A pesar de la lluvia y el viento, colectivos, organizaciones y ciudadanos se unieron esta noche para alzar la voz en contra de la iniciativa del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) para integrar la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), lo que provocaría el abandono del carácter civil que, constitucionalmente, tiene la institución creada en este sexenio.

Seguridad sin Guerra, Resistencia Feminista Antimilitarista y Amnistía Internacional fueron algunos de los grupos que convocaron esta Velada por la Paz, la cual se dirigió del Ángel de la Independencia al Senado de la República.

Entre consignas como “Obrador, Obrador, ya pareces Calderón” y “Militarización no es la solución”, los manifestantes expresaron su rechazo al proyecto con el que la Sedena tendría el control operativo y administrativo de la Guardia Nacional.

Al llegar a la Cámara de Senadores, integrantes del grupo Seguridad sin Guerra tomaron la palabra y emitieron un pronunciamiento en el que señalaron a esta serie de reformas como “la mayor amenaza militarista de los últimos sexenios”.

Datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) 2021 señalan que 0.3% de las agresiones cometidas contra mujeres en el espacio público son perpetradas por militares o marinos.

Respecto a la Guardia Nacional, hoy día es la corporación de seguridad que encabeza la lista de instituciones con más quejas por violaciones a derechos humanos, con un total de 276 tan solo entre enero y julio de 2022. En 2020 el conteo total fue de 350 y al año siguiente, en 2021, la GN fue acreedora de 504 quejas por posibles situaciones de riesgo de este tipo.

Uno de los puntos centrales de varias declaraciones y consignas durante la manifestación fue el papel del Congreso de la Unión en el proceso de evaluación y aprobación (o rechazo) de las reformas impulsadas por AMLO.

En este sentido, figuras como Denise Dresser, politóloga que se ha posicionado como una de las más duras críticas del actual gobierno, se pronunciaron al respecto.

La también académica advirtió, entre otras cosas, que uno de los mayores riesgos de esta adscripción de la GN a los mandos castrenses es que los elementos militares “están entrenados para matar” y no para realizar las funciones de las fuerzas de seguridad pública.

Asimismo, señaló que independientemente de la dictaminación final sobre el tema en la Cámara de Senadores, el movimiento antimilitarista continuará y consideró que la aprobación de las reformas en San Lázaro durante la madrugada del sábado 3 de septiembre fue un “agandallamiento”.

Heidi Mariana Pérez Rodríguez, de cinco años, murió la noche del miércoles 31 de agosto a causa de un impacto de bala en la cabeza. Esto ocurrió en Nuevo Laredo, Tamaulipas, cuando la pequeña era trasladada a un hospital del Seguro Social por un dolor estomacal.

Su fallecimiento despertó una gran indignación en el estado y el país entero, especialmente después de las primeras declaraciones de Raymundo Ramos, presidente del Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo.

De acuerdo con el activista, hay evidencia suficiente para asegurar que dos agentes de la Sedena fueron los responsables de la muerte de Heidi Mariana, pues las detonaciones no ocurrieron durante un enfrentamiento, como ha defendido el presidente López Obrador.

El caso fue recordado durante la Velada por la Paz de este 6 de septiembre, pues ha sido considerado como la evidencia del peligro de la presencia de cuerpos militares en las calles.

“Mientras la familia de Heidi preparaba su funeral la mañana del sábado, las y los diputados federales amanecieron sesionando y con las reformas aprobadas”, comentó una integrante del colectivo Seguridad sin Guerra.

De igual modo, las y los manifestantes repitieron la consigna “Heidi no murió, a Heidi la mataron”.

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