La economía y la inflación son temas que merecen una constante atención por parte de cualquier mandatario, ya sea a nivel municipal, estatal o federal. Sin embargo, en semanas recientes se ha convertido en una preocupación cada vez mayor para el gabinete de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), pues se ha llegado hasta un nivel de hasta 8.62% de inflación, la cifra más alta en 24 años.
Este incremento encuentra su causa, principalmente, en la súbita escalada en los precios de alimentos —como la cebolla, la papa y la tortilla de maíz— los cuales se han disparado de una manera sin precedentes en la historia reciente del país.
Por su parte, servicios como la preparatoria, la universidad y la vivienda propia también han experimentado incrementos significativos.
Todo esto parecería indicar que el plan antiinflacionario presentado por AMLO el pasado mes de mayo no ha tenido los resultados esperados, pues la economía ha mostrado un acelerado deterioro en las últimas semanas.
Así lo destacó el periodista Raymundo Riva Palacio en su más reciente columna para Ejecentral, en la que aseguró que “la inflación va para arriba y el gobierno para abajo”.
La “esquizofrenia” de AMLO
El también analista político señaló que el presidente López Obrador es el principal culpable de la desarticulación al interior de su gabinete en materia económica, pues ha excluido a secretarios de Estado “de sus ámbitos de responsabilidad” y se ha caracterizado por dar “instrucciones transversales”.
Una de las principales muestras de ello que mencionó Riva Palacio fue la inclusión de Adán Augusto López, secretario de Gobernación, en la elaboración del plan antiinflacionario semanas atrás.
La justificación de esto, de acuerdo con colaboradores de Palacio Nacional, es que “la negociación con empresas es política”, así que el gobierno identificó al titular de la Segob como la persona indicada para encabezarlas.
Dicha labor, sin embargo, no solía ser desempeñada por Gobernación, sino por la Secretaría de Economía, hoy dirigida por Tatiana Clouthier.
La inclusión de Adán Augusto López, aseguró Riva Palacio, generó una molestia en Rogelio Ramírez de la O, titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, ya que el presidente le reclamó “que no hubiera presentado el plan” hace un par de semanas, cosa que no le había sido solicitada a él, sino a la Segob. “López Obrador no se acordaba de lo que había hecho”, apuntó el periodista, pues según él se lo había encargado tanto a Augusto López como a Ramírez de la O.
“Es bastante esquizofrénico lo que sucede en Palacio Nacional”.
Después de tal confusión, AMLO pidió con urgencia a sus colaboradores que trabajaran en conjunto para presentar el plan. Sin embargo, “se volvieron a cambiar instrucciones y se empezó a involucrar de manera crítica a la secretaria de Economía [Clouthier] y a Alfonso Romo para que haga la negociación con los empresarios”, comentó el periodista.
No obstante, y a pesar de que las grandes corporaciones se han mostrado dispuestas a apoyar en el control de la inflación, no se les ha presentado una estrategia articulada que permita la colaboración.
“El Presidente está cada vez más molesto porque lo que ha instruido no se ha cumplido. Irónicamente, es su culpa”.
La verdadera motivación del plan antiinflacionario
Por otro lado, el analista político recordó el discurso de López Obrador al anunciar el plan y advirtió que la verdadera motivación del mismo es política-electoral, más allá del rescate de la economía de las familias mexicanas.
En aquel entonces, refirió Riva Palacio, el presidente comentó que “la inflación afectaba a toda la economía, pero más a la gente con menos recursos. Frase noble, pero tramposa”, pues en los sectores con menos ingresos es donde se concentra la gran mayoría de los votantes de AMLO.
Así, la preocupación que la inflación representa para el presidente no tiene tintes económicos, sino que su verdadera angustia recae en “el impacto que pueda tener en las elecciones del próximo año”, pues podría neutralizar su campaña en contra del Partido Revolucionario Institucional.
Esa es la verdadera razón por la cual se han activado los focos rojos en Palacio Nacional, de acuerdo con el columnista, pues el costo que la inflación pueda tener en las urnas en 2023 y 2024 aún es impredecible.
Y aunque el índice de popularidad de López Obrador se mantiene en niveles altos, “aún no pasa la prueba de la carestía en el país, que se va a profundizar este año”, pues la confianza de las y los consumidores ha disminuido gradualmente.
De esta manera, las familias con menos recursos que votaron por AMLO hoy son afectadas “por la esquizofrenia en su toma de decisión y sus olvidos sobre qué instruye a quién”.
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