La guerra política interna que se ha desatado en el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) por la candidatura del partido a la presidencia de la República en el 2024 parece tener a dos claros contendientes y no se trata de las llamadas “corcholatas”. Los protagonistas de este “fuego amigo” son el actual coordinador de la bancada morenista en el Senado, Ricardo Monreal y el propio presidente del país, Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Y es que a pesar de tener una historia de muchos años de cercanía personal y una estrecha colaboración en la vida pública de México, los tiempos y las aspiraciones políticas han confrontado a ambos personajes.
La historia entre el zacatecano Ricardo Monreal y Andrés Manuel López Obrador data de hace más de 24 años, cuando Monreal Ávila aún era militante del Partido Revolucionario Institucional (PRI, al cual se afilió desde 1975 y en donde ocupó varios cargos, entre los que se encuentran diputado federal y senador), al cual también perteneció el hoy presidente de la República.
Ese año, Monreal Ávila buscaba la candidatura priista al gobierno de Zacatecas, pero el entonces presidente del Comité Ejecutivo Nacional priista, Mariano Palacios Alcocer, decidió no postularlo debido a los fuertes rumores de que su familia tenía presuntos nexos con el crimen organizado.
Monreal no aceptó la decisión y abandonó el partido, pero a invitación de Andrés Manuel López Obrador, entonces presidente nacional del PRD, aceptó la candidatura del partido del sol azteca y ganó el gobierno de Zacatecas. Ahí comenzó la historia política entre ambos.
Durante su gobierno en Zacatecas, Ricardo Monreal fue acusado de colocar a familiares en puestos clave de su administración, de otorgar préstamos y créditos a personas cercanas. Rechazó todos los señalamientos asegurando que se trataban de intentos por ensuciar su carrera.
Años después de haber concluido su administración como gobernador, volvió a convertirse en diputado federal y senador, pero ahora bajo las siglas del PRD. Después se fue a las filas del Partido del Trabajo, de Movimiento Ciudadano y luego a Morena.
No obstante, la sombra del narcotráfico volvió a hacerse presente cuando en abril de 2009, el gobierno de Zacatecas decomisó más de 14 toneladas de mariguana de una bodega propiedad de su hermano Cándido, y nuevamente se habló de los vínculos de su familia con el crimen organizado.
A pesar de ello, en 2012 se volvió Coordinador General del Comité de campaña de Andrés Manuel López Obrador, entonces candidato de la coalición Movimiento Progresista a la presidencia de la República.
Desde 2015 es miembro activo de Morena, partido que lo llevó a ganar la jefatura delegacional (ahora alcaldía) de Cuauhtémoc, cargo que encabezó hasta 2017. Al día de hoy, Ricardo Monreal es el poderoso coordinador de la bancada de Morena en el Senado de la República, además del presidente de la importante Junta de Coordinación Política (Jucopo) en ese órgano legislativo.
Desde su llegada, Monreal Ávila -a quien se le conoce como un político moderado y con gran capacidad de diálogo con todos los integrantes de otros partidos-, ha sacado adelante todas las iniciativas que ha enviado el presidente López Obrador al Senado, lo cual incluso ha sido reconocido en público y en privado por el propio jefe del Ejecutivo federal.
Y es que el zacatecano ha desempeñado un papel crucial en el Senado liderando consensos, negociaciones con la oposición y con los inconformes de su propio partido, al mismo tiempo legislando una agenda de izquierda que le reporta gobernabilidad al Presidente.
También se ha convertido en un importante líder legislativo de izquierda con temas que Andrés Manuel López Obrador evade, como la prohibición del matrimonio infantil, práctica común en muchas comunidades indígenas y que el Presidente calificó de “normal”, entre muchos otros temas.
Ante este panorama, Monreal Ávila mantenía una constante comunicación con el presidente y muestra de ello eran los constantes desayunos que mantenían en Palacio Nacional y que el propio mandatario hacía públicos en redes sociales.
La cercanía política y personal no podía ir mejor hasta que en 2021 López Obrador dio el banderazo público adelantadísimo en la carrera por la presidencia del país, la cual se renovará en 2024.
Fue el 5 de julio de 2021 cuando el mandatario federal mencionó a los funcionarios que laboran en su gabinete y que podrían encabezar los esfuerzos de su movimiento en la consolidación de la Cuarta Transformación.
“Primero hay que tomar en cuenta que es el pueblo quien va a decidir, ahora del flanco progresista liberal hay muchísimos como Claudia (Sheinbaum), Marcelo (Ebrard), Juan Ramón de la Fuente, Esteban Moctezuma, Tatiana Clouthier, Rocío Nahle, bueno muchísimos, afortunadamente hay relevo generacional”, afirmó el jefe del Ejecutivo federal.
Fue entonces que utilizó los términos “destapador” y “corcholata” cuando adelantó los nombres en una baraja de aspirantes dentro de Morena.
“Ahora sí que ya no hay tapados, yo soy el ‘destapador’ y mi ‘corcholata’ favorita va a ser la del pueblo, esa es la regla. La gente va a decidir en su momento en forma libre, democrática”, dijo AMLO en la conferencia matutina desde Villahermosa.
Desde ese momento, López Obrador se ha referido infinidad de veces a sus “corcholatas” -aunque de acuerdo con analistas políticos, la candidata del presidente es Claudia Sheinbaum, actual jefa de Gobierno de la Ciudad de México), las mismas que ha evadido nombrar a Ricardo Monreal como posible candidato de Morena para ocupar la silla presidencial.
AMLO vs Monreal: una guerra de alta intensidad
Tras el “destape” de las “corcholatas”, Ricardo Monreal ha hecho público infinidad de veces su intención de buscar la presidencia del país por los colores de Morena, aunque él mismo ha admitido que hay favoritismos y ha rechazado una y otra vez a que el método de elección del candidato o candidata se defina mediante una encuesta elaborada por el partido, ya que ha asegurado, no es un proceso confiable.
Incluso, el pasado 10 de julio, Monreal aseguró que si Morena insistía en elegir a su candidato bajo ese método, no participaría ya que no está dispuesto a declinar por nadie ni a prestarse a ninguna farsa.
“Lo digo desde ahora para que no haya dudas. Si se insiste en una encuesta elaborada, cantada y organizada por el Partido, no tiene sentido participar, porque va a ganar quien quieren que gane; no va a ser democrático, y ahí no nos vamos a prestar a ninguna farsa, porque creemos en la democracia”, enfatizó
Pese a ello, Monreal Ávila no quita el dedo del renglón e insiste en que buscará ser candidato presidencial en 2024 pero solo bajo las siglas de Morena.
En diversas encuestas el nombre de Ricardo Monreal es nombrado como uno de los políticos más conocidos entre la opinión pública, por lo que el actual senador ha buscado seguir posicionándose y consolidándose como un aspirante presidencial, por lo que ha implementado una campaña de marketing para llegar a todas las personas, principalmente entre los jóvenes.
Sus declaraciones y posturas , las cuales inclusive van en contra con las de otros morenistas y hasta del propio presidente, han levantado el reconocimiento de algunas figuras de oposición. Incluso, no pocos lo ven como una figura importante para buscar la silla presidencial bajo la coalición “Va por México”.
El pasado mes de julio, el líder del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Jesús Zambrano, destacó que Monreal y otros militantes han luchado abiertamente contra el autoritarismo y la imposición; por lo que ante la insistencia de que inviten al senador zacatecano a sumarse a la coalición dijo que no se debe descartar.
“No hay que cerrar ninguna posibilidad de que esto suceda y que, pues que ellos tomen sus propias decisiones en el momento en el que lo consideren. Nosotros, estamos impulsando un proceso de confluencia, tenemos que armar una plataforma todavía y no es que nosotros vayamos a aceptarlo de regreso acá al PRD, sino que estoy hablando de la posibilidad ante una necesidad nacional de confluir en un gran frente”, reiteró.
Y las señales de simpatía opositora continúan.
Muestra de ello fue lo ocurrido la tarde noche del miércoles 31 de agosto fecha en la que se renovó la Mesa Directiva del Senado y la cual desató una intensa lucha no solo con la oposición, sino principalmente, entre los mismos legisladores de Morena.
Y es que los senadores de Morena no lograban ponerse de acuerdo para elegir a quién propondrían como el nuevo presidente de la Mesa Directiva de la Cámara Alta.
José Narro y Gabriel García buscaban quedarse como candidatos, pero al final, declinaron en favor de Higinio Martínez, un personaje cercano al presidente Andrés Manuel López Obrador desde hace muchos años y quien recientemente, también fue aspirante a la candidatura de Morena al gobierno del Estado de México, la cual quedó en manos de Delfina Gómez, aún secretaria de Educación Pública (SEP).
Fue entonces que Alejandro Armenta, cercano a Ricardo Monreal, alzó la mano para buscar la presidencia de la Mesa Directiva que estaba en manos de la morenista Olga Sánchez Cordero.
Tras un cónclave del grupo parlamentario que duró varias horas, en donde no hubo consenso para elegir a un personaje de unidad, los morenistas se fueron a votación.
Al final, eligieron a Armenta Mier, pero la votación aún debía llevarse al pleno del órgano legislativo.
La elección de Alejandro Armenta causó el rechazo de toda la oposición quienes incluso anularon sus votos como expresión de su desacuerdo con la postulación del senador poblano.
Pero además, se destaca un elemento divisorio al interior de la 4T, pues se necesitaban de 61 votos para que Armenta Mier resultara ganador y, al interior del Pleno, Morena con sus aliados cuentan con 67 legisladores, esto quiere decir que varios promotores del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador votaron en abstención.
Luego de dos rondas de votación fallidas, los miembros de la oposición cambiaron la estrategia y tacharon el nombre de Armenta en la boleta y escribieron el de Ricardo Monreal, por quien emitieron su voto, aunque tampoco contó, ya que el coordinador de Morena no fue postulado.
Finalmente, los senadores se fueron a una tercera ronda de votos en donde finalmente, Alejandro Armenta, cercanísimo a Ricardo Monreal, obtuvo los votos para ser el nuevo presidente del Senado a partir de este 1 de septiembre y durante los próximos 12 meses.
Solo unas horas antes, durante la plenaria de Morena del martes 30 de agosto, brillaron por su ausencia algunos secretarios de estado, así como las “corcholatas” Claudia Sheinbaum y Adán Augusto López, aunque el único presidenciable que sí asistió a la plenaria, fue el canciller Marcelo Ebrard.
A la cita morenista estaban convocados el Secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval; de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, y Mario Delgado, dirigente nacional del partido guinda. Pero todos tuvieron excusas para no asistir; por lo que el hecho fue visto como un “desaire político” a Ricardo Monreal y al Senado. pero algunos morenistas como César Cravioto aseguraron que se trató de un mensaje político desde el Ejecutivo.
Pese a todo, Monreal ganó la batalla en el Senado, aunque aún le falte un largo camino a la elección presidencial.
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