Dónde se ubica el Callejón del Aguacate y por qué no se debe visitar de noche

Se dice que en punto de las 00:00 horas aparece un charro de negro, que supuestamente es el diablo y quienes lo han mirado a la cara pierden la vida

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Callejón del Aguacate en Coyoacán
Callejón del Aguacate en Coyoacán (Foto: Twitter/@alwayshappy1513)

El pequeño laberinto ubicado en el barrio de Santa Catarina, Coyoacán, es mejor conocido como el Callejón del Aguacate. La calle tiene algunas partes empedradas y comparte espacio con casonas al estilo colonial, algunas, en efecto antiguas y otras más modernizadas.

Estando justo en el corazón de Coyoacán, una de las alcaldías más emblemáticas e históricas de la Ciudad de México, es de esperar que ronden leyendas de ciertos sitios y es que este lugar se ha hecho conocido por los intrigantes rumores que guarda.

Por esa razón, pasar por el callejón de noche se ha hecho un viaje aventurado para algunos y una tenebrosa experiencia para otros tantos, pues varios mitos que se cuentan sobre este lugar podrían poner los pelos de punta a cualquiera.

Leyendas del Callejón del Aguacate
Leyendas del Callejón del Aguacate (Foto: Twitter/@GuiaCoyoacan)

Entre las leyendas más terroríficas y antiguas, hay una que se remonta a la década de los treinta. Esta cuenta la historia de un militar solitario que salía a caminar por las noches para mitigar los traumas que le dejaron las batallas.

Una de tantas noches que el señor se encontraba con un niño, a quien le llamaban la atención las insignias que portaba en el uniforme y que solo quería jugar, el militar terminó por arrancarle la vida de manera violenta cerca de un árbol de aguacate que se encuentra a la mitad del callejón.

Una de las versiones de la leyenda apunta a que debido a que la culpa lo carcomía, el hombre decidió poner un pequeño altar justo abajo del árbol, para que la gente que pasara por ahí pudiera limpiar sus pecados con un Padre Nuestro.

(Foto: Twitter/@VicTHor33)
(Foto: Twitter/@VicTHor33)

Asimismo, existe otra versión en la que se dice que el hombre se colgó del famoso árbol después de haber asesinado al niño, pues no podía con la tristeza y arrepentimiento del horrible asesinato a un ser inocente.

La gente cuenta que se pueden escuchar los lamentos del pequeño o que se le puede ver correr por esa parte del callejón, así como también se puede observar en las noches la sombra de alguien colgado en el árbol.

Otra de las tantas cosas que se dice de este sitio, es que se aparece el diablo vestido como charro negro, a las 12 de la noche. Los lugareños cuentan haber visto a este ser parado en una de las esquinas, lejos del altar.

Se relata que incluso se han llegado a escuchar los pasos de un caballo y una risa macabra. Quienes lleguen a ver al charro negro de frente morirán, dicen.

De igual forma, se dice que en una casona que pareciera estar abandonada, justo detrás de los muros del altar, vive una vieja bruja, quien maldice a todos los que cruzan por ese lugar.

Existe una leyenda sobre una niña de siete años que murió mientras jugaba en la calle, pues fue atropellada, y cuando el conductor se percató del accidente se dio a la fuga.

La pequeña, con mucha agonía vio a un extraño ser que le dijo que podría salvarle la vida a cambio de su alma, ella aceptó, sin embargo, el ente la engañó y en vez de salvarle la vida la puso en una dimensión paralela de la cual no puede salir, por lo que, se le escucha gritando.

El callejón se ha convertido
El callejón se ha convertido en un sitio turístico para aquellos que creen en fantasmas (Foto: Twitter/@VicTHor33)

La criatura era diablo y se dice que la menor presuntamente deambula en las madrugadas por el callejón. Esto provocó que años más tarde cientos de personas fueran a buscar favores del diablo a altas horas de la noche.

Finalmente, se cuenta que durante el periodo del cardenismo se reunían altos mandatarios que acostumbraban realizar sesiones espiritistas usando la ouija en una de las casas del callejón.

Una noche el espíritu que se presentó les dijo a todos que eventualmente se iban a traicionar unos a otros. Al terminar la sesión y con la incertidumbre, el dueño de la casa entró en pánico al pensar en que sería traicionado mató a todos.

Luego los enterró en el jardín y la leyenda cuenta que desde ese momento en la casa se escuchan cadenas que se arrastran, además de gritos y que se puede ver a los espíritus de los muertos en las ventanas.

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