La Fiscalía General de la República (FGR) obtuvo sentencia condenatoria de hasta 17 años contra cuatro policías de San Luis Potosí que trabajaron para los Zetas en la década pasada.
Se trata de Luis Francisco Torres Rojas, Eduardo Román Rodríguez Cruz, Daniel Sauceda Rodríguez y Juan Carlos Eguía Sauceda, quienes brindaban protección al grupo criminal y al mismo tiempo se desempeñaban como agentes municipales de Matehuala.
Los cuatro efectivos fueron detenidos por la extinta Policía Federal en 2011 y fueron procesados por cargos de delincuencia organizada, hipótesis de narcotráfico, posesión clorhidrato de cocaína y portación de arma de fuego de uso exclusivo de militares.
El caso fue investigado a través de la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada, en coordinación con la Fiscalía Especializada de Control Regional en su Delegación del Estado de México. Tras las indagatorias, los policías municipales fueron condenados en 2015.
Sin embargo, se interpuso recurso de apelación ante el Segundo Tribunal Unitario del Segundo Circuito, el cual revocó la sentencia y ordenó la reposición del procedimiento. Después de siete años volvieron a presentarse los datos de prueba para obtener los castigos contra operadores de los Zetas en la entidad potosina.
Las penas fueron impuestas en resolución del Juzgado Primero de Distrito de Procesos Penales Federales con sede en Toluca, luego de que se cumpliera con la acreditación de los delitos verificados hace 11 años, durante el arresto.
Luis Francisco Torres fue condenado a 17 años ocho meses de prisión por asociación delictuosa, posesión de drogas y usar armas de uso reservado al Ejército. Por esos mismos cargos Daniel Sauceda Rodríguez recibió la pena de 17 años siete meses tras las rejas y Juan Carlos Eguía Sauceda deberá pasar 15 años encerrado.
Mientras que Eduardo Román Rodríguez Cruz saldrá de la cárcel el próximo año, pues solo le fueron impuestos 12 años de condena y no se le imputo llevar consigo el armamento de uso exclusivo de las Fuerzas Armadas, lo que se presume, pudo disminuir la sentencia.
La ubicación geográfica y conectividad de San Luis Potosí han convertido al estado en una ruta asediada por el narcotráfico, ya que es el recorrido obligado de otras entidades como Nuevo León, Tamaulipas, Veracruz, Hidalgo, Querétaro, Guanajuato y Zacatecas.
El estado cuenta con mil 320 kilómetros de carreteras federales que se distribuyen hacia el norte y este del país, por ello, grupos delictivos concentran sus operaciones para el robo a transportistas, tráfico de drogas y migrantes.
Actualmente, la entidad sigue asediada por los Zetas en al menos 11 municipios. Esta facción disputa territorio al disminuido Cártel del Golfo, de donde surgió a principios del milenio. En la entidad también se enfrenta a otros remanentes como los Talibanes, Cártel del Noreste, Zetas Vieja Escuela e incursiones del Cártel Jalisco Nueva Generación y del Cártel San Luis Potosí Nueva Generación.
Los Zetas eran conformados por unos 300 hombres que en conjunto, representaban el brazo armado del Cártel del Golfo. Esta última facción disputaba territorio al Cártel de Sinaloa cuando Felipe Calderón comenzaba su mandato.
En ese entonces, el Cártel del Golfo era comandado por Jorge Eduardo Sánchez Costilla, el Coss, quien asumió tras la captura de Osiel Cárdenas Guillén. Los operadores: Heriberto Lazcano Lazcano, Jaime González Durán, el Hummer, Héctor Manuel Sauceda Gamboa, el Karis, Sergio Castillo Ortiz, el Checo, y Julio César Rosales Mendoza. Aunque también dirigían los hermanos Mario y Ezequiel Cárdenas Guillén.
La facción que fundara Juan García Ábrego comenzó un distanciamiento con Los Zetas desde 2007, tras la extradición de Osiel Cárdenas Guillén, el mata amigos. Hasta 2010, año de la ruptura definitiva, un análisis de Insight Crime ubicó que los liderados por Lazcano Lazcano tenían presencia en 405 municipios de México.
Los Zetas afianzaron su poderío criminal mediante el terror y actos de violencia despiadada que hasta entonces no se había visto en México.
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