En octubre de 2021 el país miro de reojo la presencia de Christian Nodal en el Valle de Guadalupe, ubicado en Ensenada, Baja California, este hecho causó una ola de críticas en contra del cantante nacido en Sonora, pues la zona desde hace más de un lustro ha sido parte de una gentrificación sin precedentes, así lo han denunciado ciudadanos y agricultores de la zona.
Esta situación con el intérprete de Ya no somos ni seremos no fue un caso aislado pues, desde 2015, los conciertos masivos, el abuso de construcción de centros nocturnos y fraccionamientos inmobiliarios sin un marco legal que lo avale, han afectado El Valle en Baja California a tal grado que los pronósticos de diversos especialistas apuntan que en caso de no revertir la situación la zona podría desaparecer en el 2037.
Bajo este contexto de crisis, los locatarios que van desde vitivinicultores, enólogos, chefs y la comunidad anunciaron la campaña Rescatemos el Valle la cual busca hacer “frente al embate” de la urbanización, la venta ilegal de tierras y la ausencia de Estado de Derecho que ha afectado durante 5 años a una de las zonas vinícolas más importante de México.
Los integrantes de Rescatemos El Valle expresaron en un comunicado para Infobae México que durante los últimos 5 años el abuso de las tierras han convertido a la zona “en una ciudad”, deforestando en los últimos 6 años al menos mil hectáreas de conservación y producción.
“Entre 2014 y 2019 se perdió 18% de tierra agrícola en El Valle y el futuro luce aún más desolador, porque de las 5 mil 445 hectáreas cultivables que había en 2017, el Instituto Municipal de Investigación y Planeación (IMIP) de Ensenada prevé que quedarán menos de la mitad (2 mil) en el año 2027″.
En el comunicado algunos integrantes de Rescatemos el Valle hicieron especial hincapié en que la zona ubicada al interior de la península de Baja California siempre se ha caracterizado por construir su comunidad y su industria respetando siempre “al entorno rural y natural”, además resaltaron el poder económico que deja la zona al Producto Interno Bruto (PIB) de México.
“La depredación actual no sólo atenta contra el patrimonio cultural y paisajístico de una bio región única, sino que está perdiendo también la ventaja competitiva de la zona, la más importante del país con 75% de la producción nacional de vino, la cual contribuye con 1% del PIB agrícola”, se puede leer.
Cabe destacar que la industria vinícola del Valle de Guadalupe emplea directamente a más de 4 mil 500 personas e indirectamente a más de 10 mil y, en donde además destaca el turismo enológico, ya que cada año entre más de un millón de personas viajan a la ruta por cada año.
“La derrama económica generada por el enoturismo en Baja California significa $3,600 millones de pesos y una recaudación de impuestos de 165 millones de pesos, como reflejo de un incremento importante del consumo del vino per capita en México, que pasó de 250 mm en 2002 a 964 mm en 2018.
Para preservar la zona, los actores principales de Rescatemos El Valle han mandado cuatro propuestas específicas a las autoridades estatales encabezadas por la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila y a las fuerzas federales del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO) con quien comparten su visión de “rescatar el campo”.
-Crear una legislación de carácter estatal, en la que se ratifique la naturaleza agrícola del Valle generando la protección jurídica necesaria para respetarla.
-Nombrar al Valle de Guadalupe como una “Zona de belleza natural y cultural”, tal y como lo establece la Ley de Preservación del Patrimonio Cultural de Baja California.
-Generar una nueva denominación jurídica federal para proteger el patrimonio agrícola del país, una denominación que proteja al campo y su cultura, cómo se protege también a las áreas naturales.
-Así como una iniciativa de protección al Valle ante el Congreso local y el Congreso Federal y se constituya dicha figura jurídica.
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