El chile es un alimento originario de México y de otros países de América. Este se ha utilizado desde épocas milenarias para diversos fines y en los tiempos prehispánicos era nombrado chili, una palabra de origen náhuatl.
Los aztecas desarrollaron toda una cultura alrededor de este alimento y esto fue documentado por Fray Bernardino de Sahagún en Historia general de las cosas de Nueva España, en donde registró varios datos del chile.
Uno de los usos más comunes en Tenochtitlan era para fines militares, pues el humo que desprendían los chiles al quemarlos se utilizaba como arma en los campos de batalla.
Tal como las bombas que se utilizan actualmente en conflictos bélicos, el humo de chile tenía efectos similares al gas lacrimógeno. Este causaba lagrimeo, irritación, ceguera temporal y hasta asfixia, lo que servía para distraer al enemigo en la batallas del México prehispánico.
Cualquier tipo de humo en exceso, más si es irritante puede afectar a las vías respiratorias. De acuerdo con un artículo de la Biblioteca Nacional de Medicina, las lesiones por inhalación pueden dañar los pulmones.
El humo del chile suele causar un efecto bastante molesto, muy parecido a “enchilarse” cuando se come salsa, solo que en las fosas nasales y la garganta.
En la tesis Importancia del Chile Cpsicum annuum como recurso alimenario, de Karina Rodríguez Villa, se relata un hecho histórico en el que pobladores de Cuetzalan fueron asesinados con humo del picante.
“Las personas de Cuetlaxtlan asesinaron al gobernador Mexica, cuando los mensajeros llegaron preguntando por el pago del tributo, ellos estaban en un cuarto y fueron sofocados con humo de chile”.
De igual forma, el humo de chile era utilizado con un fin pedagógico o educacional, ya que el método servía como correctivo en la infancia y juventud, según un artículo de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.
Si bien el humo fue útil en la época prehispánica, el alimento en sí también se consumía para usos medicinales, nutricionales y era utilizado con fines comerciales. De hecho, los antepasados tenían a la diosa del chile.
Según el artículo de Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, se piensa que el alimento llegó a estas regiones gracias a la aves, quienes consumían chiles muy picantes y luego desechaban las semillas en el excremento cuando volaban a otros sitios.
De acuerdo a los mitos prehispánicos, la Respetable señora del chilito rojo era hermana de Tláloc, el dios de la lluvia y de Chicomecóatl, diosa de los mantenimientos.
Desde aquellos tiempos, el chile ya tenía varias formas de ser preparado y muchas de ellas se han heredado hasta la actualidad. Generalmente se preparaba con tomate.
Los aztecas solían hacer salsas de chile ahumado, de chile picante, de chile seco, de chile suave, entre otros. También se acostumbraba hacer una bebida con chocolate y chile llamada chicacalhuati, una especie de atole con picante.
Asimismo, el chile fue un alimento primordial para los antiguos pobladores de México, sobre todo en ciudades como Teotihuacán, Tula y Monte Albán.
En dichos sitios fueron encontrados vestigios de amplio consumo de chile y con ello, los aztecas habrían desarrollado varias costumbres referentes al chile.
En la actualidad, este alimento picante está considerado como el corazón de la gastronomía mexicana y es que es un hecho que es un elemento que no puede faltar en los platillos.
Los chiles en nogada son un platillo típico de México y aunque su origen no es prehispánico, si tiene muchos años de antigüedad.
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