, el Cártel de Sinaloa difunde a la población que no teman de retenes ni patrullajes de los comandos armados, pues aseguran que protegen a la población, cual si sustituyeran a las autoridades en tareas de seguridad pública.
Pero eso no impide a que los ciudadanos alerten o denuncien de manera anónima sobre narcodesfiles de los grupos armados que se pasean con impunidad por el territorio que consideran bajo su dominio, incluyendo filtros para acceder a la sierra del Triángulo dorado del narco.
El pasado 22 de agosto, por ejemplo, fueron detenidos brevemente 12 integrantes de La Ventaja, agrupación musical norteña, quienes se desplazaban con 11 camionetas en Navolato, las cuales eran utilizadas durante la grabación de un narcocorrido.
Las alertas se encendieron porque el comando desfilaba con armas de utilería, como aquellos sicarios del Cártel de Sinaloa que desataron el culiacanazo para recuperar a uno de los Chapitos en octubre de 2019, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador cedió a la presión del narco y ordenó que se dejara en libertad a Ovidio Guzmán López, tras amenazas de atentados contra familias de militares.
El mes pasado, durante la producción del videoclip y, a 34 kilómetros de Navolato, también se dio un fuerte operativo coordinado por el Ejército y agentes de Inteligencia para detener a Heibar Josué Tapia Salazar, hijo de José Guadalupe Tapia Quintero, el Lupe, señalado como principal exportador de drogas sintéticas de Ismael Zambada García, el Mayo.
Por este caso, la Sedena presumió que se realizó un intercambio de información entre autoridades federales para desplegar una fuerza de tarea conjunta para reducir la posibilidad de una acción violenta en Culiacán, como hace tres años. Pero al mismo tiempo coincidió el despliegue de La Ventaja, de ahí que el pánico no fue menor.
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