El santuario y la basílica de Ocotlán es una edificación que se encuentra en el poblado del mismo nombre en el estado de Tlaxcala, muy cerca de la Ciudad de México.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), esta es una de las iglesias más bellas de América.
La pequeña capilla de la Virgen fue realizada por el artista indígena Francisco Miguel entre los años 1718 y 1720.
Él se dedicó a la obra en agradecimiento a la deidad, ya que lo había salvado de un accidente.
El origen del culto a la Virgen de Ocotlán se remonta a 1541, cuando la deidad, supuestamente se le apareció al indio Juan Diego Bernardino.
Cuenta la leyenda que la virgen hizo brotar un manantial de aguas curativas que eliminaron la peste, una peligrosa enfermedad de aquella época.
Además, la virgen le dijo a Juan Diego que encontraría una imágen suya en un ocote y que deseaba que este árbol estuviera en una capilla que estaba en el cerro.
Luego de la experiencia de Juan Diego, se le rindió culto a esta virgen hasta que en 1670 se comenzó a construir el templo, que aún perdura.
En 1750, Manuel Loayzaga, quien era sacerdote del santuario, describió a la cúpula de la capilla como una “admirable máquina” y un “Cielo de flores o Paraíso de luces”.
“Globo (...) parecido al firmamento; pues todo él por la claridad y los brillos es una sarta de Estrellas”, dijo el capellán en 1750.
La cúpula del camarín está llena de tallados policromadas, con la escena del Pentecostés rematando el centro de la bóveda y relieves de doctores marianos y de arcángeles en las cornisas.
Este gran arco en forma de concha se encuentra sostenido por altas torres, en las que se empleó la “pilastra estípite”, es decir, una columna troncopiramidal invertida.
Los retablos tienen a la Virgen de Guadalupe y a la Virgen María en su imagen de Ocotlán son de la década de 1770, por el desarrollo que presentan, según el historiador Francisco de la Maza.
Además, los retablos están llenos de exagerada decoración tipo barroco, con angelitos, coronas, flores, espejos y roleos.
En su caso, el de la Virgen de Guadalupe está enmarcado por un arco con una escritura en latín Non fecit talier omini nationi, que significa “No hizo tal cosa a ninguna otra nación”.
Asimismo, la basílica resalta por su hermosa fachada y es uno de los centros de peregrinaje mariano más importantes de México.
La apertura de la iglesia es todos los días a partir de las 7:00 hrs hasta las 20:00 hrs y para llegar desde el centro de Tlaxcala se tiene que tomar avenida Juárez rumbo a Santa Ana Chiautempan.
Se debe continuar hasta llegar a la calle Citlapopoca, doblar a la derecha y subir para llegar al parque de Ocotlán, donde se encuentra la iglesia.
Ubicación: Privada del Norte, Ocotlán, Tlaxcala, Tlax.
La entrada es totalmente gratuita pero se recomienda contratar un guía turístico para poder visitar el camarín, es decir, la capilla.
El camarín es una capilla de ocho bloques que tienen ilustraciones de la vida de la Virgen María y se encuentran firmadas por el pintor Juan de Villalobos en 1723.
La cúpula de esta zona se dividió para que cupieran los once apóstoles y la Virgen María, la cual tiene una decoración bastante extravagante.
Luego de visitar el imponente templo, podría ser bueno regresar al centro de la ciudad de Tlaxcala para degustar de los típicos platillos de la región.
El legado gastronómico de Tlaxcala en definitiva es grande, pues muchos de sus platillos se consumen en todo México, tal es el caso de los tacos de canasta o el mole prieto.
SEGUIR LEYENDO: