El Departamento del Tesoro de Estados Unidos borró de su lista negra a Ismael Marino Ortega Galicia, exescolta del exgobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández Flores, quien también fue identificado como sicario del Cártel del Golfo.
Ortega Galicia fue detenido en Ciudad Victoria el 2 de julio de 2010 por agentes de la Secretaría de Marina Armada de México, tres meses después de haber sido designado bajo la Ley de Cabecillas Extranjeras del Narcotráfico, entre quienes estuvieron otros 54 líderes del Cártel del Golfo y los Zetas.
En un inicio, las autoridades de Tamaulipas negaron que fuera un asesino y recordaron que se había desempeñado como integrante del Ejército de 1991 a 1999. De ahí pasó a la Agencia Federal de Investigación y después se desempeñó en la policía estatal para fungir como guardaespaldas del gobernador Hernández Flores.
Tras su detención, la entonces Procuraduría General de la República (PGR) solicitó la figura del arraigo que consistía en una prisión preventiva de 40 días para recabar más datos de prueba por los delitos de delincuencia organizada. Sin embargo, después de esos reportes oficiales no destacaron detalles sobre su liberación o condena.
Pasaron 12 años para que nuevamente volviera al radar, luego de que fuera eliminado de las designaciones que realiza la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro.
El exmilitar fue considerado como operador de alto riesgo y uno de los más peligrosos del Cártel del Golfo, junto con su brazo armado, la última letra. Fue detectado por aparecer en una fotografía tomada el 27 de marzo de 2010, junto al entonces gobernador tamaulipeco.
Aquella vez, Eugenio Hernández Flores acompañó a su homólogo de Nuevo León, Rodrigo Medina, durante un evento llamado Semana Mayor, campaña conjunta de prevención, que se realizó sobre el kilómetro 31 de la autopista Reynosa-Monterrey, en el punto que divide a las entidades.
Pese a que el gobierno de Tamaulipas negaba cualquier vínculo, Ismael Marino Ortega Galicia ya había sido identificado por la PGR desde junio de 2003, cuando se distribuyó una lista sobre policías vinculados a los Zetas. Su nombre apareció en la relación de agentes de tránsito.
Cuando el Departamento del Tesoro incluyó al escolta del gobernador informó que previamente había tenido una reunión del Grupo Consultivo de Alto Nivel Mérida-Estados Unidos en la Ciudad de México. No era para menos, entre los personajes estaba Omar Treviño Morales, el Z-42, quien después se convertiría en uno de los cabecillas más sanguinarios.
“El Cartel del Golfo y Los Zetas han aterrorizado a personas inocentes en Tamaulipas y en todo México”, apuntó el comunicado de la OFAC. La dependencia recordó que esas designaciones eran para romper redes de apoyo de las organizaciones de narcotraficantes y no tuvieran acceso al sector financiero internacional.
El Cártel del Golfo fue fundado en Matamoros, Tamaulipas, y despegó en el mercado criminal a mediados de 1980. Se consolidó desde esa entidad con diversos cabecillas como Juan García Ábrego y Osiel Cárdenas Guillén, pero disputas internas llevaron a su declive desde 2010, cuando se enemistaron con su brazo armado de los Zetas.
Sin embargo, aún permanece con remantes en diversos municipios de su bastión y entidades aledañas. De esa manera cuenta con los Escorpiones, los Ciclones, los Metros, los Alemanes y hasta sus huellas en el Grupo Sombra que incursionó en al norte de Veracruz.
SEGUIR LEYENDO: