Desaparecer dos veces en México, la grave crisis de justicia ante un Estado omiso

Miles de personas, después de haber sido localizadas sin vida, llegaron a las fiscalías y de ahí volvieron a desaparecer

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Una mujer abraza a su hijo frente a un mural con información de personas desaparecidas. (México). EFE/ Francisco Guasco
Una mujer abraza a su hijo frente a un mural con información de personas desaparecidas. (México). EFE/ Francisco Guasco

México conmemora este martes 30 de agosto el Día Internacional de las Desapariciones Forzadas como uno de los países con más casos al llegar a la cifra oficial de 103 mil personas no localizadas, en medio de la polémica del caso Ayotzinapa y con un complicado panorama en el que los pocos avances son logrados por el esfuerzo directo de los familiares.

“El panorama es que hay una grave crisis de desapariciones en México, que hay una grave crisis forense y que esto tiene mucho que ver con el modelo de seguridad de nuestro país”, dijo este martes a Efe Alejandra Elguero, abogada del área de Defensa del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh).

Apenas en mayo de este año se superó la cifra de 100 mil personas desaparecidas, y recientemente se alcanzaron las 103 mil, según el Registro Nacional de Desaparecidos de la Secretaría de Gobernación (Segob).

La grave crisis forense donde las personas desaparecen por segunda ocasión

 Técnicos forenses en Ciudad Juárez. REUTERS/Jose Luis Gonzalez
Técnicos forenses en Ciudad Juárez. REUTERS/Jose Luis Gonzalez

La crisis forense, con más de 52 mil restos humanos sin identificar, según datos oficiales, constituye también una de las principales trabas para acceder a la verdad y a la justicia.

Miles de personas, después de haber sido localizadas sin vida, llegaron a dependencias de las fiscalías y de ahí volvieron a desaparecer.

Es el caso de Israel Hernández, secuestrado en 2012. Su hermana Edith y el resto de su familia lo buscaron durante cuatro años hasta que se exigió la exhumación de la fosa común de Tetelcingo, en el estado de Morelos, donde se encontraron 117 cuerpos que el Estado enterró asegurando que nadie los había reclamado.

Él era uno de los que el Estado decía que nadie buscaba”, dijo Edith, quien a pesar de haber recuperado el cuerpo de su hermano continúa participando en labores de búsqueda y compartiendo el conocimiento que adquirió en esos años.

Foto: Tw/@DoraAliciadeC
Foto: Tw/@DoraAliciadeC

Su compañera Tranquilina Hernández, quien busca a su hija Mireya Montiel desde que desapareció en 2014, cuando tenía 18 años, aseguró que aceptar que existe una crisis forense no es suficiente si no hay acciones reales de las autoridades.

“Que hagan algo para terminar con ello”, suplicó la madre de Mireya.

Aunque la identificación la realizan las fiscalías estatales, la Fiscalía General de la República (FGR), según la ley general en materia de desapariciones forzadas que entró en vigor en 2018, debe crear un banco de datos forenses que a la fecha no se ha creado.

“La omisión de la FGR ha implicado que hay menos identificaciones”, consideró Elguero.

En México las personas siguen desapareciendo

Además de la no identificación de restos, las personas siguen desapareciendo en México, señaló Alejandra Elguero, del Centro Prodh.

“Esta cifra es acumulada, no es algo que sucedió de pronto, pero la mayoría de las desapariciones son recientes, la gran mayoría de 2006 a la fecha”, detalló la experta, quien añadió que, según cifras oficiales, el 60 % de las desapariciones en la actualidad son de personas menores de 35 años.

Además, cada día desaparecen seis niñas y mujeres.

Decenas de mujeres que buscan a sus hijos desaparecidos se manifestaron el martes en Ciudad de México, con motivo del Día de las Madres, para denunciar sus casos y exigir celeridad en la búsqueda.
Decenas de mujeres que buscan a sus hijos desaparecidos se manifestaron el martes en Ciudad de México, con motivo del Día de las Madres, para denunciar sus casos y exigir celeridad en la búsqueda.

Y esto, opinó Elguero, no va a cambiar si el camino de la seguridad en el país continúa siendo la militarización, que ha ido fortaleciéndose con la creación de la Guardia Nacional, un cuerpo que el presidente Andrés Manuel López Obrador creó como civil pero que pasará en los próximos meses a depender de la Secretaría de la Defensa Nacional.

Esto a pesar de la vinculación de diferentes cuerpos policiales y militares con la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa en 2014 en Guerrero.

Ayotzinapa, un caso emblemático

Este caso retrata la crisis de las desapariciones en México y, aunque actualmente parece que está tomando, después de ocho años, el camino de la verdad, todavía falta mucho por andar.

La Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia del caso Ayotzinapa publicó el 18 de agosto un reporte en el que dio por muertos a los 43 estudiantes y determinó que fue “un crimen de estado”.

Con esto y otros datos se establecieron avances en las investigaciones, pero el viernes las familias aseguraron que continuarán buscando a los jóvenes con vida.

Personas se manifestaron para exigir que sean castigados funcionarios involucrados en el caso de la desaparición de 43 estudiantes de la escuela normal de Ayotzinapa ocurrida en 2014.
Personas se manifestaron para exigir que sean castigados funcionarios involucrados en el caso de la desaparición de 43 estudiantes de la escuela normal de Ayotzinapa ocurrida en 2014.

“A ellos (las familias) lo que les interesa es tener acceso a la verdad, pero que sea una verdad consistente, que haya pruebas consistentes para que ellos puedan tener la información de lo que ocurrió”, explicó la experta.

Y como ellos, miles de personas en México exigen que las investigaciones sean profundas y que encuentren a sus familiares. Algunas se van quedando por el camino porque los años pasan sin justicia, pero la lucha es incansable.

“No se me hace normal ni natural que las personas estén desapareciendo, que el Estado sea omiso y que la sociedad civil sea insensible”, lamentó Edith, quien sigue recorriendo cerros y reclamando a funcionarios que hagan su trabajo.

“A las mamás, no se quedan solas. Se vale llorar pero también se vale limpiarse el moco y seguir adelante, porque si no lo hacemos nosotras nadie lo va a hacer. No están solas”, terminó Tranquilina Hernández.

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