Desde niña, Karla Fernanda “N” sufrió las consecuencias de haber crecido sin su padre. Cuando tenía cuatro años quedó bajo el cuidado del Desarrollo Integral de la Familia (DIF), pues su progenitora fue acusada de maltrato. Catorce años después, a la edad de 18, fue vinculada a proceso por presuntamente haber asesinado a su madre y su tío.
Un juez de control determinó procesarla por los delitos de feminicidio y homicidio calificado. El escandaloso crimen se llevó a cabo en un inmueble ubicado en la acaldía Álvaro Obregón de la Ciudad de México.
Karla fue detenida el pasado 12 de agosto por elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), luego de que varios vecinos reportaran un olor fétido que provenía del departamento donde vivía la joven de 18 años con su familia y su perro.
Se presume que la joven habría permanecido con los cuerpos putrefactos de sus familiares durante varios días antes de ser detenida. De acuerdo con el informe de la Fiscalía capitalina, su madre y su tío fueron asesinados con un arma punzocortante.
Condiciones insalubres de Karla
Tras la detención de la joven comenzaron a salir detalles sobre su infancia y sus antencedentes familiares. Además de haber crecido sin su padre, desde niña había sufrido de malas condiciones de vida dentro de su hogar.
Según el periodista Carlos Jiménez, Karla nunca conoció a su padre, ya que fue detenido por robo antes de que ella naciera, por lo que tuvo que pasar 8 años tras las rejas. Sin embargo, cuando salió de la cárcel no se puso en contacto con su hija y ya no supieron más de él.
A pesar de que su madre, Paola Georgina Goroztieta, fue acusada de maltrato y le quitaron la custodia de su hija, posteriormente la recuperó, pues durante su instancia en el DIF la joven sufrió de abuso sexual.
Fue así que la conducta de Karla se volvió agresiva. Con apenas cinco años, necesitaba de medicamentos controlados para calmarse. En ese tiempo vivía en un pequeño departamento con su abuelo, su madre, su tío y su tía. El principal factor de su comportamiento era el ambiente familiar en el que vivía.
Según un documento del Hospital Psiquiátrico Infantil Juan N. Navarro, compartido por Carlos Jiménez, cuando personal del Departamento del Trabajo Social de dicha institución médica realizó una visita domiciliaria, se percató de que Karla usaba ropa sucia y mostraba señales de descuido.
Se presume que desde 2011 Karla vivía en condiciones insalubres. La habitación en la que dormía no tenía ventilación (la ventana no se podía abrir debido a que estaba oxidada), el baño no contaba con regadera y tampoco tenía iluminación, por mencionar algunos aspectos.
Además de las malas condiciones en su hogar, desde niña Karla tuvo que cuidar a su tío, Juan Carlos Goroztieta, quien tenía una discapacidad mental. Estos y otros factores llevaron a que su comportamiento se fuera deteriorando y se volviera más violento, al punto de agredir a su propia madre hasta llegar a amenazarla de muerte.
Cantante y seguidora de famosos
En el día a día, Karla acudía al mercado Mixcoac a cantar entre los puestos de comida para ganarse la vida, acompañada de su tío. Para alejarse un poco de su realidad, se refugiaba en las redes sociales, donde se mostraba como una persona diferente. Y es que uno de sus pasatiempos favoritos era sacarse fotos con famosos y compartirlas en su cuenta de Twitter, donde se identificaba con el usuario de @dulcepons_.
Para ello esperaba en el exterior de las inmediaciones de una televisora en San Ángel para interceptar a las celebridades y pedirles una selfie. Desde cantantes hasta actrices y conductores de televisión, Karla se retrató con Sebastián Yatra, Ximena Córdoba, Natalia Téllez, Juan Vidal, Pedro Prieto, entre otros, aunque su favorita era Bárbara Islas, por quien sentía una gran admiración y a quien se refirió como “la mejor artista” en un breve tuit.
En las fotografías solía posar con un semblante serio, mirando fijamente la cámara, sin expresar emoción o asombro. Las primeras publicaciones en Twitter son de 2016. Desde ese año y hasta 2021, se dedicó a subir fotografías con estrellas de la música y televisión, principalmente, aunque de vez en cuando compartía videos de ella bailando con música de reguetón.
Como si tratara de imitar a una de las celebridades con las que se retrataba, Karla se ponía unos lentes oscuros y cantaba las canciones urbanas mientras hacía algunos movimientos improvisados como parte de su “coreografía”.
Así, mientras que por un lado Karla aparentaba llevar una vida rodeada por personalidades del mundo del espectáculo, su progenitora la acusaba de violencia familiar. Medios locales indicaron que desde 2016 empezaron las denuncias de su madre ante el Ministerio Público.
Acusaciones no atendidas
Un mes antes de los asesinatos, la señora Paola acudió a la Fiscalía capitalina, al Centro de Terapia de Apoyo a Víctimas de Delitos Sexuales, donde contó la histora de su hija, pues confesó que sentía miedo de que le hiciera algo más grave. Pese a las acusaciones, no se tomaron las medidas necesarias y después de varias semanas se localizó el cuerpo sin vida de Georgina Goroztieta.
De acuerdo con la declaración de su madre, Karla la amenazaba de muerte si la intentaban llevar a un hospital psiquiátrico, además de que le pegaba y la insultaba. Incluso, le advirtió que “le iba echar a la perra”, por lo que decidió acudir con las autoridades.
Según Carlos Jiménez, hay al menos cuatro acusaciones de este tipo en contra de Karla. Sus vecinos comentaron a medios locales que frecuentemente escuchaban las discusiones y pleitos al interior del departamento donde vivía con su madre y su tío.
La última pelea habría ocurrido días antes de los asesinatos. Cuando los elementos de la SSC irrumpieron en el inmuble ubicado en la colonia Alfonso XIII, Karla tenía entre sus brazos a uno de sus perros de raza pitbull. Se presume que estuvo con los cadáveres de sus familiares durante varios días antes de su detención.
Tras su captura, Karla fue ingresada al Centro Femenil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla, donde tendrá que permanecer dos meses mientras se realizan las investigaciones complementarias. En tanto, sus dos perros quedaron a cargo de la brigada animal de la SSC.
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