Solo un astronauta mexicano formará parte de la tripulación en el viaje ESAA-01 EX SOMINUS AD ASTRA, que forma parte del programa Latinoamericanos al Espacio LATCOSMOS-C, el cual orbitará la Tierra a 100 kilómetros de altura, se trata de José Alberto Ramírez, de la Facultad de Ingeniería de la UNAM.
¿Quién es José Alberto Ramírez?
Es maestro de la Facultad de Ingeniería, con título en Ingeniería Electrónica, por la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán; doctor en Ciencias Técnicas por el Instituto de Aviación de Moscú; desde 1995 se ha integrado a programas de investigaciones de desarrollo espacial. También participó en la implementación del área espacial en la Unidad de Alta Tecnología, en la UNAM campus Juriquilla, donde actualmente hay un laboratorio nacional con infraestructura para hacer pruebas de termovacío, vibraciones o estación de control satelital.
Aún sin fecha fija para el lanzamiento, “la tripulación de esta misión espacial trabaja día a día con el fin de inspirar a los jóvenes de la región para alcanzar las estrellas, es decir, que se den cuenta que tenemos capacidades reales y talento para unirnos al esfuerzo global de hacer exploraciones espaciales”, afirmó el universitario de 51 años de edad.
Al formar parte de la tripulación en el viaje suborbital ESAA-01 EX SOMINUS AD ASTRA dentro del programa Latcosmos (Plan de Desarrollo Espacial diseñado para las Regiones de América Latina y el Caribe), Ramírez Aguilar será el único mexicano que orbitará el planeta por encima de los 100 kilómetros de altura. Actualmente, contribuye en la logística de la misión espacial y realizará experimentos a bordo.
Mientras comienza el entrenamiento, el universitario se mantiene en forma y se dedica a impulsar a los futuros ingenieros aeroespaciales, ya que considera que se aproximan grandes retos para cubrir la demanda de la industria aeroespacial en México.
“Dentro de los objetivos de la UNAM está la formación de recursos humanos de alto nivel para responder ante las demandas de nuestro país, a través de líneas de innovación, de desarrollo tecnológico, y sobre todo que les abra oportunidades a las nuevas generaciones”, sostuvo.
Durante una entrevista en el 2020, el académico de la UNAM informó sobre este proyecto: ”Haber sido seleccionado es un honor y una enorme responsabilidad, pues es resultado de muchos años de esfuerzo para fomentar estas actividades en México, desde el extinto Programa Universitario de Investigación y Desarrollo Espacial, en los años 90, además, representa la materialización de esa escalera que lleva a alcanzar las estrellas y que nos permite inspirar a las nuevas generaciones”, comentó.
Desde 2020 la UNAM forma ingenieros aeroespaciales a fin de dar solución a los problemas que plantea el ejercicio profesional para el diseño, desarrollo, construcción, prueba y operación de vehículos que operan en la atmósfera terrestre o en el espacio exterior.
La importancia de explorar el área aeroespacial
“Nos dimos cuenta que el área aeroespacial es una de las que tiene mayor futuro por las exploraciones en otros planetas o el desarrollo de sistemas de control de telecomunicaciones. Entonces sólo era impulsar a nuestros profesionales pumas abriéndoles ese camino de oportunidades. Y seguramente saldrán varias iniciativas, ya que egresados colaboran en proyectos con la NASA o la Agencia Espacial Europea”, aseveró el docente.
Además, subrayó que gracias a la ingeniería aeroespacial el ser humano puede viajar al espacio exterior y a cualquier parte del mundo, consultar el pronóstico del tiempo, tener acceso a más de 200 canales de televisión, hacer llamadas a través de un celular o, incluso, compartir su ubicación en tiempo real.
De acuerdo con la Secretaría de Economía, existe la proyección de que para 2025 la industria aeroespacial se colocará como la décima más importante del mundo, con más de 400 empresas en el país, generando 110 mil empleos y 12 mil millones de dólares en exportaciones.
“Toda esta formación me hizo ver que desde entonces en México necesitábamos un programa institucional o académico que fuera permanente, y es por eso que estuve involucrado en el planteamiento de la licenciatura en Ingeniería Aeroespacial de la Universidad Nacional. Hagamos que cada día sea un escalón que construye esa escalera que nos lleve a alcanzar las estrellas”, concluyó Ramírez Aguilar.
Este proyecto es una iniciativa de la Agencia Espacial Civil del Ecuador, liderada por el comandante ecuatoriano Ronnie Nader, diseñado como un plan de educación práctica con fines técnicos y científicos, y en el que se busca la colaboración con instituciones académicas y de investigación de países de América Latina y el Caribe para el desarrollo de actividades espaciales.
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