El Banco de México (Banxico) mantuvo en 2.2 % su pronóstico de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en 2022, pero elevó a 8.1 % su previsión de la inflación general para el último trimestre del año desde una estimación previa de 6.4%.
En su “Informe trimestral abril-junio 2022″, el banco central estimó un escenario de crecimiento de 2.2 % con un límite inferior de 1.7 % y uno superior de 2.7 %, cifras similares al reporte anterior, cuando proyectó un piso de 1.6 % y un techo de 2.8 %.
Pero el organismo autónomo disminuyó a 1.6 % su proyección central del PIB para 2023, desde una estimación anterior de 2.4 %.
“La revisión para 2023 refleja el escenario más adverso que se espera que la economía mexicana enfrente para su crecimiento”, expuso el banco central.
Por otro lado, la Junta de Gobierno de Banxico elevó su pronóstico de la inflación general para situarla en 8.1 % anual en el último trimestre de 2022, frente a la previsión pasada de 6.4 %.
El banco central espera que la inflación general anual alcance su “pico” en el tercer trimestre de este año, cuando promediaría 8.5 %, casi el triple de la meta de Banxico de 3%, para después descender en lo que resta de 2022 y a lo largo de 2023.
“Se prevé que tanto la inflación general como la subyacente, luego de aumentar en el 3T-2022 (tercer trimestre de 2022), vayan disminuyendo a lo largo del horizonte de pronóstico, de modo que se ubicarían en niveles cercanos a 3% en el 1T-2024 (primer trimestre de 2024)”, previó el organismo.
Con este contexto, Banxico justificó su política monetaria, que el 11 de agosto resultó en elevar la tasa de interés al 8.5 %, lo que representa el décimo incremento consecutivo del objetivo ante la inflación general, que alcanzó el 8.62 % anual en la primera quincena de agosto, su nivel más alto desde 2022.
Los pronósticos del Banco de México ocurren después de que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) divulgó la semana pasada que el PIB creció un 0.9 % trimestral entre abril y junio de 2022, con lo que acumula un crecimiento de 1.9 % anual.
Pero además, el Inegi dio a conocer que durante los primeros quince días de agosto, el Índice Nacional de Precios al Consumidor aumentó 0.42% respecto a la quincena anterior, por lo que la inflación llegó a 8.62%, lo que representa la tasa más elevada para dicho periodo desde 1998, cuando reportó un alza de 0.52%.
Los productos alimenticios siguen siendo los que han tenido un mayor impacto en los precios.
De ellos, la cebolla es el alimento que más aumentó, al tener una variación quincenal de 37.66%, seguido de la papa y otros tubérculos (2.36%), la tortilla de maíz (1.56%), otros alimentos cocinados (1.41%) así como productos en loncherías, fondas, torterías y taquerías (0.73%).
Mientras que entre los servicios que más aumentaron sus precios están las colegiaturas de preparatoria (1.97%), la Universidad ( 1.19%), así como la vivienda propia (0.13%).
México no ha recuperado su nivel económico previo a la pandemia tras un desplome histórico de 8.2 % del PIB en 2020 y un repunte de apenas 4.8 % en 2021.
Como riesgos al alza, el banco central señaló la persistencia de la inflación subyacente en niveles elevados, presiones inflacionarias externas asociadas a la evolución de la pandemia y mayores presiones sobre los precios derivadas del conflicto geopolítico en Ucrania, en particular sobre alimentos y energéticos.
También vislumbró episodios de depreciación cambiaria y presiones por mayores costos asociados a las condiciones de contratación o salarios.
Con información de EFE
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