Tras casi ocho años de aquella trágica noche en que desaparecieron 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, en el estado de Guerrero, el gobierno de la autollamada “Cuarta Transformación” (4T) reconoció este jueves que no hay indicio alguno de que los normalistas estén con vida.
Así lo concluyó desde Palacio Nacional, Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación (Segob), durante su Informe de la comisión del Caso Ayotzinapa.
“Por el contrario, todos los testimonios y evidencias acreditan que estos fueron arteramente ultimados y desaparecidos”
Además, el también presidente de la Comisión para la Verdad y el Acceso a la Justicia del caso, aseguró que se trató de un crimen de Estado, pues en la persecución, captura y desaparición de los jóvenes hubo vínculos entre autoridades y policías de los municipios de Iguala, Cocula, Huitzuco y Tepecoacuilco, con el grupo delictivo Guerreros Unidos.
“Estuvieron informadas de la toma de camiones, del traslado de los estudiantes a Iguala [...] de los hechos de persecución y de violencia de los que fueron objeto, por lo cual las omisiones en las que incurrieron estas autoridades acreditan un nivel de responsabilidad”
Incluso, Encinas confirmó que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) también estuvo involucrada, pues dentro de la escuela normal tenía un militar infiltrado, identificado como Julio César López, el cual informaba sobre las actividades de los estudiantes, pero desapareció junto a otros alumnos; sin embargo, este elemento no fue buscado.
“La Secretaría de la Defensa Nacional tenía dentro de la normal al soldado Julio César López, quien estaba realizando informes [...] Era el responsable de informar de lo que acontecía en las asambleas de la normal, de las movilizaciones de los estudiantes, e incluso, estaba informando de los actos preparatorios de la marcha del 2 de octubre”
Detalló que dicho soldado de 25 años de edad estaba bajo el mando del teniente de infantería Marcos Macías del 27 batallón y que su último informe fue al filo de las 10:00 horas de aquel 26 de septiembre de 2014, pero desapareció junto con los otros estudiantes “sin que sus mandos hicieran ninguna acción para garantizar su integridad y su búsqueda”.
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En este sentido, remarcó que de haber cumplido con el debido protocolo, se hubiera podido proceder a la localización, no solo de López Patolzin, sino de todos los estudiantes.
Pero no es la primera vez que señalan a López Patolzin como “normalista-soldado”. En marzo de 2019, el periodista Humberto Padgett informó que solo tenía un año de antigüedad en las Fuerzas Armadas cuando ocurrió lo de Iguala. Enviaba por las tardes y noches información a la Sedena a través de un iPhone proporcionado por las autoridades.
Las pruebas que presentó Padgett es un video del 29 de septiembre del 2014, donde está la madre del normalista, Joaquina Patolzin de la Cruz, con el Coronel de Infantería Diplomado del Estado Mayor, Gregorio Espinoza Toledo.
Según el periodista, en ese momento el uniformado le dio noticia a la mujer que probablemente su hijo habría muerto junto a los demás estudiantes. Además, le entregó a la mujer un sobre amarillo con 5 mil 667 pesos correspondientes supuestamente a la quincena pendiente del joven desaparecido.
Posteriormente, el entonces titular de la Sedena, Salvador Cienfuegos Zepeda, señaló a Julio César López Patolzin como el “normalista-soldado”, pero rechazó que fuera un informante.
Cienfuegos detalló al respecto que los soldados están autorizados para estudiar, siempre que eso “no interfiera en su actividad de servicio”.
Después del informe, los padres y madres de los estudiantes agradecieron la solidaridad pueblo y señalaron que analizarán a profundidad los datos presentados por el Gobierno de México y acudirán ante el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) para conocer su opinión al respecto.
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