Tenochtitlan: cuáles eran los cinco lagos que rodeaban la capital del imperio mexica

Cuando se cuenta la historia de Tenochtitlan, se dice que estaba sobre el Lago de Texcoco, sin embargo, eran cinco los lagos que la rodeaban

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Tenochtitlan fue la capital del imperio mexica. (Foto: Twitter@Cuauhtemoc_1521)
Tenochtitlan fue la capital del imperio mexica. (Foto: Twitter@Cuauhtemoc_1521)

La gran ciudad de Tenochtitlan se encontraba en un islote que los mexicas decidieron tomar como hogar. La ciudad fue fundada por un grupo de indígenas que, se cuenta, salieron de un lugar que estaba al norte de México, llamado Aztlán, que significa Lugar de Garzas o Lugar de Blancura.

Aunque no se conoce el lugar exacto de Aztlán, se cree que estaba en Nayarit, o tal vez, más al norte. Se estima que Tenochtitlan se fundó en 1325, luego de que los indígenas de Aztlán, conocidos como aztecas, peregrinaran por dos siglos y se establecieran en varios lugares, sin lograr establecerse de manera definitiva en uno.

La ciudad de Tenochtitlan se encontraba en donde hoy se encuentra la Ciudad de México, que está rodeada por montañas y volcanes, y que es conocida como la Cuenca de México. La cuenca de la Ciudad de México es endorreica, pues no tiene salida al mar.

Cuando se cuenta la historia de Tenochtitlan, se dice que la ciudad se encontraba sobre un lago. Y es que el territorio que comprende a la Ciudad de México, lo ocupaba un lago de grandes extensiones, conocido como el Lago de Texcoco, que estaba entre lo que hoy es el centro de la ciudad de México y los municipio de Nezahualcóyotl y Ecatepec, en el Estado de México.

Los lagos que se encontraban alrededor eran Texcoco, Xochimilco, Chalco, Zumpango y Xaltocan.
Los lagos que se encontraban alrededor eran Texcoco, Xochimilco, Chalco, Zumpango y Xaltocan.

Lo que muchas personas no saben, es que el lago de Texcoco es un sistema, y no solo un gran lago. Esto significa que aparte del de Texcoco, habían otros cuatro lagos: el de Zumpango y Xaltocan al norte; el de Xochimilco y Chalco al sur; y el de Texcoco, que se encontraba al centro.

Estos lagos se diferenciaban no solo por su extensión (el de Texcoco era el más grande), sino porque tres de ellos, el de Xaltocan, Zumpango y Texcoco, eran de agua salada, pues las elevaciones del norte se desgastaron y liberaron sales minerales, como cloruro de sodio o sal común, que era extraída, consumida y comercializada por los habitantes de la cuenca. Se consumía tanto la sal, que llegaron a importarla de ciudades aledañas. Gracias a estas actividades, la civilización mexica tuvo un importante desarrollo económico y social.

No solo se explotaron los recursos en el norte de la cuenca, pues el agua dulce de los lagos del sur fue aprovechada principalmente por los habitantes de Xochimilco para crear sistemas de cultivo llamados chinampas. Estas eran construidas sobre el lago, utilizando arcillas para crear islotes que permitieran el cultivo de productos agrícolas.

Cómo se desecaron los lagos

Tenochtitlan era una ciudad que se encontraba sobre un islote en medio de cinco lagos. Era comunicada con otros lugares por medio de calzadas. Sin embargo, tras la llegada de los españoles, la ciudad fue destruida y sobre sus ruinas fue construida una nueva. Una de las preguntas que seguramente más se cuestiona la gente es cómo se logró construir una ciudad sobre los lagos. La respuesta está en fueron desecados para la construcción de la nueva capital.

Con la llegada de los españoles, Tenochtitlan fue destruida, y en su lugar, se construyó una nueva ciudad. Foto: Jesús Medina/INAH
Con la llegada de los españoles, Tenochtitlan fue destruida, y en su lugar, se construyó una nueva ciudad. Foto: Jesús Medina/INAH

Hoy los lagos están prácticamente extintos, y varias zonas de la Ciudad de México sufren por falta de agua, contrario a lo que se podría pensar al saber que antes se encontraba un lago en esta zona. La decisión de desecar el lago comenzó en la época de la Conquista y se decidió que la nueva ciudad debería estar sobre tierra firme. El proyecto para lograrlo no fue nada fácil.

Durante la época prehispánica, la ciudad estaba protegida por un albarradón que regulaba la entrada de agua, sin embargo, tras la llegada de los españoles fue destruido. Para 1555 la Ciudad de México sufrió una gran inundación por lo que el albarradón fue reconstruido. Sin embargo, las inundaciones continuaban siendo un problema constante.

Debido a esto, desde el periodo novohispano se apostó por ganar espacio a los lagos y ríos que se encontraban en el Valle de México. La primer obra de ingeniería que tenía el propósito de desecar el lago el Tajo de Nochistongo, una salida de las aguas ideada por Enrico Martínez en el siglo XVII.

Dicha construcción inició con la orden del virrey Luis de Velasco en noviembre de 1607. El proyecto inicial planeaba construir un canal en Huehuetoca para secar el lago de Zumpango y desviar el río de Cuautitlán hacia Tula. Dicho proyecto funcionó solo temporalmente, en 1629 el aguacero de San Mateo inundó la Ciudad de México y provocó muertes y grandes pérdidas. Tras el hecho, Enrico decidió cerrar el canal, pues la corriente de agua dañaría la construcción inconclusa. El resultado fue una de las peores inundaciones de la ciudad, luego de más de 36 horas de lluvia.

La Ciudad de México se construyó sobre los lagos disecados. Foto: CUARTOSCURO
La Ciudad de México se construyó sobre los lagos disecados. Foto: CUARTOSCURO

La expansión de la capital seguía y la cercanía con los lagos continuaba provocando inundaciones en zonas habitadas. Durante el gobierno del emperador Maximiliano de Habsburgo, que fue de 1863 a 1867, el segundo Imperio de México, se buscó dar una solución final a la situación, con la construcción del Gran Desagüe del Valle de México y la red de colectores y atarjeas. Sin embargo, no fue sino hasta el gobierno de Porfirio Díaz que la obra se concluyó, inaugurándose el 17 de marzo de 1900.

Con estas obras, el clima de la Ciudad de México cambió y se generó un desastre ambiental. Sin embargo, debido a que fueron cambios paulatinos, no fueron percibidos. Tampoco el Gran Desagüe fue la solución, ya que las inundaciones continuaron y se generó hundimiento y tovaneras, consecuencia de la extracción de agua de los mantos acuíferos.

Finalmente, los últimos ríos, como el de La Piedad, Consulado, Magdalena, entre otros, fueron entubados para prevenir inundaciones y construir ejes viales. Para subsanar la falta de agua en 1951 fue inaugurado el sistema Lerma, la primer obra para importar el vital líquido de otras cuencas. En 1982 inició la operación del Sistema Cutzamala. Anteriormente, en 1975, también se inauguró el Sistema de Drenaje Profundo, el cual descarga aguas negras y pluviales en el Río Tula, Hidalgo.

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